Pquia. San Pio X, Mar del Plata: Proyecto basado en las directivas del Padre M, Bautista. Como devotos de la Divina Misericordia del Señor, surge la necesidad de ver reflejada en la acción la Misericordia de Dios, queremos dar a conocer las obras de Misericordia, corporales y espirituales especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Jesús privilegió a los pobres y sufrientes (Lc. 6,20 ss), Él nos enseña a ver en el enfermo a Cristo (Mt. 25,31-46)
jueves, 23 de febrero de 2017
Evangelio según San Mateo 6,24-34 - "Poner la confianza en Dios y no en el dinero" -
8º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"Poner la confianza en Dios y no en el dinero"
"Poner la confianza en Dios y no en el dinero"
26/02/17
Mt 6,24-34
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Reflexión
EL AFÁN DE CADA DÍA
“Sión decía: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. ¿Es que puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” (Is 49, 14-15). Es sorprendente este breve texto que se proclama en la primera lectura de la celebración eucarística de este domingo.
También hoy son muchas las personas que, ante la experiencia de una desgracia o de un fracaso, se lamentan diciendo que Dios las ha olvidado. En realidad suele ocurrir lo contrario. Somos nosotros los que nos olvidamos de Dios.
Pero Dios se presenta ante sus hijos cargado de una ternura que supera en mucho la de las madres. Según el oráculo celestial, Dios no puede olvidarse de sus hijos.
Por eso el salmo 61 repite un estribillo que nos invita a la confianza: “Descansa solo en Dios, alma mía”. En realidad, esa es la idea central de esta celebración dominical.
LA BÚSQUEDA DEL REINO
Así pues, Dios no nos abandona. Dejaría de ser Dios. Dejaría de ser nuestro Padre. En el evangelio de este domingo (Mt 6,24-34), esa es la palabra clave: “Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso”. Para vivir y para vivir en sociedad tenemos necesidad de la comida, la bebida y el vestido. Pero Jesús nos ofrece dos reglas de conducta:
• “Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura”. Este es el precepto positivo. Nuestra búsqueda nos define. Nos convertimos en aquello que buscamos. Así que no conviene perderse en buscar tesoros falsos. El verdadero tesoro es el reino de Dios. Es reconocer a Dios como Señor de nuestra vida.
• “No os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio”. Este es el precepto negativo. Para buscar el reino de Dios, hay que vivir consciente y activamente en el presente. El mañana puede ser duro, muy duro y muy difícil, pero antes de afrontarlo es preciso florecer en el presente. En el mañana piensa Dios.
LA DESGRACIA Y LA GRACIA
Es muy conocido el inicio del Decálogo de la serenidad, del Papa Juan XXIII. “Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida toda de una vez”. Muchos programas de recuperación de la persona lo han imitado. En realidad, la idea se remonta a las palabras de Jesús.
• “A cada día le basta su desgracia”. La mayor parte de nuestros sufrimientos provienen de imaginar y temer los que pueden venir sobre nosotros en el futuro. Nuestra inseguridad es la que realmente nos atemoriza y nos paraliza.
• “A cada día le basta su desgracia”. La mayor parte de nuestras alegrías aumentaría si supiéramos vivir el presente con serenidad y gratitud. Es cierto que la felicidad no coincide con la satisfacción, pero cada día nos ofrece muchos motivos que nos satisfacen.
• “A cada día le basta su desgracia”. La mayor parte de nuestras preocupaciones nace de no saber aceptar la providencia de Dios. Dios vela por los pájaros y por la hierba del campo. Y vela más aún por nosotros, sus hijos. Cada día tiene su afán. Y su encanto.
- Señor Jesús, tú nos has revelado que Dios es nuestro Padre providente. En sus manos estamos. Él vela por nosotros. Aceptarlo como Señor es la fuente de la serenidad y de la paz, de la felicidad y de la esperanza. Que nuestra fe signifique confianza.
