Haz click sobre la imágen
Pquia. San Pio X, Mar del Plata: Proyecto basado en las directivas del Padre M, Bautista. Como devotos de la Divina Misericordia del Señor, surge la necesidad de ver reflejada en la acción la Misericordia de Dios, queremos dar a conocer las obras de Misericordia, corporales y espirituales especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Jesús privilegió a los pobres y sufrientes (Lc. 6,20 ss), Él nos enseña a ver en el enfermo a Cristo (Mt. 25,31-46)
martes, 31 de enero de 2017
Evangelio según San Mateo 5, 13-16 - "Llamados a ser Sal y Luz en el mundo"
5º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"Llamados a ser Sal y Luz en el mundo"
"Llamados a ser Sal y Luz en el mundo"
05/2/17
Mt 5, 13-16
Haz click en la imágen para leer el Evangelio
Reflexión
LUZ DEL MUNDO
“Entonces romperá tu luz como la aurora…, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”. Esas promesas, que encontramos en el texto del libro de Isaías que hoy se proclama (Is 58,7-10). Son la respuesta de Dios a todos los que se lamentan de haber ayunado sin ser escuchados por el Señor.
El oráculo dice que el ayuno verdadero consiste en partir el pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no cerrar el corazón a los que son nuestros hermanos. Es decir, el auténtico ayuno no consiste tanto en no comer como en practicar las obras de misericordia.
Por eso el salmo responsorial se hace eco de aquella profecía, proclamando: “Quien es justo, clemente y compasivo, brilla como una luz en las tinieblas”.
Para nada vale nuestra autosuficiencia. Con razón escribe san Pablo que “nuestra fe no se apoya en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1Cor 2,5).
LA CIUDAD Y LA LÁMPARA
En el evangelio según san Mateo, el capítulo 5 comenzaba proclamando las bienaventuranzas de Jesús. En ellas se dice cómo es Dios y cuál es la identidad del Cristo. Pero también se expone la misión de la Iglesia y se revela la honda verdad del ser humano. A continuación, Jesús se refiere a sus discípulos con una proclamación y dos imágenes complementarias:
• “Vosotros sois la luz del mundo”. No es un mandato. Antes de ser una obligación moral, es una revelación. Aquel que es la Luz hace que sus seguidores sean luminosos para un mundo que con frecuencia parece caminar en las tinieblas.
• “No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte”. Para favorecer la defensa, muchas ciudades antiguas se elevaban sobre una colina. Eso facilitaba también a los peregrinos encontrar el camino para guarecerse en ellas.
• “Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa”. Esta otra imagen, tan casera y familiar, invita a los discípulos a ser testigos de la luz recibida del Señor.
DON Y TAREA
De todas formas, el texto evangélico continúa con una exhortación, tan apremiante como sugerente, tan tradicional como actual:
• “Alumbre así vuestra luz a los hombres”. Nadie recibe el don de la gracia solo para su propio beneficio. La luz que hemos recibido es un don gratuito, pero es también una tarea y una responsabilidad. Ha de llegar a todos los hombres.
• “Para que vean vuestras buenas obras”. El bien ha de ser bien hecho. Y las buenas obras no pueden quedar ocultas. No se puede hacer el bien para ser alabados, pero no es razonable ocultarlo siempre a los ojos de los demás.
• “Para que den gloria a vuestro Padre que está en el cielo”. Esa es la clave. Esa es la motivación de toda la exhortación. La difusión del bien no puede convertirse en un motivo para la gloria personal. Promover la gloria del Padre es el camino de la felicidad.
- Señor Jesús, te reconocemos y te proclamamos como la luz verdadera que ha venido a este mundo. Que nuestras palabras y obras difundan tu resplandor, nos ayuden a encontrar la verdad y a orientar a otros por el camino del bien.
José-Román Flecha Andrés
lunes, 23 de enero de 2017
Evangelio según San Mateo Mt 4, 25—5, 12 - "Las Bienaventuranzas del Reino de Dios"
4º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"Las Bienaventuranzas del Reino de Dios"
29/1/17
Mt 4, 25—5, 1229/1/17
Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.
Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a Él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
«Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron».
