de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"Las Bienaventuranzas"
2/11/15
Mt 5,1-12
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
«Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.
Palabra del Señor
Reflexión
SANTOS Y FELICES
“Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos”.
Siempre nos fascina esa visión del libro del Apocalipsis que se proclama en la primera lectura de esta solemnidad de todos los Santos (Ap 7, 2-14). Nos impresiona esa multitud de mártires que han ganado la palma del triunfo con su sangre. Ellos son los que forman el gran coro de los que aclaman y cantan: “La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero”.
Paradójicamente, los mártires “han blanqueado sus mantos en la sangre del Cordero”. Se han negado a adorar a los ídolos que cada día se presentan exigiendo nuestra adoración. Ellos son lo mejor de esta tierra. Son los que han entendido como nadie la libertad de adorar al único que merece nuestra adoración.
LA VERDAD DEL SER HUMANO
Hoy todos coinciden en exaltar el ideal del hombre, su imagen y su dignidad. Pero el coro se divide al pretender señalar qué es el hombre, cuáles son las notas que lo definen. En qué consiste su dignidad.
Unos afirman que es libre pero olvidan que ha de ser solidario. Otros afirman que todos los srrs humanos son iguales, pero parecen dispuestos a olvidar que cada uno es un individuo único e irrepetible.
En el evangelio de hoy leemos una vez más el texto que recoge las bienaventuranzas incluidas en el Sermón de la Montaña (Mt 5, 1-12). Con frecuencia las vemos como escandalosas. Sin embargo, en ellas está la clave de la felicidad.
Jesús es la Palabra de Dios y también la imagen definitiva y perfecta del ser humano. Las bienaventuranzas que él proclamó nos revelan la verdad última del hombre. Nos dicen qué significa ser humano en plenitud. Nos recuerdan los valores profundos que hacen que nuestra existencia sea humana y humanizadora.
CAMINOS DE FELICIDAD
Muchas imágenes del ser humano son engañosas. En las bienaventuranzas Jesús nos dice qué significa ser persona. Y cómo se puede ser feliz.
• La felicidad no está en acaparar bienes, sino en compartirlos.
• La felicidad no está en la violencia, sino en la humildad y la mansedumbre.
• La felicidad no está en el desdén hacia los afligidos, sino en la compasión
• La felicidad no está en la instalación, sino en el camino hacia el bien.
• La felicidad no está en el individualismo, sino en la misericordia.
• La felicidad no está en la mentira, sino en la limpieza del corazón.
• La felicidad no está en el conflicto, sino en la lucha por la concordia
• La felicidad no está en la traición, sino en la fidelidad a la fe y al amor.
- Señor Jesús, nosotros proclamamos que solo tú eres Santo. Que tu ejemplo y tu palabra nos ayuden a seguirte por el camino que han seguido todos los santos que en el mundo han sido. Tú que vives y reinas y nos esperas por los siglos de los siglos.
José-Román Flecha Andrés
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