José-Román Flecha Andrés
jueves, 16 de febrero de 2017
Evangelio según San Mateo 5,38-48 - "Amar a los enemigos" -
7º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"Amar a los enemigos"
"Amar a los enemigos"
19/2/17
Mt 5,38-48
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Reflexión
PERFECTOS COMO EL PADRE
“No odiarás de corazón a tu hermano…No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estas normas forman parte de una amplia lista de prescripciones morales y cultuales. El libro del Levítico les otorga la máxima autoridad al presentarlas como un mensaje de Dios a Moisés (Lev 19,17-18).
Así pues, el texto contiene dos prohibiciones y una exhortación. Ya son importantes esas limitaciones al odio y a la venganza. Con ellas podrían funcionar bastante bien una familia y una aldea, una ciudad y un país. ¿Y por qué no la comunidad internacional?
Pero el mensaje divino va más allá. Dios pide a los miembros de su pueblo que amen a los demás como a sí mismos. Eso significa que hay que aprender a amarse a sí mismo. Y hay que ver al otro como una proyección de uno mismo. No es facil. Pero habrá que tratar de ensayar ambas propuestas.
El salmo 102 sugiere un buen motivo para actuar de esa forma. El Señor es compasivo y misericordioso. Y eso basta. Tratar de imitar el modo de ser de Dios no debería sonar como un peso o una carga, sino como el más grande de los honores.
DEL ODIO AL AMOR
El evangelio que hoy se proclama forma parte del Sermón de la Montaña (Mt 5, 38-48). Poco antes, Jesús nos revela el sentido positivo de tres preceptos aparentemente negativos: No matar, no adulterar y no jurar. Hoy se añaden otros dos preceptos.
• “Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo diente por diente”. Esa famosa norma del talión no era un permiso para la venganza. Era una restricción de la venganza salvaje que reivindicaba Lamec, descendiente de Caín. Pero Jesús aconseja romper la espiral de violencia y ser generoso en el servicio a los demás.
• “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. El amor estaba ya prescrito en el libro del Levítico. Aborrecer al enemigo era la regla y el estilo de algunas comunidades tan fanáticas como radicales. Pero Jesús aconseja terminar con los enemigos por el sencillo expediente de amarlos.
NI PECADORES NI PAGANOS
¿Qué razones pueden movernos a pasar de la indiferencia a la cercanía y del odio al amor? No podemos darnos por satisfechos con un premio terreno por nuestro buen comportamiento. Jesús enuncia dos motivos importantes.
• Es preciso superar los criterios y las actitudes de los paganos, y los pecadores. Estos aman a los que comparten su suerte y sus ideales. Pero el seguidor de Jesús ha de tratar de superar ese nivel de comportamiento. Ha de amar aun a los enemigos.
• Es preciso ir más allá de lo socialmente admitido, de lo políticamente correcto. Hay que aprender a remar contra corriente. Y eso no para esperar un premio terreno. Sino porque así es como se comporta Dios. ¿Hay algún motivo más alto?
- Señor Jesús, para exhortarnos amar a nuestro prójimo, aunque nos haya hecho mal, tú pones ante nuestros ojos la imagen del Padre celestial. Él hace salir su sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre justos e injustos. Que tu Espíritu nos ayude a imitar la bondad y el amor del Padre.
José-Román Flecha Andrés
jueves, 9 de febrero de 2017
Evangelio según San Mateo 5, 17-37 - "Jesús y la Ley"
6º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo A -
"Jesús y la Ley"
"Jesús y la Ley"
12/2/17
Mt 5, 17-37
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Reflexión
LA VERDADERA JUSTICIA
“Si quieres, guardarás sus mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad”. Así comienza el texto del libro del Eclesiástico que hoy se proclama en la primera lectura de la misa (Eclo 15,16). Esas palabras fueron escritas para ser leídas en una comunidad judía que estaba en contacto con la cultura griega o helenista.