Palabra del Señor
Reflexión
FELICES
“Buscad al Señor, vosotros, todos los humildes de la tierra, los que ponéis en práctica sus decretos” (Sof 2,3). Así comienza el texto del profeta Sofonías que se proclama en este domingo 4º del Tiempo Ordinario.
Buscar al Señor equivale a buscar la justicia y la humildad. A esa búsqueda del ser humano responde un oráculo del Señor: “Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el nombre del Señor” (Sof 3,12).
Seguramente tanto la búsqueda humana como la respuesta divina resultarán extrañas y hasta escandalosas en un mundo que se cree autosuficiente. Esta es una sociedad en la que parecen triunfar los que confían en sí mismos, los que buscan un triunfo fácil y una situación de privilegio. La pobreza no puede presentarse como un ideal de vida.
Pero el salmo 145 nos asegura que Dios “hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos”. También san Pablo recuerda a los cristianos de Corinto que Dios no eligió entre ellos a los sabios y poderosos, sino a los más débiles y despreciados (1Cor 1,26-31).
EL ESCÁNDALO
Si estos textos resultan escandalosos para la mentalidad contemporánea, mucho más lo será el pregón de las bienaventuranzas con el que el evangelio de Mateo abre el llamado Sermón de la Montaña (Mt 5, 1-12)
• El anuncio de las bienaventuranzas evangélicas es provocador. No deja indiferente al cristiano de nuestro tiempo. Estas palabras nos hacen presente el proyecto de Dios sobre el ser humano. Nos revelan su voluntad amorosa sobre cada uno de nosotros.
• Las bienaventuranzas son un don de Dios para que podamos dirigir a Él nuestros pasos. Si son difíciles para quienes viven de la fe cristiana, resultarán extrañas a una sociedad que vive en la superficialidad y parece haber perdido el gusto por las cosas de Dios y del espíritu.
Pero estas palabras de Jesús no encierran solo un ideal para los cristianos. Revelan también a toda persona, creyente o no creyente, la más honda verdad del ser humano y los valores en los que ha de basarse una sociedad que quiera ser humana y humanizadora.
LOS VALORES
La admiración de Jesús hacia los pobres, los humildes y los marginados convierte a las bienaventuranzas en el código fundamental de la ética cristiana.
• En este mensaje se nos revela lo que somos y lo que en verdad queremos ser. En él se nos muestra el camino de la felicidad. De la felicidad terrena e intrahistórica. Y, sobre todo, de la felicidad eterna que nos ha sido prometida.
• El texto de las bienaventuranzas evangélicas es una profecía. Incluye el mensaje de un anuncio y de una denuncia. Un anuncio de los valores que realmente conducen al ser humano a la felicidad y resumen los ideales de la convivencia social.
• Y una denuncia de los antivalores que ponen en peligro la armonía de la persona y la paz de toda la sociedad. Por eso, las bienaventuranzas exigen de nosotros una renuncia. Sin la renuncia personal, el anuncio no es creíble y la denuncia no es respetuosa.
- Señor Jesús, sabemos y creemos que las bienaventuranzas que tú vivías y proclamabas subrayan la confianza personal que genera la fe, el coraje que brota de la esperanza y la entrega que exige la caridad. Bendito seas por ello, Señor.
José-Román Flecha Andrés
jueves, 19 de enero de 2017
Evangelio según San Mateo 4,12-23 - "El comienzo de la predicación de Jesús"
3º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"El comienzo de la predicación de Jesús"
"El comienzo de la predicación de Jesús"
22/1/17
Mt 4,12-23
Haz click sobre la imágen para leer el Evangelio
Reflexión
UNA VOZ EN GALILEA
“El Señor ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles”. Esas palabras de la primera lectura de este domingo (Is 9,1-4) nos recuerdan que Dios puede siempre derramar su luz sobre una tierra considerada como un lugar pagano. No vale poner etiquetas a las gentes. Dios invita a caminar en la luz al pueblo que caminaba en tinieblas.
Pero no nos engañemos. Los que caminan en tinieblas no siempre son “los otros”, los de fuera, los lejanos. Hemos de reconocer que todos habitamos en una tierra de sombras. Y muchos de nosotros nos hemos habituado a vivir en las tinieblas. ¡Cómo esperamos que la luz brille en nuestra sociedad y en nuestra propia vida!
