Pquia. San Pio X, Mar del Plata: Proyecto basado en las directivas del Padre M, Bautista. Como devotos de la Divina Misericordia del Señor, surge la necesidad de ver reflejada en la acción la Misericordia de Dios, queremos dar a conocer las obras de Misericordia, corporales y espirituales especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Jesús privilegió a los pobres y sufrientes (Lc. 6,20 ss), Él nos enseña a ver en el enfermo a Cristo (Mt. 25,31-46)
martes, 30 de octubre de 2018
Evangelio según San Marcos 12, 28b-34 - "El Mandamiento principal"
31º Domingo
Tiempo Ordinario -Ciclo B-
"El Mandamiento principal"
04/11/18
Mc. 12, 28b-34
Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?".
Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único
Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos".
El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios".
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Tiempo Ordinario -Ciclo B-
"El Mandamiento principal"
04/11/18
Mc. 12, 28b-34
Jesús respondió: "El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único
Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos".
El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios".
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor
Reflexión
LOS DOS MANDATOS
“Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es solamente uno”. Son muy importantes para Israel esas palabras que contiene el texto del Deuteronomio que hoy se proclama (Dt 6, 2-6). A esa llamada de atención se unen tres avisos prácticos:
• “Teme al Señor tu Dios”. El temor de Dios no se puede confundir con el miedo. Dios no se identifica con esos ídolos que con tanto celo veneramos. Sin el temor a Dios, la idea que de él nos formamos solo es una proyección de nuestros propios deseos.
• “Guarda sus mandatos y preceptos”. Los mandatos del Señor no pueden confundirse con imposiciones arbitrarias. Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Sus preceptos son una lámpara para nuestros pasos (Sal 119,105).
• “Ponlos por obra para que te vaya bien”. Los mandamientos de nuestro Dios tampoco son principios abstractos o simples frases para el decorado. Si los ponemos en práctica, llegaremos a encontrar el camino de la armonía integral.
UN ÚNICO AMOR
Un escriba pregunta a Jesús cuál es el primero de los mandamientos (Mc 12,28-34). Seguramente traía en la mente las discusiones de las escuelas sobre el tema. Tal vez quería saber a cuál de ellas pertenecía el Maestro. El escriba se refiere a un solo precepto, pero Jesús le recuerda dos, que reflejan un único amor.
- En primer lugar, según el Deuteronomio, es preciso amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas (Dt 6,5). Frente a la dispersión de los pensamientos, de los sentimientos y de nuestros compromisos habituales, solo el amor a Dios nos ayuda a vivir centrados en lo más importante.
- Además, de acuerdo con el Levítico, es necesario amar al prójimo como a uno mismo (Lev 19,18). Poner el “tú” al nivel del “yo” es la auténtica regla de oro. Al final de su vida, Jesús se presentará como la clave de ese amor: “Amaos unos a otros como yo os he amado”. Esa es la definitiva superación del egoísmo.
LA VERDAD DEL EVANGELIO
Nos admira la sintonía del escriba, que amplía y ratifica la propuesta de Jesús. En sus palabras se refleja ya la reflexión y la experiencia de la comunidad cristiana:
• “El Señor es uno solo y no hay otro fuera de él”. Nuestro politeísmo práctico nos perturba y enloquece. El verdadero creyente nunca podrá adorar a dos dioses. El corazón que de verdad ama a Dios no puede estar dividido.
• “Amar a Dios y al prójimo como a uno mismo vale más que todos los sacrificios”. Un oraculo semejante de Oseas (Os 6,6) encuentra eco en los labios de Jesús (Mt 9,13). El papa Francisco critica una devoción que no se traduce en servicio a los demás.
• “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. El Reino de Dios es Jesús mismo. Amar a Dios y al prójimo: ese es el resumen de la vida y del mensaje del Maestro.
