martes, 29 de julio de 2014

Evangelio según San Mateo 14, 13-21

18º Domingo "Multiplicación de los panes y los peces"
de Tiempo Ordinario - Ciclo A
3/08/14
Mt  14, 13-21
Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para esta a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie.
Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos.
Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos".
Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos".
Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados".
"Tráiganmelos aquí", les dijo.
Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas.
Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Palabra del Señor  
Reflexión 
Dadles vosotros de comer
Jesús está ocupado en curar a aquellas gentes enfermas y desnutridas que le traen de todas partes. Lo hace, según el evangelista, porque su sufrimiento le conmueve. Mientras tanto, sus discípulos ven que se esta haciendo muy tarde. Su diálogo con Jesús nos permite penetrar en el significado profundo del episodio llamado erróneamente “la multiplicación de los panes”.
Los discípulos hacen a Jesús un planteamiento realista y razonable: “Despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer”. Ya han recibido de Jesús la atención que necesitaban. Ahora, que cada uno se vuelva a su aldea y se compre algo de comer según sus recursos y posibilidades.
La reacción de Jesús es sorprendente: “No hace falta que se vayan. Dadles vosotros de comer”. El hambre es un problema demasiado grave para desentendernos unos de otros y dejar que cada uno lo resuelva en su propio pueblo como pueda. No es el momento de separarse, sino de unirse más que nunca para compartir entre todos lo que haya, sin excluir a nadie.
Los discípulos le hacen ver que solo hay cinco panes y dos peces. No importa. Lo poco basta cuando se comparte con generosidad. Jesús manda que se sienten todos sobre el prado para celebrar una gran comida. De pronto todo cambia. Los que estaban a punto de separarse para saciar su hambre en su propia aldea, se sientan juntos en torno a Jesús para compartir lo poco que tienen. Así quiere ver Jesús a la comunidad humana.
¿Qué sucede con los panes y los peces en manos de Jesús? No los “multiplica”. Primero bendice a Dios y le da gracias: aquellos alimentos vienen de Dios: son de todos. Luego los va partiendo y se los va dando a los discípulos. Estos, a su vez, se los van dando a la gente. Los panes y los peces han ido pasando de unos a otros. Así han podido saciar su hambre todos.
El arzobispo de Tánger ha levantado una vez más su voz para recordarnos “el sufrimiento de miles de hombres, mujeres y niños que, dejados a su suerte o perseguidos por los gobiernos, y entregados al poder usurero y esclavizante de las mafias, mendigan, sobreviven, sufren y mueren en el camino de la emigración”.
En vez de unir nuestras fuerzas para erradicar en su raíz el hambre en el mundo, solo se nos ocurre encerrarnos en nuestro “bienestar egoísta” levantando barreras cada vez más degradantes y asesinas. ¿En nombre de qué Dios los despedimos para que se hundan en su miseria? ¿Dónde están los seguidores de Jesús?
¿Cuándo se oye en nuestras eucaristías el grito de Jesús. “Dadles vosotros de comer”?
Fuente: José Antonio Pagola

martes, 22 de julio de 2014

Evangelio según San Mateo 13, 44-52 "Parábola del tesoro escondido"

17º Domingo "Parábola del tesoro escondido"
de Tiempo Ordinario - Ciclo A
27/07/14
Mt  13, 44-52
Jesús dijo a la multitud: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. 
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró. 
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. 
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. 
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. 
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron. 

Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo". 
Palabra del Señor     
Reflexión
"LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE
El evangelio recoge dos breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En ambos relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y los dos reaccionan del mismo modo: venden con alegría y decisión lo que tienen, y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.
Al parecer, Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyectoapasionante del Padre, que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.
¿Qué podemos decir hoy después de veinte siglos de cristianismo? ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?
Después del Concilio, Pablo VI hizo esta afirmación rotunda: ”Solo el reino de Dios es absoluto. Todo lo demás es relativo”. Años más tarde, Juan Pablo II lo reafirmó diciendo: “La Iglesia no es ella su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento”. El Papa Francisco nos viene repitiendo: “El proyecto de Jesús es instaurar el reino de Dios”.
Si ésta es la fe de la Iglesia, ¿por qué hay cristianos que ni siquiera han oído hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios”? ¿Por qué no saben que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto humanizador del Padre: buscar el reino de Dios y su justicia?
La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio
El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.