La liturgia responde a este vibrante anuncio del profeta Isaías con el estribillo del salmo 26: “El Señor es mi luz y mi salvación”. Esa es nuestra convicción. Y nuestra esperanza.
Solo esa luz de lo alto puede puede lograr que no hagamos ineficaz la cruz de Cristo. Ese es el deseo de San Pablo que también hoy deseamos compartir (1 Cor 1,17).
GALILEA DE LOS GENTILES
En el evangelio que se proclama en este tercer domingo del tiempo ordinario se repite hasta cuatro veces la mención a Galilea (Mt 4,12-23). Los peregrinos que viajan a la Tierra Santa disfrutan de la dulzura de aquella tierra. Pero ya sabemos que los contemporáneos de Jesús la consideraban poblada por gentes inclinadas al paganismo.
Pues bien, precisamente a esa región en la que se había criado, retorna Jesús después de haber sido bautizado por Juan en el Jordán. El evangelio de Mateo subraya que de esa forma se cumple lo que había anunciado el profeta Isaías. Ese pueblo ve una luz grande. Todo indica que la luz que brilla en Galilea es la presencia de Jesús.
Ahora bien, Jesús se hace presente con su palabra. Una forma de hablar que resulta novedosa por su autoridad y por su cercanía. Pero esa cercanía se manifiesta sobre todo en la compasión que revelan sus acciones. “Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo”.
UNA DOBLE INVITACIÓN
El relato evangélico recoge dos de las frases que caracterizan el paso de Jesús por Galilea. Una se dirige a toda la gente y la otra a unos pocos elegidos.
• “Convertíos porque está cerca el reino de los cielos”. Estas palabras de Jesús no son una amenaza a los paganos o a los que viven al modo de los paganos. Son una cordial invitación para que todos se incorporen activamente a la gran novedad y reciban la gracia impagable que comporta el reino de Dios.
• “Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”. Estas palabras de Jesús no son un mandamiento. No implican una obligación. Son otra invitación a algunos pescadores del lago de Galilea para que descubran el nuevo horizonte de su vieja profesión. Es un honor colaborar con el Maestro que difunde la luz y la verdad.
- Señor Jesús, te reconocemos como la luz que ilumina a todo el que viene a este mundo. También nosotros tenemos la sensación de vivir hoy en la Galilea de los gentiles. Enséñanos a no lamentarnos. Llámanos a cambiar nuestros esquemas mentales y nuestras actitudes. E invítanos a seguirte para anunciar con esperanza y alegría tu salvación.
José-Román Flecha Andrés
sábado, 14 de enero de 2017
MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO 2017
LOS NIÑOS EMIGRANTES
El día 15 de enero de 2017 se celebra la Jornada Mundial del emigrante y del refugiado. Algunos de los que abandonan su tierra lo han hecho buscando un trabajo más digno. Y otros han tenido que salir de su casa y de su entorno para salvar su vida de las amenazas que les apuntaban como dardos envenenados.
En el mensaje del papa Francisco para la jornada de este año se fija en los «emigrantes menores de edad, vulnerables y sin voz». Y señala que “son principalmente los niños quienes más sufren las graves consecuencias de la emigración, casi siempre causada por la violencia, la miseria y las condiciones ambientales”.
Ante nosotros pasan “tantos niños y niñas, que son iniciados en la prostitución o atrapados en la red de la pornografía, esclavizados por el trabajo de menores o reclutados como soldados, involucrados en el tráfico de drogas y en otras formas de delincuencia, obligados a huir de conflictos y persecuciones, con el riesgo de acabar solos y abandonados”. ¿Qué se puede hacer ante este dramático panorama”.
En primer lugar, hemos de ser conscientes de que el fenómeno de la emigración no está separado de la historia de la salvación, es más. Está conectado a un mandamiento de Dios: «No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto» (Ex 22,20); «Amaréis al forastero, porque forasteros fuisteis en Egipto» (Dt 10,19).
Hay que centrarse en la protección, la integración y en soluciones estables. “Se trata de adoptar todas las medidas necesarias para que se asegure a los niños emigrantes protección y defensa, ya que «estos chicos y chicas terminan con frecuencia en la calle, abandonados a sí mismos y víctimas de explotadores sin escrúpulos que, más de una vez, los transforman en objeto de violencia física, moral y sexual».