- Señor Jesús, tú sabes que pretendemos identificarnos como tus seguidores apelando a mil signos externos. Nuestras costumbres nos vuelven cómodos y egoístas. Y las divisiones de los grupos cristianos nos ahogan. Ayúdanos a descubrir que el doble mandato del amor nos unirá en la verdad de tu evangelio.
José-Román Flecha Andrés
1 de Noviembre "SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS·
LOS SANTOS Y LA SANTIDAD
Era el primer año de su pontificado. En la audiencia general del día 30 de octubre de 1963, el papa Pablo VI decía a los peregrinos que el tema de la santidad sería celebrado por toda la Iglesia en la próxima festividad dedicada a todos los santos del Paraíso.
Era el momento para recordar que todos los fieles que le escuchaban gozaban de la selecta y afortunada condición de hijos de Dios, mediante el bautismo. Ese sacramento les daba derecho al titulo de “santos”, es decir, bendecidos y dedicados al Señor, y de miembros de la santa Iglesia.
Pablo VI trataba precisamente de despertar en el espíritu de los fieles presentes en la audiencia “el sentido de la dignidad cristiana y el propósito de querer conservarla siempre y vivir, al menos en esa forma habitual y magnífica que llamamos estado de gracia y que ya es santidad”.
De pronto, desgranaba ante los peregrinos que habían llegado hasta la basílica de San Pedro tres preguntas, tan características de su estilo personal:
• ¿Hay algo más bello, más importante para nuestra vida que esto?
• ¿Qué otro bien, qué riqueza, qué perfección hay superior a la gracia, al principio divino de la vida sobrenatural?
• ¿Qué otra condición, qué otra fuerza podemos tener en nuestro interior más eficaz para nuestro progreso espiritual, para nuestra continua santificación, que la fidelidad al estado de gracia?
Pablo VI pedía para los fieles el don más precioso. Pedía que fueran “cristianos vivos, vivos con la gracia de Dios, es decir, santos, y capaces de hacer de todas las experiencias de la vida temporal, del gozo y del dolor, del trabajo y del amor, del coloquio interior de la conciencia y del diálogo exterior con el prójimo, una ocasión, un estímulo para ser mejores, para ser más santos”.
Es verdad que la santidad es un don de Dios. Pero requiere una aceptación activa, generosa y comprometida. Según el Papa, para ser santos son necesarias dos actitudes:
• En primer lugar, “afianzar en nosotros el sentido moral, es decir, el sentido del bien y del mal, el sentido del pecado que la mentalidad moderna va perdiendo cuando está privada de la fe en Dios”.
• Además, es necesario “aumentar en nosotros el gusto por la oración y la confianza en la infinita bondad del Señor, que es verdaderamente el único Santo, el único santificador”.
El papa Pablo VI terminaba su breve alocución deseando a los peregrinos el sumo beneficio de la santificación cristiana. Ahora que su santidad acaba de ser reconocida por la Iglesia, nos dirigimos a él pidiendo que interceda por la Iglesia y por cada uno de nosotros.
José-Román Flecha Andrés
martes, 23 de octubre de 2018
Evangelio según San Marcos 10,46-52 - "Curación de un ciego de Jericó" -
30º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Curación de un ciego de Jericó"
28/10/18
Mc 10,46-52
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Curación de un ciego de Jericó"
28/10/18
Mc 10,46-52
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Reflexión
EL CIEGO DE JERICÓ
“¡El Señor ha salvado a su pueblo, ha salvado al resto de Israel! Los traeré del país del norte, los reuniré de los confines de la tierra. Entre ellos habrá ciegos y cojos, lo mismo preñadas que paridas: volverá una enorme multitud”. En esta primera lectura, Jeremías transmite un oráculo de Dios que anuncia al pueblo de Israel el retorno del exilio (Jer 31,7-9).
Nadie queda excluido de la esperanza. Los ciegos y los cojos evocan un pasado de pobreza y sufrimiento. Las embarazadas y las jóvenes madres anuncian el futuro de la nueva vida. Dios es el verdadero Señor de la vida. En el mismo texto se recoge la mejor de sus promesas: “Seré un padre para Israel”.