jueves, 17 de julio de 2014

Video - PPT: "Biblia Diálogo Vigente” - Alegría - Esperanza - (Bergoglio, Skorka, Figueroa)

 "Biblia Diálogo Vigente” - La Fe en Tiempos Modernos -

Capitulo 23: ALEGRÍA

 (Bergoglio, Skorka, Figueroa)

Canal21BuenosAires  Publicado el 17/1/2013
Diálogo interreligioso con la participación del Cardenal Jorge M. Bergoglio (Arzobispo de Buenos Aires, Primado de la Argentina) y el Rabino Abraham SKorka (Comunidad Benei Tikva)
Conducción y Producción Grl:Marcelo Figueroa       Dirección: German Soriano 
Cámara: Jorge Roman // Joaquin Stringa     Sonido: Pablo Felizia     Produccion: Maria Eugenia Castany
  • Categoría

    Música     Licencia   Licencia de YouTube estándar

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Recomendamos leer el libro "Biblia Dialogo Vigente" y 
ver por Canal 21 del Arsobizpado de Bs. As. los programas "Biblia Diálogo Vigente"

Video: Libro y video "Biblia Diálogo Vigente” - La Fe en Tiempos Modernos (Bergoglio, Skorka, Figueroa)

"Biblia Diálogo Vigente”

Autor: MARCELO FIGUEROA
Compartió con el cardenal Jorge Mario Bergoglio durante más de dos años y medio. No podía imaginar entonces que le acompañaba un futuro Papa. El tercero era el rabino Abraham Skorka. Marcelo Figueroa ha publicado un libro relatando aquella experiencia que sentó en una misma mesa de debate a un católico, a un protestantey a un judío.
"Yo me di cuenta que él, (Bergoglio), lo hacía también por algo que marcó su trayectoria acá como cardenal, como arzobispo y que, sin ninguna duda alguna, va a marcar su papado que es la importancia que le da al diálogo interreligioso; a esto de que entre tres confesiones podemos dialogar en paz, que podemos escucharnos”.
Precisamente es lo que quiere lograr el libro:  invitar a los lectores a seguir el ejemplo de Bergoglio, Skorka y Figueroa para que el diálogo interreligioso deje de ser una utopía poco a poco

Francisco en 31 capítulos

Los diálogos entre Jorge Bergoglio, Abraham Skorka y Marcelo Figueroa, que se transmitieron en 2010 por Canal 21: tres religiosos reunidos como en una mesa de café, pero ante las cámaras de tevé. Ignoraban que uno de ellos se aprestaba a convertirse en Papa

Este no es solamente un libro sobre un programa de televisión. Espero que signifique para todos lo mismo que para mí, un documento literario de un suceso mediático histórico e irrepetible: el único ciclo de la televisión mundial que tuvo a un papa como participante. Cuando en septiembre del año 2010 le propuse al entonces cardenal Bergoglio grabar juntos una serie de programas de diálogo interreligioso en su querido canal 21, su reacción era previsible. No quería utilizar el canal del arzobispado de Buenos Aires como un vehículo de difusión de su persona. Sin embargo, cuando le aclaré que en la mesa también participaría su amigo, el rabino Abraham Skorka, y que entre los tres dialogaríamos sobre temas sociales teniendo como epicentro la Biblia, lo pensó. Y se decidió cuando imaginó que un programa de esas características sería una muestra pública de que el diálogo entre las religiones y un encuentro respetuoso entre quienes pueden pensar diferente, haría bien al corazón de quienes lo vieran. Hizo solamente una salvedad: “Grabemos cuatro programas y luego vemos cómo nos va”.