Además, es necesaria “una cooperación cada vez más eficaz y eficiente, basada no sólo en el intercambio de información, sino también en la intensificación de unas redes capaces que puedan asegurar intervenciones tempestivas y capilares”.
Hay que “trabajar por la integración de los niños y los jóvenes emigrantes. Ellos dependen totalmente de la comunidad de adultos y, muy a menudo, la falta de recursos económicos es un obstáculo para la adopción de políticas adecuadas de acogida, asistencia e inclusión”.
Finalmente, por ser este un fenómeno complejo, “la cuestión de los emigrantes menores de edad se debe afrontar desde la raíz… Por tanto, es absolutamente necesario que se afronten en los países de origen las causas que provocan la emigración”.
El Papa pide a todos los que caminan al lado de los niños y jóvenes por los caminos de la emigración que no se cansen de “dar con audacia un buen testimonio del Evangelio, que los llama a reconocer y a acoger al Señor Jesús, presente en los más pequeños y vulnerables”.
José-Román Flecha Andrés
Haz click sobre la imágen para leer
el Mensaje del Santo Padre
miércoles, 11 de enero de 2017
Evangelio según San Juan 1,29-34 - "Jesús, el Cordero de Dios" -
2º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"Jesús, el Cordero de Dios"
"Jesús, el Cordero de Dios"
15/1/17
Jn 1,29-34
Haz click en la imágen para leer el Evangelio
Reflexión
UNA MISIÓN UNIVERSAL
“Te hago luz de la naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”. Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco”. Estas palabras se encuentran en el segundo de los cantos del Siervo del Señor (Is 49,6). El elegido es también el enviado.
Pero no es enviado por Dios solamente para reunir a su pueblo, sino para iluminar a todas las naciones. La suya es una misión con dimensiones de universalidad.
A esa misión se muestra dispuesto y obediente el elegido, según lo canta el salmo 39: “Aquí estoy, para hacer tu voluntad. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas”.
También San Pablo se presenta como un llamado por Dios a ser apóstol. Y también él es consciente de que su misión se extiende a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo (1Cor 1,1-3).
LA IGNORANCIA DEL MUNDO
De nuevo se nos presenta en el evangelio de este domingo la figura de Juan el Bautista. Al ver a Jesús que viene hacia él, exclama: “Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1,29). Esas palabras han sido incorporadas en la liturgia romana para invitarnos a participar en la comunión eucarística.
• No se puede olvidar que este mundo nuestro vive con frecuencia ignorando a Dios y despreciando su voluntad. Ahora bien, afirmar la presencia del pecado en el mundo no puede convertirnos en profetas de calamidades o de condenación. Creemos y sabemos que el pecado ha sido vencido por Jesús.
• Juan Bautista nos presenta a Jesús como el Cordero del mundo. El Pastor-Cordero nos conoce y nos guía, nos alimenta y nos defiende. Y finalmente se entrega por nosotros. Como el cordero de la pascua judía, Jesucristo se entrega en expiación por el pecado del mundo. Y por nuestro pecado. Sería de necios ignorar también esa entrega.
LA IGNORANCIA DE JUAN
Pues bien, es interesante ver como en la confesión de Juan el Bautista se contraponen la ignorancia del profeta y la revelación que lo ilumina:
• “Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar…” Juan comprende que el bautismo que él administra es tan solo su humilde contribución para que Jesús se manifieste a Israel.
• “He contemplado al Espíritu… que se posó sobre él”. La ignorancia del profeta encuentra ayuda en la contemplación del Espíritu que guía a Jesús.
• “Yo no lo conocía, pero el que me envió me dijo…” Juan no conoce a Jesús pero se sabe elegido y enviado por Dios para presentar a Jesús ante el pueblo.
• “Yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”. La ignorancia ha dejado paso a la contemplación y esta exige el testimonio. Ese es también nuestro camino.
- Padre de los cielos, tú nos has elegido y enviado a anunciar la presencia de Jesucristo en un mundo que pretende ignorarla. Ayúdanos a cumplir esa misión con humildad, pero con generosidad Amén.