En aquella cultura aparentemente tan libre las gentes se consideraban dirigidas por el destino. Así que era necesario recordar el valor de la voluntad y de la libertad humana. El texto continúa de forma más concreta: “Ante ti están puestos fuego y agua, echa mano a lo que quieras. Delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja”.
Con razón el papa Juan Pablo II subrayó estas palabras en su encíclica “El esplendor de la verdad”. En nuestra sociedad se insiste tanto en los condicionantes de la persona que se niega su libertad y su responsabilidad. Siempre que la persona no sea la víctima de la irresponsabilidad de los demás. Porque entonces, claro que se supone la libertad del que falló.
MANDATOS Y VALORES
Para el mensaje bíblico, lo que importa es ajustar nuestra voluntad a la voluntad del Señor, como canta el salmo 118. Eso nos hará realmente libres. Y esa convicción no ha sido negada por Jesús.
Al contrario. Jesús no vino a abolir los mandamientos de la Ley, sino a ayudarnos a descubrir su sentido más profundo (Mt 5,17-37). El evangelio de este domingo ofrece tres ejemplos, en los que los mandatos desvelan la importancia de los valores humanos:
• No basta con “no matar”. Hay que descubrir el valor de la vida. Es preciso respetar la vida de los demás, pero también su honor. Eso nos exige estar dispuestos a perdonar al hermano y a fomentar la fraternidad.
• No basta con “no cometer adulterio”. Hay que fomentar el valor de la fidelidad, Para eso hemos de vivir unas relaciones interpersonales que reflejen la limpieza del corazón y promuevan el respeto mutuo.
• No basta con “no jurar en falso”. Hay que amar el valor de la verdad. Y vivir de forma tan coherente y diáfana que baste con decir “sí” y “no” para ser creídos por los demás y para promover una cultura que admita la seriedad de la palabra dada.
IMPORTANCIA Y GRANDEZA
Este texto se sitúa en el marco del Sermón de la Montaña, que se abre con las bienaventuranzas de Jesús. Aquellos ideales de vida no se oponen a estos valores éticos. Al contrario. Ambas proclamas indican el verdadero camino de la felicidad.
• “El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el reino de los cielos”. La importancia verdadera no la dan el tener, el poder, el placer o la impostura. Conviene no equivocarse.
• “Quien cumpla estos preceptos y los enseñe será grande en el reino de los cielos”. La verdadera grandeza se consigue por el aprecio y la promoción de esos grandes valores humanos que son tutelados por los mandamientos. Conviene estar bien orientados.
- Señor Jesús, Tú has querido enseñarnos el camino de la verdadera justicia. Es decir el modo de “ajustarnos” a la voluntad de un Dios que nos ha creado para esa felicidad, que es el resultado de la fidelidad...
José-Román Flecha Andrés
11 de Febrero Nuestra Señora de Lourdes - XXV Jornada Mundial del Enfermo -
PERSONAS MÁS QUE PROTOCOLOS
Hace ya veinticinco años que el papa san Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo. De nuevo se celebra el día 11 de febrero con el lema: El asombro ante las obras que Dios realiza: «El Poderoso ha hecho obras grandes por mí…» (Lc 1,49).
Como nos dice el papa Francisco, esta jornada nos invita a prestar atención a todos los que sufren. Además, exhorta a sus familiares, a los agentes sanitarios y a los voluntarios, a dar gracias por la gracia de poder acompañar a los hermanos enfermos. Y en tercer lugar mueve a la Iglesia a realizar su misión de servir a los últimos, a los que sufren, a los excluidos y marginados.
Tanto los enfermos, como las personas que les atienden pueden volver sus ojos a la imagen de María, que nos transmite la ternura del amor de Dios. Su fe nos anima a amar a Dios y a los hermanos, especialmente en la experiencia de la enfermedad.
