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Pquia. San Pio X, Mar del Plata: Proyecto basado en las directivas del Padre M, Bautista. Como devotos de la Divina Misericordia del Señor, surge la necesidad de ver reflejada en la acción la Misericordia de Dios, queremos dar a conocer las obras de Misericordia, corporales y espirituales especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Jesús privilegió a los pobres y sufrientes (Lc. 6,20 ss), Él nos enseña a ver en el enfermo a Cristo (Mt. 25,31-46)
lunes, 27 de agosto de 2018
Evangelio según San Marcos 7,1-8.14-15.21-23 - "Sobre la tradición y la verdadera pureza" -
22º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Sobre la tradición y la verdadera pureza"
2/09/18
Mc 7,1-8.14-15.21-23
NO AFERRARNOS A TRADICIONES HUMANAS
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Sobre la tradición y la verdadera pureza"
2/09/18
Mc 7,1-8.14-15.21-23
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ReflexiónNO AFERRARNOS A TRADICIONES HUMANAS
No sabemos cuándo ni dónde ocurrió el enfrentamiento. Al evangelista solo le interesa evocar la atmósfera en la que se mueve Jesús, rodeado de maestros de la ley, observantes escrupulosos de las tradiciones, que se resisten ciegamente a la novedad que el Profeta del amor quiere introducir en sus vidas.
Los fariseos observan indignados que sus discípulos comen con manos impuras. No lo pueden tolerar: «¿Por qué tus discípulos no siguen las tradiciones de los mayores?». Aunque hablan de los discípulos, el ataque va dirigido a Jesús. Tienen razón. Es Jesús el que está rompiendo esa obediencia ciega a las tradiciones al crear en torno suyo un «espacio de libertad» donde lo decisivo es el amor.
Aquel grupo de maestros religiosos no ha entendido nada del reino de Dios que Jesús les está anunciando. En su corazón no reina Dios. Sigue reinando la ley, las normas, los usos y las costumbres marcadas por las tradiciones. Para ellos lo importante es observar lo establecido por «los mayores». No piensan en el bien de las personas. No les preocupa «buscar el reino de Dios y su justicia».
El error es grave. Por eso, Jesús les responde con palabras duras: «Vosotros dejáis de lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Los doctores hablan con veneración de «tradición de los mayores» y le atribuyen autoridad divina. Pero Jesús la califica de «tradición humana». No hay que confundir jamás la voluntad de Dios con lo que es fruto de los hombres.
Sería también hoy un grave error que la Iglesia quedara prisionera de tradiciones humanas de nuestros antepasados, cuando todo nos está llamando a una conversión profunda a Jesucristo, nuestro único Maestro y Señor. Lo que nos ha de preocupar no es conservar intacto el pasado, sino hacer posible el nacimiento de una Iglesia y de unas comunidades cristianas capaces de reproducir con fidelidad el Evangelio y de actualizar el proyecto del reino de Dios en la sociedad contemporánea.
Nuestra responsabilidad primera no es repetir el pasado, sino hacer posible en nuestros días la acogida de Jesucristo, sin ocultarlo ni oscurecerlo con tradiciones humanas, por muy venerables que nos puedan parecer.
José Antonio Pagola
martes, 21 de agosto de 2018
Evangelio según San Juan 6,60-69 - "La profesión de fe de Pedro" -
21º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"La profesión de fe de Pedro"
26/08/18
Jn 6,60-69"La profesión de fe de Pedro"
26/08/18
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Reflexión
PREGUNTA DECISIVA
El evangelio de Juan ha conservado el recuerdo de una fuerte crisis entre los seguidores de Jesús. No tenemos apenas datos. Solo se nos dice que a los discípulos les resulta duro su modo de hablar. Probablemente les parece excesiva la adhesión que reclama de ellos. En un determinado momento, "muchos discípulos se retiraron y ya no iban con él”.
Por primera vez experimenta Jesús que sus palabras no tienen la fuerza deseada. Sin embargo, no las retira sino que se reafirma más: "Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida, pero algunos de vosotros no creen". Sus palabras parecen duras, pero transmiten vida, hacen vivir, pues contienen Espíritu de Dios.
Jesús no pierde la paz. No le inquieta el fracaso. Dirigiéndose a los Doce les hace la pregunta decisiva: "¿También vosotros queréis marcharos?". No los quiere retener por la fuerza. Les deja la libertad de decidir. Sus discípulos no han de ser siervos sino amigos. Si quieren puede volver a sus casas.