José-Román Flecha Andrés
domingo, 8 de enero de 2017
Video: Intenciones del Papa Francisco - "Los cristianos al servicio de la humanidad" - (YouTube) -
Por todos los cristianos, para que contribuyan con la oración y la caridad fraterna a restablecer la plena comunión eclesial al servicio de los desafíos de la humanidad.
Papa Francisco - Enero 2017
INTENCIONES DEL PAPA
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
ENERO 2017
Universal: Los cristianos al servicio de los desafíos de la humanidad.
Evangelización: Por todos los cristianos, para que, fieles a las enseñanzas del Señor, contribuyan con la oración y la caridad fraterna, a restablecer la plena comunión eclesial, colaborando para responder a los desafíos actuales de la humanidad.
Oración
Señor Dios nuestro, a lo largo de la historia, tu iglesia sufrió y sufre mucho la división entre aquellos que creen en tu Hijo Jesús.
Pero son ya tantos los gestos y las actitudes que hablan de unión y no de separación, a través de tantos hombres y mujeres, de diversas confesiones cristianas, que colaboran en la causa de la paz, de la dignidad de la vida humana, del cuidado de la creación.
Envía Señor tu Espíritu sobre todos los cristianos, para que la oración en común y los gestos de caridad sean un signo visible de respuesta que la Iglesia trae a los desafíos de la humanidad.
Que en un mundo dividido, sean los cristianos los que testimonien la alegría y la fuerza de la unión.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria ...
Desafíos para el mes:
Rezar por la unidad de los cristianos, en especial en el Octavario de Oración por la unidad de los cristianos (días 18 a 25).
Procurar conocer e integrar actividades de colaboración entre varias confesiones cristianas en el servicio a los más pobres y marginalizados.
Si conoces cristianos de otras confesiones que vivan en tu vecindario, procura visitarles y pensar en realizar alguna actividad en común: una oración, una acción solidaria, un servicio, etc.
http://www.popesprayer.net/
jueves, 5 de enero de 2017
Evangelio según San Mateo 3,13-17 - "El Bautismo del Señor" - Fiesta -
1º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"El Bautismo del Señor"
08/1/17Mt 3,13-17
Haz click sobre la imágen para leer el Evangelio
Esta fiesta es también una epifanía, una manifestación.
Dios creador se manifestó en el bautismo de su Hijo,
el Espíritu Santo recrea sobre las aguas del rió Jordán a la humanidad.
Con esta fiesta concluye el Tiempo de Navidad y
comienza el Tiempo Ordinario o Tiempo durante el año
Dios creador se manifestó en el bautismo de su Hijo,
el Espíritu Santo recrea sobre las aguas del rió Jordán a la humanidad.
Con esta fiesta concluye el Tiempo de Navidad y
comienza el Tiempo Ordinario o Tiempo durante el año
Reflexión
EL HIJO AMADO
EL HIJO AMADO
De todas formas, el poema refleja la elección de alguien que recibe el Espíritu de Dios y es enviado para una misión estupenda: la de proclamar la alianza de Dios y la luz que él derrama sobre todos los pueblos. Una misión liberadora para todos los cautivos de las mil cadenas que pueden amarrar a los humanos.
El texto de los Hechos de los Apóstoles que hoy se proclama recoge unas palabras que Pedro pronuncia en la casa del centurión Cornelio. Jesús, ungido en su bautismo con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hech 10,38).
EL DIÁLOGO
Al meditar el misterio del Bautismo de Jesús, muchos nos preguntamos por qué quiso ser bautizado el que era la suma limpieza. Según los Padres de la Iglesia, Jesús bajó al Jordán, como Josué lo cruzó para conducir a su pueblo a la tierra de la libertad. El evangelio de Mateo introduce un diálogo intrigante para muchos creyentes:
• “Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mi?” El Catecismo de la Iglesia Católica interpreta estas palabras, como el reflejo de una duda de Juan el Bautista (CCE 535). El evangelista pretende dejar clara la superioridad de Jesús con relación al Precursor. Y disipar los recelos de los discípulos de ambos.
• “Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”. La respuesta de Jesús refleja su decisión de cumplir “la justicia plena”, aceptando el proyecto de Dios. Es decir, proclamando con los signos que Dios ofrece la salvación gratuita a todos los pecadores, a los que se acerca Jesús en este rito bautismal.
