martes, 28 de mayo de 2019

Videos Reflexion: VIIº Domingo de Pascua - Solemnidad "La Ascensión del Señor" - (Ed. Verbo Divino - Youtube) -

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Evangelio según San Lucas 24, 46-53 - Solemnidad "La Ascensión del Señor"

VIIº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo C

Solemnidad "La Ascensión del Señor"
2/06/19
Lc. 24, 46-53

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Reflexión
CRECIMIENTO Y CREATIVIDAD
Los evangelios nos ofrecen diversas claves para entender cómo comenzaron su andadura histórica las primeras comunidades cristianas sin la presencia de Jesús al frente de sus seguidores. Tal vez, no fue todo tan sencillo como a veces lo imaginamos. ¿Cómo entendieron y vivieron su relación con él, una vez desaparecido de la tierra?

Mateo no dice una palabra de su ascensión al cielo. Termina su evangelio con una escena de despedida en una montaña de Galilea en la que Jesús les hace esta solemne promesa: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Los discípulos no han de sentir su ausencia. Jesús estará siempre con ellos. Pero ¿cómo?

Lucas ofrece una visión diferente. En la escena final de su evangelio, Jesús «se separa de ellos subiendo hacia el cielo». Los discípulos tienen que aceptar con todo realismo la separación: Jesús vive ya en el misterio de Dios. Pero sube al Padre «bendiciendo» a los suyos. Sus seguidores comienzan su andadura protegidos por aquella bendición con la que Jesús curaba a los enfermos, perdonaba a los pecadores y acariciaba a los pequeños.

El evangelista Juan pone en boca de Jesús unas palabras que proponen otra clave. Al despedirse de los suyos, Jesús les dice: «Yo me voy al Padre y vosotros estáis tristes… Sin embargo, os conviene que yo me vaya para que recibáis el Espíritu Santo». La tristeza de los discípulos es explicable. Desean la seguridad que les da tener a Jesús siempre junto a ellos. Es la tentación de vivir de manera infantil bajo la protección del Maestro.

La respuesta de Jesús muestra una sabia pedagogía. Su ausencia hará crecer la madurez de sus seguidores. Les deja la impronta de su Espíritu. Será él quien, en su ausencia, promoverá el crecimiento responsable y adulto de los suyos. Es bueno recordarlo en unos tiempos en que parece crecer entre nosotros el miedo a la creatividad, la tentación del inmovilismo o la nostalgia por un cristianismo pensado para otros tiempos y otra cultura.

Los cristianos hemos caído más de una vez a lo largo de la historia en la tentación de vivir el seguimiento a Jesús de manera infantil. La fiesta de la Ascensión del Señor nos recuerda que, terminada la presencia histórica de Jesús, vivimos «el tiempo del Espíritu», tiempo de creatividad y de crecimiento responsable. El Espíritu no proporciona a los seguidores de Jesús «recetas eternas». Nos da luz y aliento para ir buscando caminos siempre nuevos para reproducir hoy su actuación. Así nos conduce hacia la verdad completa de Jesús.
José Antonio Pagola
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lunes, 20 de mayo de 2019

Vídeos Reflexion: VIº Domingo de Tiempo Pascual - Ciclo C - "Jesús, camino hacia el Padre" - (YouTube - Ed. Verbo Divino)

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Evangelio según San Jn 14,23-29 - "Jesús, camino hacia el Padre"

VIº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo C

"Jesús, camino hacia el Padre"
26/05/19
Jn 14,23-29

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Reflexión
ÚLTIMOS DESEOS DE JESÚS

Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ve tristes y acobardados. Todos saben que están viviendo las últimas horas con su Maestro. ¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quién acudirán? ¿Quién los defenderá? Jesús quiere infundirles ánimo descubriéndoles sus últimos deseos.
Que no se pierda mi Mensaje. Es el primer deseo de Jesús. Que no se olvide su Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de Dios” del que les ha hablado tanto. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar: “el que me ama, guardará mi palabra...el que no me ama, no la guardará”. 
Después de veinte siglos, ¿qué hemos hecho del Evangelio de Jesús? ¿Lo guardamos fielmente o lo estamos manipulando desde nuestros propios intereses? ¿Lo acogemos en nuestro corazón o lo vamos olvidando? ¿Lo presentamos con autenticidad o lo ocultamos con nuestras doctrinas? 
El Padre os enviará en mi nombre un Defensor. Jesús no quiere que se queden huérfanos. No sentirán su ausencia. El Padre les enviará el Espíritu Santo que los defenderá de riesgo de desviarse de él. Este Espíritu que han captado en él, enviándolo hacia los pobres, los impulsará también a ellos en la misma dirección. 
El Espíritu les “enseñará” a comprender mejor todo lo que les ha enseñado. Les ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Les “recordará” lo que le han escuchado. Los educará en su estilo de vida. 
Después de veinte siglos, ¿qué espíritu reina entre los cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espíritu de Jesús? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia? ¿Vivimos atentos a los que sufren? ¿Hacia dónde nos impulsa hoy su aliento renovador? 
Os doy mi paz. Jesús quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en él, fruto de su unión íntima con el Padre. Les regala su paz. No es como la que les puede ofrecer el mundo. Es diferente. Nacerá en su corazón si acogen el Espíritu de Jesús. 
Esa es la paz que han de contagiar siempre que lleguen a un lugar. Lo primero que difundirán al anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un mundo más sano y justo. Nunca han de perder esa paz. Jesús insiste: “Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”. 
Después de veinte siglos, ¿por qué nos paraliza el miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad moderna? Hay mucha gente que tiene hambre de Jesús. El Papa Francisco es un regalo de Dios. Todo nos está invitando a caminar hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a su Evangelio. No podemos quedarnos pasivos.
José A. Pagola

jueves, 16 de mayo de 2019

Vídeos Reflexión: Vº Domingo de Tiempo Pascual - Ciclo C - "El Mandamiento Nuevo: El Amor Fraterno" - (YouTube - Ed. Verbo Divino)

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Evangelio según San Juan 13, 31-33a. 34-35 - "El Mandamiento Nuevo: El Amor Fraterno"

Vº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo C
"El Mandamiento Nuevo: El Amor Fraterno"
19/05/19
Jn 13,31-33a.34-35

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Reflexión
NO PERDER LA IDENTIDAD
Como yo os he amado.
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?
Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.
Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad.
Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la "cultura del intercambio". Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que "el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea". La gente capaz de amar es una excepción.
Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros.
Si la Iglesia "se está diluyendo" en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.
Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano.
José Antonio Pagola
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martes, 7 de mayo de 2019

Vídeos Reflexión: IVº Domingo de Tiempo Pascual - Ciclo C - "El Buen Pastor" - (Ed. Verbo Divino - Youtube)

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Evangelio según San Juan 10, 27-30 - "El Buen Pastor"

IVº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo C
"El Buen Pastor"
17/04/16
Jn 10, 27-30

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Reflexión
EL PASTOR Y SUS OVEJAS
“Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra” (Hech 13,47). Esas palabras del libro de Isaías, señalan a Pablo y Bernabé un importante giro en su tarea misionera. Han comenzando anunciado el evangelio a los judíos, pero en Antioquía de Pisidia comprenden que han de anunciarlo sobre todo a los gentiles, es decir, a las personas que pertenecen a la cultura helenista.
La tarea no ha de ser fácil, como habrán de experimentar a continuación en las ciudades de la región de Licaonia. Pero los dos apóstoles descubren en la realidad que van encontrando las rutas misioneras que se abren frente a ellos. Se diría que están dispuestos a leer los signos de los tiempos y a seguir el camino que Dios les indica.
El salmo responsorial, en cambio, nos invita a situarnos en el lugar de los que escuchan la palabra de los evangelizadores: “Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño” (Sal 99,3).

LA VOZ Y LA VIDA
Esa imagen de las ovejas y el rebaño aparece en el evangelio que todos los años se proclama en este cuarto domingo de Pascua. Una vez más evocamos la imagen de Jesús como Buen Pastor. En el texto que leemos este año se contienen seis verbos que, al reflejar seis acciones, resumen y explican la relación entre Jesús y sus discípulos (Jn 10,27-28).
• “Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco”. Escuchan la voz de Jesús quienes han decidido aceptarlo como su Maestro y vivir de acuerdo con su mensaje. Pero, al mismo tiempo, pueden tener la seguridad de que no son ajenos a la atención de ese Maestro que conoce a sus discípulos. 
• “Ellas me siguen y yo les doy la vida eterna”. Para escuchar al Maestro, es preciso seguir sus pasos. Siguen a Jesús los que han sido llamados por él y lo han dejado todo por él. Esos discípulos creen que los valores de la vida temporal encuentran su plenitud y su perfección en la vida eterna, a la que el Pastor los conduce. 
• “No perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”. Son muchos los peligros y las tentaciones que acechan a los discípulos del Maestro. Pero el Buen Pastor les asegura que siempre los cuidará y los librará del mal. El Buen Pastor vigila para que nada ni nadie pueda arrebatarle sus ovejas.