Una vez más Pedro responde en nombre de todos. Su respuesta es ejemplar. Sincera, humilde, sensata, propia de un discípulo que conoce a Jesús lo suficiente como para no abandonarlo. Su actitud puede todavía hoy ayudar a quienes con fe vacilante se plantean prescindir de toda fe.
"Señor, ¿a quién iríamos?". No tiene sentido abandonar a Jesús de cualquier manera, sin haber encontrado un maestro mejor y más convincente: Si no siguen a Jesús se quedarán sin saber a quién seguir. No se han de precipitar. No es bueno quedarse sin luz ni guía en la vida.
Pedro es realista. ¿Es bueno abandonar a Jesús sin haber encontrado una esperanza más convincente y atractiva? ¿Basta sustituirlo por un estilo de vida rebajada, sin apenas metas ni horizonte? ¿Es mejor vivir sin preguntas, planteamientos ni búsqueda de ninguna clase?
Hay algo que Pedro no olvida: "Tús palabras dan vida eterna". Siente que las palabras de Jesús no son palabras vacías ni engañosas. Junto a él han descubierto la vida de otra manera. Su mensaje les ha abierto a la vida eterna. ¿Dónde podrían encontrar una noticia mejor de Dios?
Pedro recuerda, por último, la experiencia fundamental. Al convivir con Jesús han descubierto que viene del misterio de Dios. Desde lejos, a distancia, desde la indiferencia o el desinterés no se puede reconocer el misterio que se encierra en Jesús. Los Doce lo han tratado de cerca. Por eso pueden decir: "Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios". Seguirán junto a Jesús.
José Antonio Pagola
viernes, 17 de agosto de 2018
Video: 21 de Agosto: San Pío X - Día del Catequista (Papa Francisco) - (YouTube) -
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El 21 de Agosto se celebra el Día del Catequista, fecha en que falleció el Papa Pío X
El mismo fue el impulsor de la Catequesis
Impulsó la comunión frecuente, implementó las distintas maneras de formación de los niños para lograr los Sacramentos, redactó el Catecismo, se ocupó de la formación del clero, y de promover los cantos litúrgicos, entre otras iniciativas.
Por estos motivos se lo considera patrono de los Catequistas.
Catequizar significa "hacer eco".
El Catequista no solo transmite formación religiosa, sino que buscar llegar al corazón con la palabra, que se haga eco y que haya un ida y vuelta en esa comunicación en que Dios está presente.
“Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.” (Mt. 5,13-16)
Los Catequistas somos educadores de la fe. Para poder llevar a cabo nuestra misión y vocación en la Iglesia, sabiéndonos llamados por el Señor a anunciar la Buena Noticia que es Él mismo haciendo discípulos misioneros, de una manera alegre, dinámica, profunda, debemos responder con prontitud a los desafíos que se nos presentan en este cambio de época en el que nos estamos desarrollando; Es necesario poder realizarnos y vivir nuestra vocación del mejor modo posible.
El Papa Francisco en su visita a Chile en enero pasado, particularmente en su discurso a los educadores en la Universidad Católica de Santiago, nos sugirió un lenguaje que sin duda se aplica a nosotros catequistas como educadores de la fe, nos referimos a la invitación que nos hace el Papa Francisco de integrar en nosotros la dimensión Intelectual (Cabeza), la dimensión Afectiva (Corazón) y la dimensión del Hacer (Manos).
Dice el Papa en su discurso: “Una educación que integre y armonice el intelecto, los afectos y las manos, es decir, la cabeza y la acción. Brindará y posibilitará un crecimiento no solo armonioso a nivel personal sino, simultáneamente, a nivel social… es necesario enseñar a pensar lo que se siente y se hace; a sentir lo que se piensa y se hace; a hacer lo que se piensa y se siente. Un dinamismo de capacidades al servicio de la persona y de la sociedad.”