“No hay enfermedades, sino enfermos”. Esa frase que se atribuye a don Gregorio Marañón podría recibir hoy muchas otras aplicaciones. “No hay protocolos, sino enfermos” En un mundo en el que se valora a las personas por su eficacia, hay que recordar con el papa Francisco que “cada paciente es y será siempre un ser humano, y en consecuencia debe ser tratado con el respeto que se merece. Los enfermos, como las personas que tienen una discapacidad incluso muy grave, tienen una dignidad inalienable y una misión en la vida y nunca se convierten en simples objetos”.
Tras evocar la experiencia y la vocación de santa Bernardita, que en Lourdes fue tratado con tanto respeto por la Virgen María, el papa Francisco añade que “en la Jornada Mundial del Enfermo podemos encontrar una nueva motivación para colaborar en la difusión de una cultura respetuosa de la vida, la salud y el medio ambiente”.
En este momento, todos hemos de hacer un examen de conciencia para preguntarnos cómo tratamos a nuestros enfermos. De este trato y tratamiento se podrá deducir cuál es nuestra escala de valores. En un contexto de creyente, todos podemos y debemos ser “signos gozosos de la presencia y el amor de Dios”.
Con motivo de la Jornada del Enfermo, pedimos al Señor “la esperanza en el camino de la curación y de la salud, el sentido de la fraternidad y de la responsabilidad, el compromiso con el desarrollo humano integral y la alegría de la gratitud cada vez que nos sorprenda con su fidelidad y su misericordia”.
El papa Francisco concluye su mensaje con una sencilla invocación a la Madre de Jesús: “María, Madre nuestra, que en Cristo nos acoges como hijos, fortalece en nuestros corazones la espera confiada, auxílianos en nuestras enfermedades y sufrimientos, guíanos hasta Cristo, hijo tuyo y hermano nuestro, y ayúdanos a encomendarnos al Padre que realiza obras grandes”.
José-Román Flecha Andrés
Video Libro Digital: MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XXV JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO 2017
El asombro ante las obras que Dios realiza:
«El Poderoso ha hecho obras grandes por mí…»
(Lc 1,49)
jueves, 2 de febrero de 2017
Video: Intenciones del Papa Francisco - "Bienvenidos los necesitados" - (YouTube) -
Para aquellos que están agobiados,
especialmente los pobres,
los refugiados y marginados,
que encuentren acogida y
el apoyo en nuestras comunidades.
Francisco - Febrero 2017
INTENCIONES DEL PAPA
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
FEBRERO 2017
Universal: Para que todos los que están afligidos, especialmente los pobres,
los refugiados y marginados, pueden encontrar servicios y
la comodidad en nuestras comunidades.
Oración
Dios, nuestro Padre y Padre de todos,
en la lectura del Evangelio,
nuestra atención se dirige a la preferencia de Jesús por los pequeños,
los pobres, los enfermos, los que se colocan en los márgenes de la sociedad.
Afirmó, incluso en medio de malos entendidos,
la cercanía de su piedad, la curación, el perdón,
llamando a cada uno para hacer una nueva parte de la comunidad.
En estos tiempos en que tantos pobres y marginados de personas en busca de una mejor vida llamaron a nuestra puerta, pasan por nuestras calles,
pedimos que no tengamos un corazón endurecido e indiferente a sus necesidades.
La comunidad cristiana debe ser el primer lugar de acogida.
Te rogamos, Señor, danos la gracia y el coraje para acoger a todos, como Jesús.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria ...
Desafíos para el mes:
- En un momento en que hay tantos temores y la resistencia a la recepción de refugiados en nuestro país, tratan de distanciarse de la propaganda que excluye y para obtener una mayor conciencia de los dramas humanos que están detrás de estas migraciones forzadas.
- Aceptar o colaborar con las instituciones que acogen a refugiados o de trabajo con los marginados de la sociedad.