El salmo responsorial se hace eco de la alegría de los que habían sido deportados a Babilonia y ahora pueden regresar a su patria: “Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares” (Sal 125,5).
Según la carta a los Hebreos, todo sumo sacerdote “puede comprender a los ignorantes y extraviados, porque también él está sujeto a debilidad” (Heb 5,2). Si esta afirmación valía para el antiguo culto, con más razón puede aplicarse a Jesucristo.
EL ITINERARIO DE LA FE
Tras revisar las apetencias humanas con relación al placer, al tener y al poder, el capítulo décimo del evangelio de Marcos nos ofrece un texto inolvidable que parece una especie de evangelio dentro del evangelio (Mc 10,46-52). Un relato en el que se presentan al menos tres contrastes.
• A la vereda del camino que sale de Jericó hacia Jerusalén está sentado un mendigo que es ciego. Sin embargo, es uno de los pocos enfermos curados por Jesús que tiene nombre propio. Se llama Bartimeo, es decir, “el hijo de Timeo”. Los creyentes en Jesús nunca deberán olvidar que el pobre tiene dignidad.
• Bartimeo está ciego, pero oye los comentarios de los caminantes y se entera de que junto a él pasa Jesús. Los que acompañan al Maestro en su subida hacia Jerusalén pretenden hacerle callar, pero él lo invoca a gritos con un título mesiánico: “Hijo de David, ten compasión de mí”. El texto sugiere que la fe llega por el oído y se expresa en oración.
• Antes del encuentro con Jesús, el ciego era un mendigo sentado al borde del camino y pidiendo limosna. Pero el encuentro le ha hecho recobrar la vista y le ha decidido a seguir a Jesús por el camino. Mendigar al borde del camino, reconocer a Jesús como Maestro y seguirle por el camino. Ese es el itinerario de la fe.
LA SANACIÓN Y LA FE
Frente a las súplicas del ciego, el relato evangélico recoge también tres frases de Jesús que revelan lo que él es y anuncian lo que puede aportar a quienes se acercan a él.
• “Llamadlo”. Jesús vino a buscar a los pobres, y a los enfermos, a los marginados y a los ciegos. Además quiso buscar algunos colaboradores para esa misión de sanación y de salvación. Todos somos exhortados a hacer llegar esa llamada a los que buscan al Señor.
• “¿Qué quieres que haga por ti?” Esta es la misma pregunta que Jesús dirigió a Santiago y Juan, hijos del Zebedeo. Ellos pretendían que Jesús les concediera poder y privilegios. Pero Bartimeo solo quiere la luz que puede conceder el que es la luz del mundo.
• “Anda, tu fe te ha curado”. La sanación viene siempre del Señor. Es absolutamente gratuita. Pero el Señor valora la fe de los que se acercan a él con humildad y confianza. Quien lo confiesa como hijo de Dios puede llegar a descubrirlo como guía del camino.
- Señor Jesús, tú conoces bien que somos pobres y que estamos ciegos. Mucho tiempo llevamos esperando tu llegada. Ayúdanos a reconocerte cuando pasas a nuestro lado. Solo tú puedes abrirnos al misterio de esa luz que ilumina una vida para siempre. Que no nos domine la cobardía. Y que, en medio de nuestras tinieblas, encontremos la audacia de que nos habla el papa Francisco, para poder suplicarte: “Maestro, que pueda ver”. Amén.
José-Román Flecha Andrés
jueves, 18 de octubre de 2018
martes, 16 de octubre de 2018
Video: Intenciones del Papa Francisco - "La Misión de los Consagrados” - (YouTube)
La alegría con la que los consagrados y consagradas cumplen su misión es una bendición para todos.
Apoyemoslos para que encuentren su camino acompañando a los más desfavorecidos.