Finalmente, entre octubre de 2010 y su viaje al cónclave que lo ungió como obispo de roma, grabamos treinta y un programas de una hora cada uno. El nombre del programa Biblia, diálogo vigente, se transformó, con el tiempo, en una marca diferenciada y punto de referencia aun para nosotros. Me solicitaron que, además de dar mis aportes como evangélico, oficiara como conductor del ciclo, tarea a la cual no pude negarme… Marcelo Figueroa, 2013

Tres credos, un programa
"¿Qué es lo que sucede alrededor de esta mesa? ¿Es reunirnos para hablar de cosas religiosas, a través de nuestras posturas? ¿Es jugar a las visitas para ser civilizados? Es afirmar públicamente, como cristianos, que nuestra identidad no se entiende sin entroncarla en la identidad judía", sostiene Jorge Mario Bergoglio en uno de los diálogos. 
Este libro es el fruto de lo encuentros televisivos que mantuvo el hoy Papa, durante casi dos años y medio, con el rabino Abraham Skorka y el biblista protestante Marcelo Figueroa. De esas conversaciones luminosas e intensas, de ese cruce interreligioso entre tres amigos notables de credos distintos, surgió un ciclo de programas de televisión que transmitió, desde Buenos Aires, el Canal 21 del Arzobispado (y que fue premiado, entre otros galardones, con el Martín Fierro). Biblia, diálogo vigente, editado por Planeta, fue  compilado y comentado por Figueroa, quien a su vez fue el conductor y productor general del ciclo que reunió a Bergoglio, quien por entonces era cardenal primado de la Argentina; Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano; y el propio Figueroa, teólogo evangélico y ex director de Sociedad Bíblica Argentina. El resultado es vibrante y espiritual. Y da una muestra acabada del pensamiento de Francisco.

Fuente: http://tiempo.infonews.com/2014/02/25/cultura-119424-francisco-en-31-capitulos.php

lunes, 14 de julio de 2014

Evangelio según San Mateo 13, 24-43 - Parábola: "El trigo y la cizaña" -

16 º Domingo "Parábola del trigo y la cizaña"
de Tiempo Ordinario - Ciclo A
20/07/14
Mt  13, 24-43
Jesús les propuso a la gente esta parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue.
Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'.
El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'.
'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo.
Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'.
También les propuso otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas".
Después les dijo esta otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa".
Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas

Palabra del Señor        
Reflexión
CLARIDAD Y PACIENCIA
Es un mal tratar de exterminar a los malos. El sueño utópico de la limpieza universal es admirable, pero peligroso. En las comunidades cristianas primitivas hubo quien pretendía que sólo los intachables podrían formar parte de las mismas. En ese contexto había que recordar la parábola evangélica del trigo y la cizaña.
Algunos criados sugieren a su amo la necesidad de arrancar inmediatamente la cizaña. Pero el amo teme que al arrancar la cizaña arranquen también el trigo. No es fácil controlar a los controladores. Así que es preferible que el trigo y la cizaña crezcan juntos  hasta el tiempo de la siega (Mt 13, 24-43). Hace falta un poco de paciencia. 
         La parábola no da la razón a los intransigentes, que quisieran terminar inmediatamente con el mal. Pero tampoco se la da a los indiferentes, que ya no ven una distinción entre el bien y el mal. A unos y otros nos enseña que no somos los jueces definitivos de la historia. Hace falta mucha claridad para distinguir el bien y el mal.
JUNTOS HASTA LA SIEGA
“Dejadlos creced juntos hasta la siega”. Esta advertencia del dueño del sembrado se refiere al trigo y la cizaña. Junto han de llegar al juicio de Dios. Entonces,  “los justos brillarán como el sol en el reino de los cielos”, como termina diciendo Jesús.
• “Dejadlos creced juntos hasta la siega”. No tienen razón los indiferentes. El bien y el mal no se confunden.  La cizaña no se convierte en trigo porque le cambiemos de nombre o porque las leyes le concedan un lugar en la sociedad. La realidad es más terca que nuestras etiquetas.
• “Dejadlos creced juntos hasta la siega”. Pero nuestras etiquetas no nos dan derecho a destruir la realidad. Porque nuestros juicios son provisionales e inciertos. Todos podemos equivocarnos y arrancar el bien cuando pretendemos arrancar el mal. 
- Señor Dios, que sembraste buena semilla en tu campo, ayúdanos a dar el fruto bueno que esperas de nosotros. Ten misericordia de nosotros y enséñanos a juzgar con misericordia a todos nuestros hermanos. Amén.
José-Román Flecha Andrés

martes, 8 de julio de 2014

Evangelio según San Mateo 13, 1-23 "Parábola del Sembrador"