- Al cruzar con un pobre y marginada en la calle, no evitar o desviar la mirada, pero podrá ver en él o ella un hijo de Dios y un hermano o hermana.
http://www.popesprayer.net/
Video: 2 de Febrero "Fiesta de la Presentación del Señor" - Jornada Mundial de la Vida Consagrada - (YouTube)
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LA VIDA Y EL CUERPO
“Cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido todavía la esperanza en los hombres”. Esta frase de Rabindranath Tagore ha sido mil veces repetida, El nacimiento es siempre un misterio, aunque los que repiten esa frase piensen en Dios imaginándolo de formas muy diversas.
Todo nacimiento nos acerca necesariamente al misterio. Todas las culturas han atribuido el surgimiento de la vida a fuerzas superiores. Los padres que han deseado largamente tener un hijo, seguramente conocen muy bien los datos biológicos correspondientes. Pero su amor está por encima de esos datos.
Ante el bebé que viene al mundo, los padres han de preguntarse qué cable invisible los ha conectado con el misterio. El misterio de la vida. El misterio de esa nueva vida. Y, a fin de cuentas, el Misterio insondable que da origen, orientación y sentido a toda vida que llega a este mundo.
Pero la pregunta no se refiere sólo a la vida, tan difícil de definir y encasillar. Ante los ojos de los padres, de los familiares y de los amigos se mueve un cuerpo humano que reclama atención y ternura. Un cuerpo que no puede ser despreciado ni descartado. Un cuerpo que revela la dignidad de la persona, con independencia de su tamaño o de sus rasgos concretos.
Nacer es presentarse en sociedad con un cuerpo que requiere espacio para situarse y un tiempo que, en adelante va a ser el suyo. Decimos que ha venido al mundo. Pero ese bebé ya estaba en el mundo. Un velo tan frágil como fuerte lo apartaba de nuestra vista, pero no le impedía percibir los sonidos de su familia.
El recién nacido no se ha hecho a sí mismo. Ese cuerpo es el último resultado de fuerzas y afectos que vienen de muy lejos. Es heredero de una larga cadena de testigos de la vida. Parece que llega mendigando alimento y limpieza, caricias y días y noches de desvelo. Pero llega exigiendo con todo derecho una herencia que viene de generación y generación.
Su cuerpo es dádiva y exigencia. Es oferta y demanda. Es recordatorio de nuestros deberes y de nuestra responsabilidad. Ese cuerpo es una ventana minúscula al Misterio mayúsculo que nos gesta, nos acompaña y un día nos examinará sobre el amor.
Cada niño que viene al mundo nos dice que Dios espera algo incluso de todos aquellos que han decidido no esperar nada de él. El cuerpo del niño es un sacramento de fe, de esperanza y de amor.
La fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo nos recuerda que en cada nacimiento renace la esperanza de la salvación. Esa salvación definitiva que no depende de honores humanos ni de cachivaches técnicos.
La fiesta de Las Candelas, que celebramos el día 2 de febrero, ilumina la realidad de nuestro cuerpo. Por débil que parezca, el cuerpo es una revelacion del Misterio de Dios y del milagro de la vida. Nuestra esperanza tiene mucho de lo humano y tiene todo de lo divino.
José-Román Flecha Andrés
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En la festividad de la Presentación del Señor, y en la XXI Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Papa Francisco abrió la ceremonia con la bendición de las velas, en el día de la Virgen de la Candelaria, y la procesión siguió con la celebración eucarística.
En su homilía Francisco recordó que “Poner a Jesús en medio de su pueblo es tener un corazón contemplativo, capaz de discernir como Dios va caminando por las calles de nuestras ciudades, de nuestros pueblos, en nuestros barrios. Poner a Jesús en medio de su pueblo, es asumir y querer ayudar a cargar la cruz de nuestros hermanos. Es querer tocar las llagas de Jesús en las llagas del mundo, que está herido y anhela, y pide resucitar”.
Advirtió también “la tentación de supervivencia nos hace olvidar la gracia, nos convierte en profesionales de lo sagrado pero no padres, madres o hermanos de la esperanza que hemos sido llamados a profetizar”.
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