EL ORÁCULO
Una vez bautizado, Jesús salió del agua y vio que el Espíritu se posaba sobre él en forma de paloma. Un dato que evoca el final del diluvio. Jesús es la tierra firme que emerge de las aguas de la muerte. Él es el anuncio de la paz que Dios ofrece a la humanidad y a todo el mundo creado. Pero a lo que se “ve” acompaña la voz de lo alto que se “oye”:
• “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Este oráculo es una adaptación de las palabras con las que Dios se refiere a su Siervo, elegido para salvar a su pueblo por medio de su palabra y también por sus dolores.
• “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Si en su bautismo Jesús se asocia a la suerte de los pecadores que bajan al Jordán, su misión de Hijo amado de Dios lo llevará a sufrir por ellos, es decir por todos nosotros.
• “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. Al mostrarnos a su Hijo amado, Dios se nos revela como Padre universal. Su amor y su misericordia lo acompañan y definen. De esos dones todos nosotros hemos sido declarados herederos.
- Padre de los cielos, que nos has revelado en Jesús a tu Hijo amado, te damos gracias por la misión salvadora que le has confiado y te rogamos que tu Espíritu nos ayude a cumplir siempre tu voluntad”.
José-Román Flecha Andrés
miércoles, 4 de enero de 2017
Video y Evangelio según San Mateo 2,1-12 - Epifanía del Señor - Solemnidad - (YouTube)
Epifanía del Señor - Solemnidad
Tiempo de Navidad
6/1/16
Mt 2, 1-12
Tiempo de Navidad
6/1/16
Mt 2, 1-12
Haz click sobre la imágen para leer el Evangelio
Reflexión
DE LOS ASTROS AL SEÑOR
Los Magos han llamado siempre la atención de los cristianos. Por su origen misterioso. Por su tenacidad en seguir un signo que los lleva hasta el Mesías. Por la osadía que los lleva a presentarse en la misma residencia de un rey que representa la primera oposición al Mesías. Por su adoración, por su entrega, por su conversión.
El episodio de los Magos es como una parábola sobre el camino que lleva de la increencia a la fe, de la lejanía al encuentro, de la paganía a la cristianía. La atención, el camino y la adoración son, en ellos y gracias a ellos, el resumen del seguimiento cristiano.
1. Los Magos miran a los astros. pero los ven como señales de un misterio que los trasciende. Observan lo natural, pero su vida está abierta a lo sobrenatural. Sus días están llenos de sed y de espera. Sólo descubre el significado de lo que ve, quien está dispuesto a ver más allá de los signos.
La atención de los Magos a los astros es un modelo para todos nosotros. Será preciso estar atentos a la creación para ver en ella las huellas del Creador. Será necesario estar atentos a los signos de los tiempos para encontrar al Señor del tiempo y de la historia.
2. Solo descubren el sentido de la vida los que se ponen en camino. La itinerancia no es sólo una actividad más de la vida humana: es su misma esencia y su destino. En el camino, se ocultan a veces las señales que suscitaron el caminar. Pero es preciso seguir caminando.
La esperanza de los Magos es también la nuestra: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarle” (Mt 2,2). He ahí la pregunta que nos identifica como creyentes, la que nos hace extraños en un tiempo en el que no se valora la búsqueda.
3. “Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría” (Mt 2,10). Pero la alegría no es el fin de los caminos, si éstos no llevan hasta la meta. Sólo llega quien camina. Y quien reconoce que sólo el Señor merece adoración. “Entraron en la casa; vieron al Niño con su madre María y, postrándose, lo adoraron” (Mt 2,11).
Adorar es la meta y es la clave de la fe. Pero poco sería adorar sin entregarse. La adoración o es dádiva o es tan sólo un rito. Los dones que presentamos al adorar al Señor son tan sólo signo de la entrega de nosotros mismos. “Abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra” (Mt 2, 11). Seguramente no era todo lo que tenían, pero era lo mejor que poseían.
Los Magos llegados del Oriente son la parábola de los buscadores de Dios, convertidos ya en seguidores del Mesías. Nosotros no adoramos a los astros, sino al Señor de los astros y de la historia. Somos humildes caminantes que tratamos de ver las señales que nos llevan a reconocerle y adorarle.
José-Román Flecha Andrés
Suscribirse a:
Entradas (Atom)