Como educadores de la fe, estamos llamados a ser luz para los demás y, ¿cómo podemos ser luz que alumbre a los hombres y en particular a nuestros catequizandos?, siguiendo las enseñanzas del Papa, si como catequistas integramos el conocimiento, el afecto y el hacer, permitirá que nuestros catequizandos puedan crecer en la fe, permitirá también que adquieran los conocimientos necesarios de la persona de Jesucristo para que conociéndolo y experimentándolo lo puedan amar y puedan volcar sus afectos en él, ‘nadie ama a quien no conoce’, así como nosotros nos dejamos encontrar por el Señor lo hemos ido conociendo a través de los años como catequistas debemos propiciar el encuentro de cada uno de nuestros catequizandos, este encuentro personal de vida con Él nos llevará a actuar en el mundo como discípulos, testigos y misioneros, que hacen vida lo aprendido y experimentado con el afecto en cada encuentro de catequesis por medio del amor, una caridad y solidaridad operante hacia nuestros hermanos y con todo aquél que está más cercano a nosotros y con quienes nos relacionamos en lo cotidiano.
lunes, 13 de agosto de 2018
Evangelio según San Juan 6,51-59 - "Pan de Vida: El alimento y bebida de salvación" -
20º Domingo
Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Pan de Vida: El alimento y bebida de salvación"
19/08/18
Jn 6,51-59
Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Pan de Vida: El alimento y bebida de salvación"
19/08/18
Jn 6,51-59
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Reflexión
COMER Y BEBER
“Venid a comer mi pan y a beber mi vino que he mezclado” Esas palabras parecen apropiadas para la publicidad de una posada medieval. El mesonero ofrece a los caminantes su pan y su vino.
En la celebración de este domingo, el mesonero es otro la Sabiduría de Dios personificada. El texto del libro de los Proverbios (Pr 9, 1-6), que hoy se lee, a la invitacion primera añade una exhortacion que explica por que se invita al caminante: “Dejad la inexperiencia y viviréis; seguid el camino de la prudencia”.
En la Biblia, la sabiduría no es simple erudición. Es el discernimiento que ayuda a jerarquizar los valores. Es la sintonía con el proyecto de Dios. Es la Sabiduría divina quien nos alimenta y reconforta. Solo ella marca el camino verdadero y orienta y guía a los caminantes. Sin el pan y el vino de la Sabiduría podemos extraviarnos y perecer agotados.
LA VIDA ETERNA
Tras la multiplicación y reparto de los panes y los peces, Jesús pronuncia un denso discurso en la sinagoga de Cafarnaúm. En él, Jesús se compara con el maná que alimentó a los hebreos en el desierto. Y se presenta a sí mismo como el pan bajado del cielo para dar la vida a los hombres.
En el texto que hoy se proclama (Jn 6, 51-58) Jesús identifica su pan con su propia carne y sangre: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. Ademas, Jesús explica su pensamiento con dos frases complementarias.
• “Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”. Esta expresión negativa nos advierte del riesgo de vivir junto a la fuente y morir de sed. En la totalidad reflejada por el cuerpo y la sangre, Jesús se nos entrega como el alimento imprescindible, que no puede ser despreciado.
• “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día”. Esta expresión afirmativa nos propone el gran don de una vida que supera los límites del tiempo y de la muerte. Jesús es la resurrección y la vida para todo el que se alimenta de su mensaje.
LA INTIMIDAD
Por fin añade el Maestro: “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. La oferta de la vida se completa ahora con la oferta de la intimidad.
• “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. Nos pasamos la vida cambiando de vivienda, y no sólo en el sentido material de la casa. Buscando un lugar espiritual en el que echar raíces. Un espacio que pueda ser nuestra morada. Un corazón en el que descansar. Eso y más es Jesús para el que se alimenta de su vida.
• “El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él”. Jesús dijo una vez que no tenía donde reclinar su cabeza. En el Apocalipsis se dice que Él está a la puerta y llama para compartir nuestra mesa. Quien se alimenta de su cuerpo y de su sangre le ofrece, casa y descanso. Y comparte su intimidad.
- Señor Jesús, tú conoces nuestra necesidad de vivir de verdad, de convivir en intimidad y de pervivir para siempre. Al entregarte en cuerpo y sangre, Tú nos ofreces esa posibilidad. Bendito seas por siempre, Señor.
José-Román Flecha Andrés
domingo, 12 de agosto de 2018
miércoles, 8 de agosto de 2018
Video: Intenciones del Papa Francisco - "La familia, un tesoro” - (YouTube)
Al hablar de las familias, muchas veces me viene a la cabeza la imagen de un tesoro.
El ritmo de vida actual, el estrés, la presión del trabajo y también, la poca atención de las instituciones, puede poner a las familias en peligro.
No es suficiente hablar de su importancia: es necesario promover medidas concretas y desarrollar su papel en la sociedad con una buena política familiar.
Recemos para que las grandes opciones económicas y políticas protejan a la familia como el tesoro de la humanidad.
Papa Francisco - Agosto 2018
INTENCIONES DEL PAPA
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
AGOSTO 2018
Universal: La familia, un tesoro.