15º Domingo "Parábola del Sembrador"
de Tiempo Ordinario - Ciclo A
13/07/14
Mt 13, 1-23
Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Se reunió junto a él una gran 
multitud, así que él subió a una barca y se sentó, mientras la multitud estaba de pie en 
la orilla. Les explicó muchas cosas con parábolas: Salió un sembrador a sembrar. Al 
sembrar unas semillas cayeron junto al camino, vinieron las aves y se las comieron. 
Otras cayeron en terreno pedregoso con poca tierra. Al faltarles profundidad 
brotaron enseguida; pero, al salir el sol se marchitaron, y como no tenían raíces se 
secaron. Otras cayeron entre cardos: crecieron los cardos y las ahogaron. Otras 
cayeron en tierra fértil y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
Quien tenga oídos que escuche.
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron: ¿Por qué les hablas contando
parábolas? 
Él les respondió: Porque a vosotros se os concede conocer los secretos  del reinado de 
Dios, pero a ellos no se les concede. Al que tiene le darán y le sobrará; al que no tiene 
le quitarán aun lo que tiene.  Por eso les hablo contando parábolas: porque miran y no 
ven, escuchan y no oyen ni comprenden. Se cumple en ellos aquella profecía de Isaías:
Por más que escuchéis, no comprenderéis, por más que miréis, no veréis.
Se ha embotado la mente de este pueblo; se han vuelto duros de oído, se
han tapado los ojos. Que sus ojos no vean ni sus oídos oigan, ni su mente
entienda, ni se conviertan para que yo los sane.
Dichosos en cambio vuestros ojos que ven y vuestros oídos que oyen.
Os aseguro que muchos profetas y justos ansiaron ver lo que vosotros veis, y no lo 
vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron. Vosotros escuchad, pues, la explicación 
de la parábola del sembrador. Si uno escucha la palabra del reino y no la entiende, viene
el Maligno y le arrebata lo sembrado en su corazón; ése es como lo sembrado junto al 
camino. Lo sembrado en terreno pedregoso es el que escucha la palabra y la acoge 
enseguida con gozo; pero no tiene raíz y es inconstante. Llega la tribulación o 
persecución por causa de la palabra e inmediatamente falla. Lo sembrado entre cardos 
es el que escucha la palabra; pero las preocupaciones mundanas y la seducción de la 
riqueza la ahogan y no da fruto. Lo sembrado en tierra fértil es el que escucha la
palabra y la entiende. Ése da fruto: cien o sesenta o treinta.  
        Palabra del Señor  
Reflexión 
"SEMBRAR" 
Al terminar el relato de la parábola del sembrador, Jesús hace esta llamada: El que tenga oídos para oír, que oiga”. Se nos pide que prestemos mucha atención a la parábola. Pero, ¿en qué hemos de reflexionar? ¿En el sembrador? ¿En la semilla? ¿En los diferentes terrenos?
Tradicionalmente, los cristianos nos hemos fijado casi exclusivamente en los terrenos en que cae la semilla, para revisar cuál es nuestra actitud al escuchar el Evangelio. Sin embargo es importante prestar atención al sembrador y a su modo de sembrar.
Es lo primero que dice el relato: “Salió el sembrador a sembrar”. Lo hace con una confianza sorprendente. Siembra de manera abundante. La semilla cae y cae por todas partes, incluso donde parece difícil que la semilla pueda germinar. Así lo hacían los campesinos de Galilea, que sembraban incluso al borde de los caminos y en terrenos pedregosos.
A la gente no le es difícil identificar al sembrador. Así siembra Jesús su mensaje. Lo ven salir todas las mañanas a anunciar la Buena Noticia de Dios. Siembra su Palabra entre la gente sencilla que lo acoge, y también entre los escribas y fariseos que lo rechazan. Nunca se desalienta. Su siembra no será estéril. 
Desbordados por una fuerte crisis religiosa, podemos pensar que el Evangelio ha perdido su fuerza original y que el mensaje de Jesús ya no tiene garra para atraer la atención del hombre o la mujer de hoy. Ciertamente, no es el momento de “cosechar” éxitos llamativos, sino de aprender a sembrar sin desalentarnos, con más humildad y verdad.
No es el Evangelio el que ha perdido fuerza humanizadora, somos nosotros los que lo estamos anunciando con una fe débil y vacilante. No es Jesús el que ha perdido poder de atracción. Somos nosotros los que lo desvirtuamos con nuestras incoherencias y contradicciones.
El Papa Francisco dice que, cuando un cristiano no vive una adhesión fuerte a Jesús, “pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie”.
Evangelizar no es propagar una doctrina, sino hacer presente en medio de la sociedad y en el corazón de las personas la fuerza humanizadora y salvadora de Jesús. Y esto no se puede hacer de cualquier manera. Lo más decisivo no es el número de predicadores, catequistas y enseñantes de religión, sino la calidad evangélica que podamos irradiar los cristianos. ¿Qué contagiamos? ¿Indiferencia o fe convencida? ¿Mediocridad o pasión por una vida más humana?    
Fuente. José A. Pagola