Papa Francisco - Octubre 2018
INTENCIONES DEL PAPA
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
OCTUBRE 2018
Universal: Por la evangelización, la misión de los consagrados
Para que los consagrados y las consagradas despierten su fervor misionero y estén presentes entre los pobres, los marginados y con los que no tienen voz.
Oración de ofrecimiento
Padre bueno, sé que estás conmigo.
Aquí estoy en este nuevo día.
Pon una vez más mi corazón
junto al Corazón de tu Hijo Jesús,
que se entrega por mí
y que viene a mí en la Eucaristía.
Que tu Espíritu Santo
me haga su amigo y su apóstol,
disponible a su misión.
Pongo en tus manos
mis alegrías y esperanzas,
mis trabajos y sufrimientos,
todo lo que soy y tengo,
en comunión con mis hermanos y hermanas
de esta red mundial de oración.
Con María, te ofrezco mi jornada
por la misión de la Iglesia
y por las intenciones de oración del Papa para este mes.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Propuestas para el mes
- Busca más información sobre la misión de los consagrados y consagradas con las poblaciones más pobres y en los lugares que no se destacan en las noticias.
- Visita, este mes, una comunidad religiosa misionera, cercana a donde vives, para conocer su carisma y misión y ofrece tu servicio en la medida de tus posibilidades.
- Organiza un tiempo de oración en tu comunidad por las vocaciones de quienes se consagran al servicio de sus hermanos y por las personas que ellos sirven.
https://clicktopray.org/es/pope_prayers
lunes, 15 de octubre de 2018
Evangelio según San Marcos 10,35-45 - "El pedido de Santiago y Juan" -
29º Domingo
Tiempo Ordinario - Ciclo B
"El pedido de Santiago y Juan"
21/10/18
Tiempo Ordinario - Ciclo B
"El pedido de Santiago y Juan"
21/10/18
Mc 10,35-45
Haz click sobre la imágen para leer el Evangelio
Reflexión
SERVICIO Y MISIÓN
“El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento…Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos”. Esa era la misión del Siervo del Señor, que recuerda la primera lectura de la misa de hoy (Is 53,10-11). Ese misterioso personaje no aparece revestido de poder. Al contrario, precisamente por sus sufrimientos se convierte en salvador de muchos.
Con el salmo responsorial, confesamos hoy que nuestra redención no es fruto de nuestro poder, sino de la bondad compasiva de Dios: “Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti” (Sal 32,22).
También la carta a los Hebreos nos recuerda que “no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades” (Heb 4,14-15).
En este domingo de la propagación de la fe es bueno tratar de adquirir conciencia de que no es nuestro poder el que contribuye a la misión redentora confiada a la Iglesia.
LA TENTACIÓN DEL PODER
Tras evocar en los domingos anteriores la enseñanza de Jesús sobre el placer y el tener, el evangelio que hoy se proclama nos revela que la apetencia humana del poder ha de ser entendida, a la luz de la fe, como la disponibilidad para servir a los demás (Mc 10,35-45).
• Santiago y Juan, hijos de Zebedeo se dirigen a Jesús con una frase que contradice el ejemplo y la enseñanza que van recibiendo de él: “Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir”. Ese Maestro es el que nos enseña a orar diciendo al Padre: “Hágase tu voluntad”. No podemos convertir a Dios en un ídolo dispuesto a satisfacer nuestro egoísmo.
• Santiago y Juan piden puestos de honor en la gloria del Mesías. Pero Jesús les anuncia que le espera un horizonte de pasión y de muerte. Y ese es el camino que aguarda a los discípulos que lo reconocen como su Maestro. También ellos compartirán el cáliz de amargura que él ha de beber y el baño de dolor y de sangre con que él será bautizado.
• Sería una hipocresía indignarse contra Santiago y Juan. Todos tenemos esa tentación del poder que afecta a los jefes que tiranizan a los pueblos y a los poderosos que oprimen a los débiles. Pero entre los discípulos de Jesús quien quiera ser el primero ha de aprender a ser el servidor de todos. Esa es la lección que nos ha enseñado el Maestro.