EL PADRE Y LAS OVEJAS
“Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno” (Jn 10, 29-30). 
• “Más que todas las cosas”. Esta frase parece un tanto misteriosa. De hecho, puede significar que las ovejas que el Padre ha confiado a Jesús constituyen el mejor don de este mundo. Pero también puede indicar que el Padre es mejor y más fuerte que los que tratan de poner dificultades al rebaño que ha confiado a su Hijo.
• “Nadie puede arrebatar nada”. El verbo griego que se traduce por “arrebatar” aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. Todo indica que los discípulos del Señor habrán de sufrir múltiples asechanzas. Pero nadie es más fuerte que el Padre. Nadie puede arrebatar a Jesús las ovejas que el Padre ha confiado a su cuidado.
• “Yo y el Padre somos uno”. Tras indicar la relación de Jesús con sus discípulos, se revela la relación que le une a su Padre. Una relación nos lleva a la otra. Las ovejas pueden vivir en la confianza, sabiendo que el Padre de Jesús vela por el rebaño de su Hijo.
- Señor Jesús, te reconocemos como el Buen Pastor, que ha dado la vida por sus ovejas. La fe nos dice que tú cuidas de nosotros. La esperanza nos invita a seguir fielmente tus pasos. Y la caridad nos lleva a convivir con nuestros hermanos. Juntos queremos escuchar tu voz y confiar en tu protección. 
José-Román Flecha Andrés
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miércoles, 1 de mayo de 2019

Vídeos Reflexion: IIIº Domingo de Tiempo Pascual - Ciclo C - "Aparición de Jesús junto al lago y Misión de Pedro" - (Ed. Verbo Divino - YouTube)

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Evangelio según San Juan 21,1-19 - "Aparición de Jesús junto al lago y Misión de Pedro"

IIIº Domingo
Tiempo de Pascua - Ciclo C
"Aparición de Jesús junto al lago y Misión de Pedro"
5/05/19
Jn 21, 1-19
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Reflexión
AL AMANECER
En el epílogo del evangelio de Juan se recoge un relato del encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos a orillas del lago Galilea. Cuando se redacta, los cristianos están viviendo momentos difíciles de prueba y persecución: algunos reniegan de su fe. El narrador quiere reavivar la fe de sus lectores.
Se acerca la noche y los discípulos salen a pescar. No están los Doce. El grupo se ha roto al ser crucificado su Maestro. Están de nuevo con las barcas y las redes que habían dejado para seguir a Jesús. Todo ha terminado. De nuevo están solos.
La pesca resulta un fracaso completo. El narrador lo subraya con fuerza: "Salieron, se embarcaron y aquella noche no cogieron nada". Vuelven con las redes vacías. ¿No es ésta la experiencia de no pocas comunidades cristianas que ven cómo se debilitan sus fuerzas y su capacidad evangelizadora?
Con frecuencia, nuestros esfuerzos en medio de una sociedad indiferente apenas obtienen resultados. También nosotros constatamos que nuestras redes están vacías. Es fácil la tentación del desaliento y la desesperanza. ¿Cómo sostener y reavivar nuestra fe?
En este contexto de fracaso, el relato dice que "estaba amaneciendo cuando Jesús se presentó en la orilla". Sin embargo, los discípulos no lo reconocen desde la barca. Tal vez es la distancia, tal vez la bruma del amanecer, y, sobre todo, su corazón entristecido lo que les impide verlo. Jesús está hablando con ellos, pero "no sabían que era Jesús".
¿No es éste uno de los efectos más perniciosos de la crisis religiosa que estamos sufriendo? Preocupados por sobrevivir, constatando cada vez más nuestra debilidad, no nos resulta fácil reconocer entre nosotros la presencia de Jesús resucitado, que nos habla desde el Evangelio y nos alimenta en la celebración de la cena eucarística.
Es el discípulo más querido por Jesús el primero que lo reconoce:"¡Es el Señor!". No están solos. Todo puede empezar de nuevo. Todo puede ser diferente. Con humildad pero con fe, Pedro reconocerá su pecado y confesará su amor sincero a Jesús:"Señor, tú sabes que te quiero". Los demás discípulos no pueden sentir otra cosa.
En nuestros grupos y comunidades cristianas necesitamos testigos de Jesús. Creyentes que, con su vida y su palabra nos ayuden a descubrir en estos momentos la presencia viva de Jesús en medio de nuestra experiencia de fracaso y fragilidad. Los cristianos saldremos de esta crisis acrecentando nuestra confianza en Jesús. Hoy no somos capaces de sospechar su fuerza para sacarnos del desaliento y la desesperanza.
José Antonio Pagola. 
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