miércoles, 27 de enero de 2016

Video: Atrévete a Buscar 2. ¿POR QUÉ SUFRIMOS? - (YouTube) -


Responder a las preguntas fundamentales:
Si Dios es bueno y todopoderoso,
 ¿por qué existe el mal en el mundo?

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Video Reflexión: 4º Domingo Tiempo Ordinario Ciclo C - "Enseñanza de Jesús en Nazaret" - (YouTube - Ed. V.D.)



Evangelio según San Lucas 4; 21-30 - "Enseñanza de Jesús en Nazaret"

4º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo C
"Enseñanza de Jesús en Nazaret"
31/01/15
Lc 4,21-30


Entonces Jesús comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". 
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?". 
Pero él les respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: "Médico, cúrate a ti mismo". Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaúm". 
Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. 
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. 
Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. 
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio". 
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. 
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino. 
Palabra del Señor
Reflexión
LA MISIÓN DEL PROFETA
“Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte”. Con estas palabras de aliento se cierra el oráculo con el que el Señor constituye a Jeremías en profeta de los gentiles (Jer Jer 1,19). 
Bien sabe él que ha sido elegido para transmitir fielmente a su pueblo lo que Dios ha dispuesto. Habrá de interpelar a los jefes del pueblo, pero también a las gentes del campo. Su misión no será fácil. Habrá de encontrar una fuerte oposición por parte de todos. Pero el Señor saldrá en su defensa.
Nadie acepta impunemente la misión que Dios le confía. La historia y la experiencia nos dicen que todos los que escuchan la palabra de Dios y tratan de transmitirla con fidelidad se encontrarán con una fuerte resistencia.

LOS PROFETAS ANTIGUOS
El domingo pasado, el evangelio nos situaba en la sinagoga de Nazaret. Jesús leía un texto del libro de Isaías en que se recordaba la vocación y la misión de un profeta y se lo aplicaba a sí mismo, diciendo: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír” (Lc 4,21).
La traducción más habitual dice que sus oyentes quedaron admirados de las palabras de gracia que salían de sus labios. Sería mejor traducir que los vecinos de su pueblo quedaron escandalizados de las palabras de misericordia que salían de su boca.
En efecto, Jesús se atribuía el mandato de proclamar el año de gracia de parte de Dios y omitía las palabras del libro que prometían una venganza contra los enemigos. Jesús anunciaba a un Dios compasivo y misericordioso con todos.
Por eso recordaba que esa misma había sido la actitud de los grandes profetas de antaño. Elías había socorrido a una viuda de Sarepta. Y Eliseo había curado a un militar leproso procedente de Damasco. Ambos manifestaban la misericordia de Dios con los extranjeros.
Pero los vecinos de Jesús no estaban preparados para aceptar ese mensaje. Su nacionalismo era aldeano. Querían un Dios para ellos solos. No estaban dispuestos a renunciar a la venganza contra los paganos. No podían creer en la misericordia universal de Dios.

EL PROFETA RECHAZADO
Jesús podía haberse limitado a comentar el texto mirando al pasado. Podía haber invitado a sus vecinos a dar gracias a Dios por la misión de los antiguos profetas de Israel. Podía haber cantado la grandeza de la liberación que Dios había ofrecido a su pueblo. Pero fue más allá. ¿Cuál había de ser la respuesta de Jesús?
• “Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra”. Seguramente Jesús recordaba a Jeremías, acusado y perseguido por las gentes de su propio pueblo. Pero al igual que él, reconocía su propia vocación profética.
• “Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba”. El que había venido para anunciar la misericordia de Dios no pudo dar testimonio de ella en su propia aldea. Sus vecinos creían conocerlo bien. Por eso estaban cerrados a la sorpresa. No podían aceptar lecciones de él.
- Señor Jesús, nosotros te reconocemos como el profeta enviado por Dios para anunciarnos su misericordia. Líbranos del pecado de rechazarte a ti y de ignorar tu mensaje de gracia y de salvación.
José-Román Flecha Andrés

lunes, 18 de enero de 2016

Videos: Atrévete a Buscar 1. ¿EXISTE DIOS? - (YouTube) -

Lanzan una campaña virtual que
responde a las preguntas fundamentales



¿Puede la ciencia demostrar la existencia o inexistencia de Dios?

