martes, 17 de septiembre de 2019

Vídeo Reflexión: 25º Domingo de Tiempo Ordinario - Ciclo C - "El administrador astuto" - (Ed. Verbo Divino)

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Evangelio según San Lucas 16,1-13 - "El administrador astuto"

25º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo C -
"El administrador astuto"
22/09/19
Lc 16,1-13
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Reflexión
REAPRENDER LA CONFIANZA
Lucas y Mateo han recogido en sus respectivos evangelios unas palabras de Jesús que, sin duda, quedaron muy grabadas en sus seguidores más cercanos. Es fácil que las haya pronunciado mientras se movía con sus discípulos por las aldeas de Galilea, pidiendo algo de comer, buscando acogida o llamando a la puerta de los vecinos.
Probablemente, no siempre reciben la respuesta deseada, pero Jesús no se desalienta. Su confianza en el Padre es absoluta. Sus seguidores han de aprender a confiar como él: «Os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá». Jesús sabe lo que está diciendo pues su experiencia es esta: «quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre».
Si algo hemos de reaprender de Jesús en estos tiempos de crisis y desconcierto en su Iglesia es la confianza. No como una actitud ingenua de quienes se tranquilizan esperando tiempos mejores. Menos aún como una postura pasiva e irresponsable, sino como el comportamiento más evangélico y profético de seguir hoy a Jesús, el Cristo. De hecho, aunque sus tres invitaciones apuntan hacia la misma actitud básica de confianza en Dios, su lenguaje sugiere diversos matices.
«Pedir» es la actitud propia del pobre que necesita recibir de otro lo que no puede conseguir con su propio esfuerzo. Así imaginaba Jesús a sus seguidores: como hombres y mujeres pobres, conscientes de su fragilidad e indigencia, sin rastro alguno de orgullo o autosuficiencia. No es una desgracia vivir en una Iglesia pobre, débil y privada de poder. Lo deplorable es pretender seguir hoy a Jesús pidiendo al mundo una protección que solo nos puede venir del Padre.
«Buscar» no es solo pedir. Es, además, moverse, dar pasos para alcanzar algo que se nos oculta porque está encubierto o escondido. Así ve Jesús a sus seguidores: como «buscadores del reino de Dios y su justicia». Es normal vivir hoy en una Iglesia desconcertada ante un futuro incierto. Lo extraño es no movilizarnos para buscar juntos caminos nuevos para sembrar el Evangelio en la cultura moderna.
«Llamar» es gritar a alguien al que no sentimos cerca, pero creemos que nos puede escuchar y atender. Así gritaba Jesús al Padre en la soledad de la cruz. Es explicable que se oscurezca hoy la fe de no pocos cristianos que aprendieron a decirla, celebrarla y vivirla en una cultura premoderna. Lo lamentable es que no nos esforcemos más por aprender a seguir hoy a Jesús gritando a Dios desde las contradicciones, conflictos e interrogantes del mundo actual.
José Antonio Pagola
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miércoles, 11 de septiembre de 2019

Video: Intenciones del Papa Francisco - "Recemos por la protección de los mares y océanos " - (YouTube) -

Resultado de imagen para imagenes de las intenciones del papa septiembre 2019Una manera de explicar la importancia del cuidado de los océanos es usar un par de ejemplos sencillos pero impactantes: una persona de cada dos vive gracias a ellos. Y de cada dos respiraciones que hacemos una es gracias a los océanos. Cuidemoslos. Su muerte es la muerte de todo lo que está vivo en la tierra, incluyéndonos a nosotros. “Los océanos contienen la mayor parte del agua del planeta y también la mayor variedad de seres vivientes, muchos de ellos amenazados por diversas causas. La Creación es un proyecto del amor de Dios hacia toda la humanidad. Nuestra solidaridad con la “casa común” nace de nuestra fe.
Papa Francisco - Septiembre 2019
INTENCIONES DEL PAPA 
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
SEPTIEMBRE 2019

Universal: Recemos para que los políticos, los científicos y los economistas trabajen juntos por la protección de los mares y los océanos.

