miércoles, 25 de noviembre de 2015

Evangelio según San Lucas 21, 25-28.34-36 - "Levántate, despierta " -

1º Domingo
de Tiempo de Adviento - Ciclo C
"Levántate, despierta"
29/11/15
Lc 21, 25-28.34-36
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
Los hombres desfallecerán de miedo por que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación».
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes
como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante del Hijo del hombre».
Palabra del Señor     
Reflexión
EL QUE ESTÁ POR VENIR
“En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en el tierra”. Este oráculo de Dios que se encuentra en el libro de Jeremías (Jer 33, 14-16) nos introduce hoy en el tiempo del Adviento. Este es el tiempo de la espera y de la esperanza
• De la espera de un futuro que nos desvela un horizonte en el que se puede vislumbrar el derecho y la justicia. No la justicia de los que se apoyan en el poder del dinero y de las armas para arrogarse el derecho de “ajusticiar” a todos los que consideran como enemigos de sus ideales o de sus intereses. 
• Y de esperanza, porque el mismo oráculo nos anuncia que ese horizonte no es fruto de las estrategias humanas. Es un puro don de Dios. Por eso el texto concluye con unas palabras que nos invitan a elevar los ojos a lo alto: “En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “Señor –nuestra- justicia”.

EXHORTACIONES
En el evangelio que se proclama en este primer domingo de Adviento, Jesús anuncia que habrá signos en los astros, angustia entre las gentes, estruendo del mar y hombres que quedan sin aliento, agarrotados por el miedo ante lo que se le viene encima al mundo (Lc 21, 25-36). Pero esta profecía incluye tres exhortaciones que conviene leer en sentido inverso:
• “Estad despiertos”. Si nos mantenemos en vela podremos llegar a discernir los signos de los tiempos y aprender el profundo significado que encierran para nosotros.
• “Tened cuidado”. Si perdemos la esperanza en el futuro, nos dejaremos emborrachar por el vicio y el dinero, que nos ofrecen en el presente una seguridad ilusoria.
• “Alzad la cabeza” Si levantamos la vista solo para lamentarnos no habremos conseguido mucho. Levantamos los ojos para descubrir la liberación y al Liberador.
De hecho el texto evangélico de hoy no promete algo sino la llegada de Alguien: “Manteneos en pie ante el Hijo del hombre”.

ACTITUDES
En la segunda lectura de la misa de hoy leemos un trozo del primer escrito cristiano: la primera carta de Pablo a los fieles de la ciudad de Tesalónica. En este mensaje, el Apóstol subraya tres actitudes que acompañan a la esperanza:
• Rebosar de amor mutuo. Esta es la verdadera actitud del cristiano ante los demás. No se puede esperar al Señor viviendo en la indiferencia, y menos aún en el rencor. 
• Pedir la fortaleza. Esta actitud nos sitúa ante nosotros mismos. Nuestra debilidad nace de nuestro acomodo y nuestra poltronería. Sólo la austeridad nos hará fuertes para esperar.
• Mantenerse irreprensibles ante Dios. Esta tercera actitud nos lleva a examinar nuestra conciencia ante Dios. El conoce nuestro corazón y nuestra verdad más oculta. 
- Señor Jesús, conocemos las instrucciones que en tu nombre nos han entregado tus apóstoles y ha conservado para nosotros una larga tradición. Concédenos la fuerza para llevarlas a cabo, de forma que esperemos ardientemente tu venida y la preparemos con nuestro compromiso diario. Ven Señor Jesús. 
José-Román Flecha Andrés      

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