miércoles, 27 de mayo de 2020

Vídeos Reflexión: Domingo Solemnidad de Pentecostés - (Ed. Verbo Divino - Regina Goberna - Youtube)

Reflexión al Evangelio Dominical: Pentecostés | Radioevangelizacion
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Domingo de Pentecostés. Ciclo C - Monasterio de Suesa

Evangelio según San Juan 20,19-23 - Solemnidad "Pentecostés" -

Domingo de Pentecostés
Ciclo A
31/05/2020
Jn 20,19-23

Pentecostés
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Reflexión
VIVIR A DIOS DESDE DENTRO
Hace algunos años, el gran teólogo alemán Karl Rahner se atrevía a afirmar que el principal y más urgente problema de la Iglesia de nuestros tiempos era su «mediocridad espiritual». Estas eran sus palabras: el verdadero problema de la Iglesia es «seguir tirando con una resignación y un tedio cada vez mayores por los caminos habituales de una mediocridad espiritual».

El problema no ha hecho sino agravarse estas últimas décadas. De poco han servido los intentos de reforzar las instituciones, salvaguardar la liturgia o vigilar la ortodoxia. En el corazón de muchos cristianos se está apagando la experiencia interior de Dios.

La sociedad moderna ha apostado por lo «exterior». Todo nos invita a vivir desde fuera. Todo nos presiona para movernos con prisa, sin apenas detenernos en nada ni en nadie. La paz ya no encuentra resquicios para penetrar hasta nuestro corazón. Vivimos casi siempre en la corteza de la vida. Se nos está olvidando qué es saborear la vida desde dentro. Para ser humana, a nuestra vida le falta hoy una dimensión esencial: la interioridad.

Es triste observar que tampoco en las comunidades cristianas sabemos cuidar y promover la vida interior. Muchos no saben lo que es el silencio del corazón, no se enseña a vivir la fe desde dentro. Privados de experiencia interior, sobrevivimos olvidando nuestra alma: escuchando palabras con los oídos y pronunciando oraciones con los labios mientras nuestro corazón está ausente.

En la Iglesia se habla mucho de Dios, pero, ¿dónde y cuándo escuchamos los creyentes la presencia callada de Dios en lo más hondo del corazón? ¿Dónde y cuándo acogemos el Espíritu del Resucitado en nuestro interior? ¿Cuándo vivimos en comunión con el Misterio de Dios desde dentro?

Acoger a Dios en nuestro interior quiere decir al menos dos cosas. La primera: no colocar a Dios siempre lejos y fuera de nosotros, es decir, aprender a escucharlo en el silencio del corazón. La segunda: bajar a Dios de la cabeza a lo profundo de nuestro ser, es decir, dejar de pensar en Dios solo con la mente y aprender a percibirlo en lo más íntimo de nosotros.

Esta experiencia interior de Dios, real y concreta, puede transformar nuestra fe. Uno se sorprende de cómo hemos podido vivir sin descubrirla antes. Es posible encontrar a Dios dentro de nosotros en medio de una cultura secularizada. Es posible también hoy conocer una alegría interior nueva y diferente. Pero me parece muy difícil mantener por mucho tiempo la fe en Dios en medio de la agitación y frivolidad de la vida moderna sin conocer, aunque sea de manera humilde y sencilla, alguna experiencia interior del Misterio de Dios.
José Antonio Pagola
Diócesis de Palencia - Celebrando la Palabra - Pentecostés (9 de ...

martes, 19 de mayo de 2020

Vídeos Reflexión: VIIº Domingo de Tiempo de Pascua - Ciclo A - "La Ascensión del Señor" - (Ed. Verbo Divino - Regina Goberna Youtube)

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Ascensión del Señor A — 24 mayo 2020 – Misioneros de África ...