Oración
Padre de bondad,
creaste el mundo para nosotros
y confías a tus hijos la obra de la creación.
Te pedimos perdón
por no saber cuidar de la belleza que nos ha sido confiada
y usar de forma egoísta e irreflexiva
los recursos que necesitamos para vivir.
Te pedimos perdón por nuestra falta de sensibilidad y amor
para con la naturaleza y para con tus hijos e hijas
que sufren las consecuencias de nuestras malas opciones.
Danos luz para optar decididamente por la defensa de los océanos,
haciendo todo lo que está a nuestro alcance para hacer de la Tierra
el lugar de belleza que soñaste para nosotros.
Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria

Oración de Ofrecimiento
Padre Bueno, sé que estás conmigo.
Aquí estoy en este nuevo día.
Pon una vez más mi corazón
junto al Corazón de tu Hijo Jesús,
que se entrega por mí y que viene a mí en la Eucaristía.
Que tu Espíritu Santo
me haga su amigo y apóstol, disponible a su misión.
Pongo en tus manos
mis alegrías y esperanzas,
mis trabajos y sufrimientos,
todo lo que soy y tengo,
en comunión con mis hermanos y hermanas de esta red mundial de oración.
Con María te ofrezco mi jornada por la misión de la Iglesia
y por las intenciones de Oración del Papa para este mes. Amén.

Propuestas para el mes
  • Infórmate a través de las redes sociales y otras publicaciones en internet, acerca del impacto y de la dimensión de la contaminación de los océanos y sus consecuencias para el futuro del planeta. Tomar conocimiento de las buenas prácticas que pueden ser adoptadas en casas, escuelas y lugares de trabajo para colaborar en su disminución.
  • En casa, procuren tomar decisiones sobre las cosas que compran, la cantidad de plástico, materias contaminantes y los residuos que se crean. Opten por la regla ecológica de: reducir; reciclar; reutilizar.
  • En la propia comunidad, lean, reflexionen y compartan la Encíclica Laudato sí, del Papa Francisco, dando a conocer sus lineamientos en las celebraciones litúrgicas, en la catequesis, en los grupos de oración y formación. (cómo las instituciones ayudan a la sensibilización sobre buenas prácticas ecológicas, separación de basura, disminución de desperdicios, uso de materiales reciclables, etc., hablando de ello en las celebraciones litúrgicas, en la catequesis, en los grupos de oración y formación.)
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martes, 10 de septiembre de 2019

Vídeos Reflexión: 24º Domingo de Tiempo Ordinario - Ciclo C - "Parábolas de la Misericordia de Dios" - (Ed. Verbo Divino - YouTube)

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Evangelio según San Lucas 15,1-32 - "Parábolas de la Misericordia de Dios"

24º Domingo
Tiempo Ordinario - Ciclo C -
"Parábolas de la Misericordia de Dios"
15/09/19
Lc 15,1-32
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Reflexión
UNA PARÁBOLA PARA NUESTROS DÍAS
Volveré a mi padre.
En ninguna otra parábola ha querido Jesús hacernos penetrar tan profundamente en el misterio de Dios y en el misterio de la condición humana. Ninguna otra es tan actual para nosotros como ésta del "Padre bueno".
El hijo menor dice a su padre: «dame la parte que me toca de la herencia». Al reclamarla, está pidiendo de alguna manera la muerte de su padre. Quiere ser libre, romper ataduras. No será feliz hasta que su padre desaparezca. El padre accede a su deseo sin decir palabra: el hijo ha de elegir libremente su camino.
¿No es ésta la situación actual? Muchos quieren hoy verse libres de Dios, ser felices sin la presencia de un Padre eterno en su horizonte. Dios ha de desaparecer de la sociedad y de las conciencias. Y, lo mismo que en la parábola, el Padre guarda silencio. Dios no coacciona a nadie.
El hijo se marcha a «un país lejano». Necesita vivir en otro país, lejos de su padre y de su familia. El padre lo ve partir, pero no lo abandona; su corazón de padre lo acompaña; cada mañana lo estará esperando. La sociedad moderna se aleja más y más de Dios, de su autoridad, de su recuerdo... ¿No está Dios acompañándonos mientras lo vamos perdiendo de vista?
Pronto se instala el hijo en una «vida desordenada». El término original no sugiere sólo un desorden moral sino una existencia insana, desquiciada, caótica. Al poco tiempo, su aventura empieza a convertirse en drama. Sobreviene un «hambre terrible» y sólo sobrevive cuidando cerdos como esclavo de un extraño. Sus palabras revelan su tragedia: «Yo aquí me muero de hambre».
El vacío interior y el hambre de amor pueden ser los primeros signos de nuestra lejanía de Dios. No es fácil el camino de la libertad. ¿Qué nos falta? ¿Qué podría llenar nuestro corazón? Lo tenemos casi todo, ¿por qué sentimos tanta hambre?
El joven «entró dentro de sí mismo» y, ahondando en su propio vacío, recordó el rostro de su padre asociado a la abundancia de pan: en casa de mi padre «tienen pan» y aquí «yo me muero de hambre». En su interior se despierta el deseo de una libertad nueva junto a su padre. Reconoce su error y toma una decisión: «Me pondré en camino y volveré a mi padre».
¿Nos pondremos en camino hacia Dios nuestro Padre? Muchos lo harían si conocieran a ese Dios que, según la parábola de Jesús, «sale corriendo al encuentro de su hijo, se le echa al cuello y se pone a besarlo efusivamente». Esos abrazos y besos hablan de su amor mejor que todos los libros de teología. Junto a él podríamos encontrar una libertad más digna y dichosa.
José Antonio Pagola
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martes, 3 de septiembre de 2019