ALTANERÍA Y SERVICIO
Es grande quien sirve a los demás. Nunca ha sido fácil aprender esa lección. Ahora mismo el papa Francisco nos llama la atención contra las tentaciones de la mundanidad y del clericalismo. Pero el servicio no es una simple estrategia misional para ir consiguiendo nuevos adeptos para la Iglesia. El servicio es el único modo de parecernos al Maestro.
• “El hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan”. En Jesús vemos la realización de aquel Siervo del Señor del que se habla en el libro de Isaías. En el contexto de la última cena él lavó los pies a sus discípulos y los exhortó a realizar ese gesto de humilde servicio a sus hermanos. Esa es la traducción del mandato del amor.
• “El Hijo del hombre ha venido para servir y dar su vida en rescate por todos”. Al igual que el Siervo del Señor, anunciado por el profeta, también Jesús justifica y rescata a muchos. Como dice el papa Francisco, “quienes se dejan salvar por él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento” (EG 1).
- Señor, Jesús, tú conoces bien nuestra aspiración a sobresalir por encima de los demás. Nuestro orgullo es un dramático obstáculo para la misión. No pueden creer en la grandeza del que se hizo Siervo los que ven a sus discípulos con ansias de poder. Perdona nuestra altanería. Y enséñanos a servir a nuestros hermanos con nuestra entrega diaria.
José-Román Flecha Andrés
martes, 9 de octubre de 2018
Video: Intenciones del Papa Francisco - "Campaña especial de oración por la Iglesia” - (YouTube)
El Papa nos pide rezar un Rosario diario para que la Virgen María proteja a la Iglesia en estos tiempos de crisis, y rezar al Arcángel San Miguel para que la defienda de los ataques del diablo.
Papa Francisco - Octubre 2018
INTENCIONES DEL PAPA
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
OCTUBRE 2018
"El diablo se presenta poderosamente. Te trae regalos. Pero tú no sabes qué hay dentro.
Renuevo la invitación a todos a rezar el Rosario todos los días en octubre, concluyendo con la antífona Bajo tu protección y la oración a San Miguel Arcángel, para repeler los ataques del diablo que quiere dividir a la Iglesia."
Oración al Arcángel San Miguel
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amén
Oración “Bajo tu amparo Santa Madre de Dios”
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
Santo Rosario
Misterios Gozosos (lunes y sábado)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación del Señor Jesús en el templo.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
Misterios Dolorosos (martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
Misterios Gloriosos (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
Misterios Luminosos (jueves)
1. El Bautismo en el Jordán.
2. La autorrevelación en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.
http://www.oraciondelpapa.net.
Evangelio según San Marcos 10,17-30 - "El joven rico" -
28º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"El joven rico"
14/10/18
Mc 10,17-30
En la misa de hoy, la primera lectura afirma que el tesoro más importante es la sabiduría. El texto la compara con tres deseos que a todos interesan (Sap 7,7-11).
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"El joven rico"
14/10/18
Mc 10,17-30
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Reflexión
RIQUEZA Y LIBERTAD
Las tres grandes apetencias del ser humano son el tener, el poder y el placer. Las tres parecen darse cita en el capítulo 10 del evangelio de Lucas. El domingo pasado el placer podía adivinarse tras la pregunta sobre el matrimonio y el divorcio. Hoy la pregunta del rico nos recuerda el ansia de tener que nos agobia.En la misa de hoy, la primera lectura afirma que el tesoro más importante es la sabiduría. El texto la compara con tres deseos que a todos interesan (Sap 7,7-11).
• El primer deseo nos presenta los cetros, los tronos y las riquezas. Son muchos los que aspiran a un “minuto de gloria”. Lo que les importa es “ser” importantes y brillar en la sociedad. Pero ese rebrillo es bastante engañoso ante el esplendor de la verdadera sabiduría.