Evangelio según San Mateo 28,16-20 - "La Ascensión del Señor" - Solemnidad

VIIº Domingo - Solemnidad
Tiempo de Pascua - Ciclo A
"La Ascensión del Señor"
24/05/17
Mt 28, 16-20

Día de la Ascensión - Wikipedia, la enciclopedia libre
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Reflexión
ABRIR EL HORIZONTE
Ocupados solo en el logro inmediato de un mayor bienestar y atraídos por pequeñas aspiraciones y esperanzas, corremos el riesgo de empobrecer el horizonte de nuestra existencia perdiendo el anhelo de eternidad. ¿Es un progreso? ¿Es un error?
Hay dos hechos que no es difícil comprobar en este nuevo milenio en el que vivimos desde hace unos años. Por una parte está creciendo en la comunidad humana la expectativa y el deseo de un mundo mejor. No nos contentamos con cualquier cosa: necesitamos progresar hacia un mundo más digno, más humano y dichoso.
Por otra está creciendo al mismo tiempo el desencanto, el escepticismo y la incertidumbre ante el futuro. Hay tanto sufrimiento absurdo en la vida de las personas y de los pueblos, tantos conflictos envenenados, tales abusos contra el planeta, que no es fácil mantener la fe en el ser humano.
Es cierto que el desarrollo de la ciencia y la tecnología están logrando resolver muchos males y sufrimientos. En el futuro se lograrán, sin duda, éxitos todavía más espectaculares. Aún no somos capaces de intuir la capacidad que se encierra en el ser humano para desarrollar un bienestar físico, psíquico y social.
Pero no sería honesto olvidar que este desarrollo prodigioso nos va «salvando» solo de algunos males y solo de manera limitada. Ahora precisamente que disfrutamos cada vez más del progreso humano empezamos a percibir mejor que el ser humano no puede darse a sí mismo todo lo que anhela y busca.
¿Quién nos salvará del envejecimiento, de la muerte inevitable o del poder extraño del mal? No nos ha de sorprender que muchos comiencen a sentir la necesidad de algo que no es ni técnica ni ciencia, tampoco ideología o doctrina religiosa. El ser humano se resiste a vivir encerrado para siempre en esta condición caduca y mortal. Busca un horizonte, necesita una esperanza más definitiva.
No pocos cristianos viven hoy mirando exclusivamente a la tierra. Al parecer no nos atrevemos a levantar la mirada más allá de lo inmediato de cada día. En esta fiesta cristiana de la Ascensión del Señor quiero recordar unas palabras de aquel gran científico y místico que fue P. Teilhard de Chardin: «Cristianos a solo veinte siglos de la Ascensión. ¿Qué habéis hecho de la esperanza cristiana?».
En medio de interrogantes e incertidumbres, los seguidores de Jesús seguimos caminando por la vida trabajados por una confianza y una convicción. Cuando parece que la vida se cierra o se extingue, Dios permanece. El misterio último de la realidad es un misterio de amor salvador. Dios es una puerta abierta a la vida eterna. Nadie la puede cerrar.
José Antonio Pagola
El lugar de la Ascensión del Señor – La Capilla del Monte de los ...

martes, 12 de mayo de 2020

Vídeos Reflexión: VIº Domingo de Tiempo de Pascua - Ciclo A - "La promesa del Espíritu Santo" - (Ed. Verbo Divino - Regina Goberna Youtube)

Lectio Jn 14, 15 21
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Evangelio según San Juan 14, 15-21 - "La promesa del Espíritu Santo"

VIº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo A
"La promesa del Espíritu Santo"
17/05/2020
Jn 14, 15-21

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Reflexión
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ve tristes y abatidos. Pronto no le tendrán a él. ¿Quién podrá llenar su vacío? Hasta ahora ha sido él quien ha cuidado de ellos, los ha defendido de los escribas y fariseos, ha sostenido su fe débil y vacilante, les ha ido descubriendo la verdad de Dios y los ha iniciado en su proyecto humanizador.
Jesús les habla apasionadamente del Espíritu. No los quiere dejar huérfanos. Él mismo pedirá al Padre que no los abandone, que les dé «otro Defensor» para que «esté siempre con ellos». Jesús lo llama «el Espíritu de la verdad». ¿Qué se esconde en estas palabras de Jesús?