Vídeos Reflexión: 23º Domingo de Tiempo Ordinario - Ciclo C - "El desprendimiento, para ser discípulo de Jesús" - (Ed. Verbo Divino- YouTube)

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Evangelio según San Lucas 14,25-33 - "El desprendimiento, para ser discípulo de Jesús"

23º Domingo
Tiempo Ordinario - Ciclo C -
"El desprendimiento, para ser discípulo de Jesús"
8/09/19
Lc 14,25-33 
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Reflexión
REALISMO RESPONSABLE
Los ejemplos que emplea Jesús son muy diferentes, pero su enseñanza es la misma: el que emprende un proyecto importante de manera temeraria, sin examinar antes si tiene medios y fuerzas para lograr lo que pretende, corre el riesgo de terminar fracasando.
Ningún labrador se pone a construir una torre para proteger sus viñas, sin tomarse antes un tiempo para calcular si podrá concluirla con éxito, no sea que la obra quede inacabada, provocando las burlas de los vecinos. Ningún rey se decide a entrar en combate con un adversario poderoso, sin antes analizar si aquella batalla puede terminar en victoria o será un suicidio.
A primera vista, puede parecer que Jesús está invitando a un comportamiento prudente y precavido, muy alejado de la audacia con que habla de ordinario a los suyos. Nada más lejos de la realidad. La misión que quiere encomendar a los suyos es tan importante que nadie ha de comprometerse en ella de forma inconsciente, temeraria o presuntuosa.
Su advertencia cobra gran actualidad en estos momentos críticos y decisivos para el futuro de nuestra fe. Jesús llama, antes que nada, a la reflexión madura: los dos protagonistas de las parábolas «se sientan» a reflexionar. Sería una grave irresponsabilidad vivir hoy como discípulos de Jesús, que no saben lo que quieren, ni a dónde pretenden llegar, ni con qué medios han de trabajar.
¿Cuándo nos vamos a sentar para aunar fuerzas, reflexionar juntos y buscar entre todos el camino que hemos de seguir? ¿No necesitamos dedicar más tiempo, más escucha del evangelio y más meditación para descubrir llamadas, despertar carismas y cultivar un estilo renovado de seguimiento a Jesús?
Jesús llama también al realismo. Estamos viviendo un cambio sociocultural sin precedentes. ¿Es posible contagiar la fe en este mundo nuevo que está naciendo, sin conocerlo bien y sin comprenderlo desde dentro? ¿Es posible facilitar el acceso al Evangelio ignorando el pensamiento, los sentimientos y el lenguaje de los hombres y mujeres de nuestro tiempo? ¿No es un error responder a los retos de hoy con estrategias de ayer?
Sería una temeridad en estos momentos actuar de manera inconsciente y ciega. Nos expondríamos al fracaso, la frustración y hasta el ridículo. Según la parábola, la «torre inacabada» no hace sino provocar las burlas de la gente hacia su constructor. No hemos de olvidar el lenguaje realista y humilde de Jesús que invita a sus discípulos a ser «fermento» en medio del pueblo o puñado de «sal» que pone sabor nuevo a la vida de las gentes.
José Antonio Pagola
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