   

miércoles, 2 de julio de 2014

Vídeos Reflexión: 14º Domingo de Tiempo Ordinario - Ciclo A - (Monjas de Sant Benet - Ed. Verbo Divino - Youtube) -







Evangelio según San Mateo 11, 25-30

14º Domingo 
de Tiempo Ordinario - Ciclo A
6/07/14
Mt 11, 25-30
En esa oportunidad, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
Palabra del Señor     
Reflexión
Tres llamadas de Jesús
El evangelio de Mateo ha recogido tres llamadas de Jesús que hemos de escuchar con atención sus seguidores, pues pueden transformar el clima de desaliento, cansancio y aburrimiento que a veces se respira en alguno sectores de nuestras comunidades. “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados. Yo os aliviaré”. Es la primera llamada. Está dirigida a todos los que viven su religión como una carga pesada. No son pocos los cristianos que viven agobiados por su conciencia. No son grandes pecadores. Sencillamente, han sido educados para tener siempre presente su pecado y no conocen la alegría del perdón contínuo de Dios. Si se encuentran con Jesús, se sentirán aliviados.
Hay también cristianos cansados de vivir su religión como una tradición gastada. Si se encuentran con Jesús, aprenderán a vivir a gusto con Dios. Descubrirán una alegría interior que hoy no conocen. Seguirán a Jesús, no por obligación sino por atracción.
“Cargad con mi yugo porque es llevadero y mi carga ligera”. Es la segunda llamada. Jesús no agobia a nadie. Al contrario, libera lo mejor que hay en nosotros pues nos propone vivir haciendo la vida más humana, digna y sana. No es fácil encontrar un modo más apasionante de vivir. 
Jesús libera de miedos y presiones, no los introduce; hace crecer nuestra libertad, no nuestras servidumbres; despierta en nosotros la confianza, nunca la tristeza; nos atrae hacia el amor, no hacia las leyes y preceptos. Nos invita a vivir haciendo el bien.
“Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso”.
Es la tercera llamada. Hemos de aprender de Jesús a vivir como él. Jesús no complica nuestra vida. La hace más clara y más sencilla, más humilde y más sana. Ofrece descanso. No propone nunca a sus seguidores algo que él no haya vivido. Nos invita a seguirlo por el mismo camino que él ha recorrido. Por eso puede entender nuestras dificultades y nuestros esfuerzos, puede perdonar nuestras torpezas y errores, animándonos siempre a levantarnos.
Hemos de centrar nuestros esfuerzos en promover un contacto más vital con Jesús en tantos hombres y mujeres necesitados de aliento, descanso y paz. Me entristece ver que es precisamente su modo de entender y de vivir la religión lo que conduce a no pocos, casi inevitablemente, a no conocer la experiencia de confiar en Jesús. Pienso en tantas personas que, dentro y fuera de la Iglesia, viven “perdidos”, sin saber a qué puerta llamar. Sé que Jesús podría ser para ellos la gran noticia.      Fuente: José Antonio Pagola