Para que las grandes opciones económicas y políticas protejan la familia como el tesoro de la humanidad.
Oración.
Padre Bueno...
Por el sacramento del matrimonio, tu Iglesia ve en el amor humano una señal de tu presencia. La entrega de la vida en un amor fecundo, generador de nuevas vidas, es ejemplo de aquello a lo que cada uno de nosotros es llamado como hijo tuyo: a generar vida.
La familia es un lugar de vida, de esperanza, de futuro y de comunión.
Por eso, te pido, en este mes, en unión con el Papa Francisco y su Red Mundial de Oración, por todas las familias, para que reciban apoyo político y económico para cumplir su misión. Te pido en particular por las que viven con mayores dificultades, que tu Espíritu sea su fuerza y consuelo.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria...
Propuestas para el mes
- Acompaña el Encuentro Mundial de las familias en Dublín, que se desarrolla del 21 al 25 de agosto. Interiorízate de las conclusiones de este encuentro, los llamados que allí se hagan y las declaraciones del Papa Francisco en su visita.
- En tu propia familia, cuida de las relaciones de forma constructiva, creando puentes, sanando heridas, cuidando de quienes están en mayores dificultades o enfermos.
- Busca información sobre acciones a nivel social, político y económico, que existen en tu país o en otros países, para proteger a la familia y, en la medida de sus posibilidades, lucha para que se implementen en tus propios ambientes.
https://clicktopray.org/es/pope_prayers
martes, 7 de agosto de 2018
Evangelio según San Juan 6, 41-51 - "Pan de Vida: El Cuerpo de Cristo" -
19º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Pan de Vida: El Cuerpo de Cristo"
12/08/18
Jn 6,41-51
• “Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me ha enviado”. Es imposible llegar a reconocer y aceptar por las propias fuerzas el mesianismo de Jesús. Venir a Jesús es la clave y el sentido de la fe cristiana.
• “Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí”. Escuchar humildemente al Padre celestial y dejarse guiar por su voluntad: ése es el requisito y la condición para venir a Jesús.
VIVIR PARA SIEMPRE
El enviado por el Padre se presenta a sí mismo como el pan de la vida: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. Esa es el núcleo de nuestra fe.
• “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”. En la memoria permanece el recuerdo del maná del desierto. Jesús es el nuevo maná que el Padre ha entregado al pueblo de la nueva alianza. Gracias a él puede sostenerse en su peregrinación.
• “El que coma de este pan vivirá para siempre”. Los que se alimentaron del maná pudieron satisfacer su hambre, pero al fin murieron. En cambio, quien se alimenta del pan del Señor vive para siempre.
• “El pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. El pan que Jesús ofrece a su pueblo es su propia carne. Es su propia vida que entrega por él. Es decir, por su pueblo y por todo el mundo.
- Señor Jesús, creemos que eres el Mesías enviado por Dios. Que el la fe nos ayude a buscarte y encontrarte. Y que tu pan nos mantenga en la vida sin fin que brota de ti.
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Pan de Vida: El Cuerpo de Cristo"
12/08/18
Jn 6,41-51
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Reflexión
EL PAN DE VIDA
Elías fue elegido para ser el defensor del Dios único frente a la imposición política de los ídolos extranjeros. Pero fue elegido también para ser el defensor del pobre aplastado por los poderosos. Esa doble misión del profeta no había de ser fácil. De hecho lo lanzó a los caminos del desierto para defender su propia vida.
Gracias al pan y el agua que el ángel le muestra, Elías puede seguir su camino durante cuarenta días hasta el Horeb, el monte de Dios (1 Re 19,4-8). El profeta es el icono del creyente que sigue con fidelidad al Señor. El pan y el agua significan aquí la providencia y la fidelidad de Dios al que ha elegido para una arriesgada misión.
El desierto es la tierra del despojo. Y de la más profunda verdad del ser humano. El desierto fue para el pueblo de Israel el lugar del encuentro con su Dios. También lo es para Elías. En un caso y el otro, el pan y el agua son los medios imprescindibles para vivir y afrontar la vida con valentía y disponibilidad ante el Señor.
VENIR A JESÚS
El evangelio de hoy recoge la reacción de los judíos a las palabras con las que Jesús se revelaba como el pan bajado del cielo. “¿Cómo dice que ha bajado del cielo?” Los judíos no pueden reconocer como venido del cielo a un hombre cuyos orígenes terrenos creen conocer.