• El segundo deseo se centra en el oro, la plata y las piedras preciosas. Ya no se trata del ser del hombre sino del “tener”. Esos aparentes tesoros quedan fuera de él. No pertenecen a su vida. Frente a la sabiduría, su valor es tan solo como el del barro y la arena.
• El tercer deseo se refiere a otros bienes mas importantes, como la salud y la belleza. De ellos depende el “ser-así” de la persona. O, tal vez, el “estar” bien. Pero también estos son bienes perecederos, mientras que la sabiduría es duradera.
TRES FRACASOS
El texto del evangelio nos presenta a un personaje anónimo que se acerca a Jesús con el deseo de heredar la vida eterna (Mc 10,17-30). Es como la parábola de tres fracasos que marcan su existencia: el de la riqueza, el de la bondad y el del amor.
• Se dice que este personaje “era muy rico”. Pero Jesús trata de ayudarle a entender que no es tan rico cómo parece. “Una cosa te falta”. Tiene todo, pero le falta el verdadero tesoro, que solo puede ser alcanzado desprendiéndose de todo.
• El personaje busca la bondad. En realidad, durante toda su vida ha tratado de cumplir los mandamientos. Es cierto que desea practicar la bondad, pero no se decide a seguir al que es Bueno y es el modelo definitivo de la bondad.
• Jesús se le quedó mirando con cariño, pero él no lo percibió. No estaba dispuesto a hacerse eco del amor que reflejaba aquella mirada del Maestro. En esta ocasión, el amor de Jesús no encontró eco en el que pretendía asegurarse la vida eterna.
En este contexto, Jesús aprovecha la ocasión para afirmar que los que ponen su confianza en las riquezas tendrán una gran dificultad para admitir a Dios como su rey. Sus discípulos tendrán que oír una y otra vez que “no se puede servir a Dios y al dinero”.
LIBERTAD Y SEGUIMIENTO
Con todo, Simón Pedro se atreve a afirmar que los discípulos han hecho ya la opción de seguir a Jesús. Su afirmación da lugar a una profecía de su Maestro:
• “Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Es verdad, pero Pedro renegará un día de su Maestro. Muchos seguidores de Jesús lo han dejado todo a lo largo de los siglos. Pero la decisión inicial, por generosa que sea, ha de ser renovada cada día.
• “Quien deje “todo” por mí, recibirá en este tiempo cien veces más, con persecuciones”. Los bienes más importantes no son los tesoros materiales, sino el amor al bien y a la verdad. Quien sigue al Señor ha de aprender el valor del desprendimiento. Y ha de recordar que, junto a los bienes prometidos por el Señor, entra también la persecución.
• “Y recibirá en la edad futura vida eterna”. El relato evangélico termina como empezó. La vida definitiva que buscaba aquel personaje rico no queda asegurada por las riquezas. Y tampoco por el cumplimiento fiel de los mandamientos. Solo puede llegar a esa vida sin ocaso quien sigue de corazón al que es el Viviente y es la Vida.
- Señor Jesús, tú conoces bien nuestra buena voluntad y nuestro deseo de alcanzar la vida eterna. Pero conoces también que nuestro corazón aspira todavía a los bienes, honores y tesoros de este mundo. Queremos ser libres para seguirte fielmente por el camino. Líbranos de toda codicia. Que nada nos aparte de ti.