Este «Espíritu de la verdad» no ha de ser confundido con una doctrina. Esta verdad no hay que buscarla en los libros de los teólogos ni en los documentos de la jerarquía. Es algo mucho más profundo. Jesús dice que «vive con nosotros y está en nosotros». Es aliento, fuerza, luz, amor… que nos llega del misterio último de Dios. Lo hemos de acoger con corazón sencillo y confiado.

Este «Espíritu de la verdad» no nos convierte en «propietarios» de la verdad. No viene para que impongamos a otros nuestra fe ni para que controlemos su ortodoxia. Viene para no dejarnos huérfanos de Jesús, y nos invita a abrirnos a su verdad escuchando, acogiendo y viviendo su Evangelio.

Este «Espíritu de la verdad» no nos hace tampoco «guardianes» de la verdad, sino testigos. Nuestro quehacer no es disputar, combatir ni derrotar adversarios, sino vivir la verdad del Evangelio y «amar a Jesús guardando sus preceptos».

Este «Espíritu de la verdad» está en el interior de cada uno de nosotros defendiéndonos de todo lo que nos pueda apartar de Jesús. Nos invita a abrirnos con sencillez al misterio de un Dios Amigo de la vida. Quien busca a este Dios con honradez y verdad no está lejos de él. Jesús dijo en cierta ocasión: «Todo el que es de la verdad escucha mi voz». Es cierto.

Este «Espíritu de la verdad» nos invita a vivir en la verdad de Jesús en medio de una sociedad donde con frecuencia a la mentira se la llama estrategia; a la explotación, negocio; a la irresponsabilidad, tolerancia; a la injusticia, orden establecido; a la arbitrariedad, libertad; a la falta de respeto, sinceridad…

¿Qué sentido puede tener la Iglesia de Jesús si dejamos que se pierda en nuestras comunidades el «Espíritu de la verdad»?
¿Quién podrá salvarla del autoengaño, las desviaciones y la mediocridad generalizada?
¿Quién anunciará la Buena Noticia de Jesús en una sociedad tan necesitada de aliento y esperanza?

José Antonio Pagola
Grupos de Jesús – 6 Pascua – A (Juan 14,15-21) - Grupos de Jesús -

miércoles, 6 de mayo de 2020

Vídeos Reflexión: Vº Domingo de Tiempo de Pascua - Ciclo A - "Jesús, camino hacia el Padre" - (Ed. Verbo Divino - Youtube)

Exploradores 2 Lección 11: Tú puedes ser un Ganador de Almas
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Intelectualismo moral, o cómo andar por la senda del bien

Evangelio según San Juan 14,1-12 - "Jesús, camino hacia el Padre" -

Vº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo A
"Jesús, camino hacia el Padre"
10/05/2020
Jn 14, 1-12

Juan 14:6 - RVR60 - Versículo de la Biblia del día - DailyVerses.net
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Reflexión
EL CAMINO
Al final de la última cena, los discípulos comienzan a intuir que Jesús ya no estará mucho tiempo con ellos. La salida precipitada de Judas, el anuncio de que Pedro le negará muy pronto, las palabras de Jesús hablando de su próxima partida, han dejado a todos desconcertados y abatidos. ¿Qué va a ser de ellos?
Jesús capta su tristeza y su turbación. Su corazón se conmueve. Olvidándose de sí mismo y de lo que le espera, Jesús trata de animarlos: «No os inquietéis. Confiad en Dios y confiad también en mí». Más tarde, en el curso de la conversación, Jesús les hace esta confesión: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre sino por mí». No lo hemos de olvidar nunca.

«Yo soy el camino»
El problema de muchos no es que vivan extraviados o descaminados. Sencillamente viven sin camino, perdidos en una especie de laberinto: andando y desandando los mil caminos que, desde fuera, les van indicando las consignas y modas del momento.
¿Y qué puede hacer un hombre o una mujer cuando se encuentra sin camino? ¿A quién se puede dirigir? ¿Adónde puede acudir? El que camina tras los pasos de Jesús podrá seguir encontrándose con problemas y dificultades, pero está en el camino acertado que conduce al Padre. Esta es la promesa de Jesús.