Jesús no parece extrañarse por esa desconfianza. Conoce bien de dónde brota. No se la reprocha, pero les indica el camino recto para llegar a Él. El texto emplea para ello una frase negativa y otra positiva, en las que se contraponen el “nadie” y el “todos”:• “Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me ha enviado”. Es imposible llegar a reconocer y aceptar por las propias fuerzas el mesianismo de Jesús. Venir a Jesús es la clave y el sentido de la fe cristiana.
• “Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí”. Escuchar humildemente al Padre celestial y dejarse guiar por su voluntad: ése es el requisito y la condición para venir a Jesús.
VIVIR PARA SIEMPRE
El enviado por el Padre se presenta a sí mismo como el pan de la vida: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. Esa es el núcleo de nuestra fe.
• “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo”. En la memoria permanece el recuerdo del maná del desierto. Jesús es el nuevo maná que el Padre ha entregado al pueblo de la nueva alianza. Gracias a él puede sostenerse en su peregrinación.
• “El que coma de este pan vivirá para siempre”. Los que se alimentaron del maná pudieron satisfacer su hambre, pero al fin murieron. En cambio, quien se alimenta del pan del Señor vive para siempre.
• “El pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo”. El pan que Jesús ofrece a su pueblo es su propia carne. Es su propia vida que entrega por él. Es decir, por su pueblo y por todo el mundo.
- Señor Jesús, creemos que eres el Mesías enviado por Dios. Que el la fe nos ayude a buscarte y encontrarte. Y que tu pan nos mantenga en la vida sin fin que brota de ti.
José-Román Flecha Andrés
miércoles, 1 de agosto de 2018
Bioética- PPT: POBLACIÓN Y PROCREACIÓN
POBLACIÓN Y PROCREACIÓN
La preocupación moderna por el crecimiento demográfico de la humanidad se remonta a Thomas Malthus. Según él, “si no se pone obstáculos a su crecimiento, la población aumenta en progresión geométrica, mientras los alimentos lo hacen en progresión aritmética”.
Las predicciones de Malthus no se han realizado como él las preveía. El aumento de los medios de producción y consumo se une a la disminución de la población en los países desarrollados, aunque la población aumenta todavía en las sociedades más pobres.
En 1965, el Concilio Vaticano II evocaba así las actitudes que dificultan la apertura a la vida: "El amor matrimonial queda frecuentemente profanado por el egoísmo, el hedonismo y los usos ilícitos contra la generación. Por otra parte, la actual situación económica, socio-psicológica y civil son origen de fuertes perturbaciones para la familia. En determinadas regiones del universo, finalmente, se observan con preocupación los problemas nacidos del incremento demográfico. Todo lo cual suscita angustia en las conciencias" (GS 47).
El problema era evidente, pero diversos motivos indujeron a Pablo VI a retirar el tema de la discusión en el aula conciliar. Había que oír otras voces, especialmente las de la comision creada por Juan XXIII para el estudio de esta cuestión
Teniendo en cuenta los informes contrastantes de aquella comisión, Pablo VI publicó el 25 de julio de 1968 su encíclica Humanae vitae. En ella recordaba que el deber de transmitir la vida humana es para los esposos, colaboradores libres y responsables de Dios Creador, fuente de grandes alegrías, a veces acompañadas de dificultades y angustias.
Si este deber ha planteado siempre serios problemas en la conciencia de los cónyuges, los cambios acaecidos en la sociedad han planteado nuevas cuestiones que la Iglesia no puede ignorar por referirse a la vida y la felicidad de los hombres (HV 1).
Entre esos cambios, menciona el Papa el rápido desarrollo demográfico, que genera el temor de que la población aumente más rápidamente que las reservas de que dispone. Este temor incita a los gobiernos a adoptar algunas medidas radicales.
Además, las condiciones de trabajo y de vivienda, el aumento de los gastos en la crianza y en la educación dificultan el mantenimiento adecuado de un número elevado de hijos.
Por otra parte, es evidente el nuevo papel de la mujer en la sociedad, en la valoración del amor conyugal y en el aprecio de la intimidad conyugal.
Finalmente, el hombre puede gestionar mejor el dominio racional de las fuerzas de la naturaleza con relación al cuerpo, a la vida psíquica, a la vida social y aun a las leyes que regulan la transmisión de la vida (HV 2).
He ahí los motivos de aquella encíclica profética, publicada hace cincuenta años, que requiere hoy un análisis más sereno.
José-Román Flecha Andrés
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