José-Román Flecha Andrés
José-Román Flecha Andrés
miércoles, 3 de octubre de 2018
Evangelio según San Marcos 10,2-16 - "Lo que Dios unió, no lo separe el hombre" -
27º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Lo que Dios unió, no lo separe el hombre"
7/10/18
Mc 10,2-16
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Lo que Dios unió, no lo separe el hombre"
7/10/18
Mc 10,2-16
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Reflexión
MANTENER LA ALIANZA
“Serán los dos una sola carne”. Nos son bien conocidas esas palabras que reflejan el proyecto de Dios sobre el matrimonio, tal como se lee en la primera lectura de este domingo (Gen 2,18-24). En esas palabras se nos ofrecen al menos tres notas sobre la la intimidad sexual como lenguaje del amor conyugal:
• La sexualidad humana ha sido querida por Dios como signo y medio de la mutua donación de los esposos (Gen 2,21). Se nos dice que la mujer es creada durante un sueño, que se comprende con frecuencia como el espacio de las revelaciones divinas. Así que el "tú" representado por la persona del otro sexo refleja el Tú misterioso de Dios.
• La sexualidad humana señala la diferencia entre los seres humanos y los demás vivientes. Solo ante la mujer, puede Adán salir de su soledad y encontrar una ayuda adecuada que no le pueden proporcionar los demás seres de la creación (Gen 2,18.22).
• La sexualidad humana significa y realiza la igualdad entre las personas. Igualdad que se expresa por el mismo origen material, a partir de la carne viviente; por la semejanza del nombre de la mujer con el nombre del varón; y por la identidad de su destino y de su misión: "serán una sola carne", es decir una unidad de proyectos y de vida (Gen 2,23-24).
UN CAMINO COMPARTIDO
Según el evangelio de este domingo, los fariseos preguntan a Jesús si es lícito a un hombre divorciarse de su mujer (Mc 10,2-16). En el relato podemos observar tres datos:
• En primer lugar, los fariseos parecen interesados solo por el aspecto legal. Lo que importa es estar bien con la ley. Reducen la relación entre los esposos a un asunto de licitud. Pero Jesús se coloca en el terreno de la verdadera relación con Dios y con la otra persona.
• Los fariseos no tienen en cuenta la situación en que queda la mujer. Consideran el “acta de repudio” como un derecho del varón, cuando era un deber para que la mujer pudiera volver a contraer matrimonio, sin quedar reducida a la marginalidad y a la pobreza.
• Los fariseos se colocan en el punto de vista del esposo. Jesús les invita a redescubrir el proyecto original de Dios. El amor no es solo un enamoramiento: es un camino compartido. Un camino de gozos y esperanzas, de proyectos y de pruebas, de fidelidad y de perdón.
LA GRACIA DE LA FIDELIDAD
“Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Estamos habituados a repetir esta frase. Si nos detenemos a meditarla, veremos que está llena de sabiduría y de gracia. Con esta frase, Jesús parece recoger un proverbio sobre la seriedad de las alianzas humanas. Y nos ofrece un lema de vida, un motivo para la gratitud y una llamada al compromiso.
• “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. A veces se ve el matrimonio tan solo como un contrato. Los que siguen a Jesús están llamados a descubrir el proyecto de Dios. Saben que Dios es amor. Y Dios es fiel. De Dios viene todo amor que aspire a durar en el tiempo y a mantener la entrega total de los esposos.
• “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. Dios es el sujeto último de la unión. Los cristianos han de preguntarse siempre, con sinceridad, si su matrimonio ha sido realmente unido por Dios. Cuando es así, verán también la mano de Dios en la continuidad de su amor. Y darán gracias todos los días por el don de la fidelidad conyugal.
• “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. En su primera encíclica “Dios es amor”, Benedicto XVI escribió que el amor incluye el sentimiento, pero no es sólo un sentimiento. El amor es, sobre todo, un compromiso de vida. Así lo recuerda también el papa Francisco en su exhortación “La alegría del amor”.
- Señor Jesús, tú conocías las opiniones de tu pueblo sobre la realidad del matrimonio. Pero nos ayudaste a verlo con los ojos de Dios. Hoy los esposos cristianos necesitan como nunca ver en el amor de Dios la luz y la fuerza para mantener su alianza. Ayúdalos a descubrir, en tiempos de paz y en tiempos de crisis, la gracia y la tarea de la fidelidad
José-Román Flecha Andrés
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