«Yo soy la verdad»
Estas palabras encierran una invitación escandalosa a los oídos modernos. Y, sin embargo, también hoy hemos de escuchar a Jesús. No todo se reduce a la razón. El desarrollo de la ciencia no contiene toda la verdad. El misterio último de la realidad no se deja atrapar por los análisis más sofisticados. El ser humano ha de vivir ante el misterio último de su existencia.
Jesús se presenta como camino que conduce y acerca a ese Misterio último. Dios no se impone. No fuerza a nadie con pruebas ni evidencias. El Misterio último es silencio y atracción respetuosa. Jesús es el camino que nos puede conducir a confiar en su bondad.

«Yo soy la vida»
Jesús puede ir transformando nuestra vida. No como el maestro lejano que ha dejado un legado de sabiduría admirable a la humanidad, sino como alguien vivo que, desde lo más profundo de nuestro ser, infunde en nosotros un germen de vida nueva.
Esta acción de Jesús en nosotros se produce casi siempre de forma discreta y callada. El mismo creyente solo intuye una presencia imperceptible. A veces, sin embargo, nos invade la certeza, la alegría incontenible, la confianza total: Dios existe, nos ama, todo es posible, incluso la vida eterna. Nunca entenderemos la fe cristiana si no acogemos a Jesús como el camino, la verdad y la vida.
José Antonio Pagola
Para empezar a caminar...

martes, 5 de mayo de 2020

Video: Intenciones del Papa Francisco - "Recemos para la Evangelización por los Diáconos." - (YouTube) -

La comisión que estudia el diaconado femenino en la Iglesia ...
¿Tenemos clara cuál es la misión de los diáconos en la Iglesia? Ellos aportan al clero el mundo de la familia y de su profesión. Tienen mucho que dar. Son hombres con una vocación familiar de servicio a Dios y a sus hermanos muy clara y necesaria para la Iglesia. El servicio en la liturgia, a la palabra y a los más desfavorecidos está en la esencia de su misión. 
Papa Francisco - Mayo 2020

INTENCIONES DEL PAPA 
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
MAYO 2020
Intención de oración universal:
Recemos para que los diáconos, fieles al servicio de la Palabra y de los pobres, sean un signo vivificante para toda la Iglesia.

Oración
Señor Jesucristo,
que enviaste a tus discípulos
para proclamar a todos el Reino de los Cielo,
no sólo con palabras,
sino también con obras de misericordia.
Te pedimos por todos los que,
en tu Iglesia, viven el diaconado como una misión.
Fortalécelos con tu Espíritu,
Aliéntalos junto con sus familias,
para que anuncien tu Palabra con ardor
y manifiesten tu ternura y misericordia
a los más pequeños,
los más pobres y excluidos.
Enriquece a tu Iglesia
Con más vocaciones de diáconos.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria…

Oración de ofrecimiento
Padre Bueno, sé que estás conmigo. Aquí estoy en este nuevo día. Pon una vez más mi corazón junto con el Corazón de tu Hijo Jesús, que se entrega a mí y que viene a mí en la Eucaristía, que tu Espíritu Santo me haga su amigo y su apóstol, disponible a su misión de compasión. Pongo en tus manos mis alegrías y esperanzas, mis trabajos y sufrimientos, todo lo que soy y tengo, en comunión con mis hermanos y hermanas de esta Red Mundial de Oración. Con María, te ofrezco mi jornada por la misión de la Iglesia y por las intenciones de oración del Papa y de mi Obispo para este mes.
 Amén.

Propuestas para el mes
  • En las comunidades donde hay diáconos permanentes, expresa de alguna manera, aprecio por su generosidad y carisma, manifestado no sólo en la liturgia, sino en la misión caritativa en la comunidad.
  • Promueve en tu comunidad, grupos juveniles, catequesis, grupos de parejas, algún tiempo de formación o de testimonio en el diaconado, su historia, lugar en la Iglesia, en la misión y en la liturgia.
  • Organiza un momento de oración por las vocaciones al diaconado, ya sea para los que se preparan para el sacerdocio, o para los diáconos permanentes y sus familias.