Video Reflexion: 3º Domingo Tiempo Ordinario - Ciclo C - “El comienzo de la predicación de Jesús” - (Ed. Verbo Divino - YouTube)



Evangelio según San Lucas 1, 1-4; 4, 14-21 - “El comienzo de la predicación de Jesús” -

3º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo C
“El comienzo de la predicación de Jesús”
24/01/16
Lc 1, 1-4; 4, 14-21
Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. 
Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido. 
Jesús volvió a Galilea con el poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región. 
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan. 
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. 
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". 
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. 
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". 
Palabra del Señor  
Reflexión     
EL HOY DE LA SALVACIÓN
“Hoy es un día consagrado a nuestro Dios… Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene… No estéis tristes, pues el gozo del Señor es vuestra fortaleza”. Son hermosas estas exhortaciones con las que el sacerdote Esdras introduce la lectura del libro de la Ley (Neh 8, 10).
Este texto que se proclama en este domingo es importante por dos motivos. En primer lugar, nos recuerda la alegría del pueblo de Israel al poder escuchar la lectura de los libros santos. La reunión de la asamblea de los creyentes se apoya en dos importantes pilares: la oración y la meditación sobre la Palabra de Dios.
Además, nos enseña que la lectura de la palabra de Dios es motivo de alegría para los verdaderos creyentes y, al mismo tiempo, es una invitación para compartir con los pobres y necesitados los dones recibidos de Dios.

ELECCIÓN Y MISIÓN
Pues bien, el evangelio nos traslada a un escenario semejante. Entramos en la sinagoga de Nazaret. También en un pueblo tan pequeño como ese, los vecinos se reúnen el sábado en la sinagoga. No son muchos. Se conocen todos “desde toda la vida”.
Después de una breve ausencia, Jesús ha regresado al poblado. Por los alrededores ha ido extendiéndose la voz de que habla con autoridad. Así que las gentes de su aldea le ofrecen la oportunidad de leer y comentar los libros santos (Lc 4, 14.21). Jesús lee un texto que se encuentra en el rollo de Isaías. Dos ideas atraen la atención de los presentes:
• “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido”. Era fácil aceptar que el profeta que había escrito así describía su vocación y reflexionaba sobre su propia identidad. Su vida había de ser testimonio de esa elección.
• “Él me ha enviado para anunciar… la salvación, la liberación… y la gracia”. Era un motivo de alegría recordar que los antiguos profetas habían sido elegidos y enviados como portavoces de la compasión y de la misericordia de Dios. 

MENSAJE Y MENSAJERO
Jesús podía haberse limitado a comentar el texto mirando al pasado. Podía haber invitado a sus vecinos a dar gracias a Dios por la misión de los antiguos profetas de Israel. Podía haber cantado la grandeza de la liberacion que Dios había ofrecido a su pueblo. Pero fue más allá. De hecho, recalcó la actualidad de aquel antiguo mensaje,
• “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír”. Al igual que el sacerdote Esdras, Jesús subraya la importancia del “hoy”. El pasado ha dejado espacio a un presente de gracia. La palabra proclamada se hace realidad ante sus vecinos.
• “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír”. Jesús se presenta como profeta. Y se atribuye una misión que es una buena noticia para los pobres y los oprimidos, los marginados y los extranjeros.
• “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír”. Como dice el Papa Francisco, “a los que estaban cargados de dolor, agobiados de pobreza, les aseguró que Dios los tenía en el centro de su corazon”.
- Señor Jesús, enséñanos a leer las Escrituras. Tú eres el mensajero y el mensaje. En ti se nos revela el rostro misericordioso de Dios. Bendito seas por siempre.
José-Román Flecha Andrés

lunes, 11 de enero de 2016

Evangelio según San Juan 2, 1-11 - "Las Bodas de Caná" -

2º  Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo C
"Las Bodas de Caná"
17/01/16
Jn 2, 1-11
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 
Jesús también fue invitado con sus discípulos. 
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". 
Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". 
Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga". 
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. 
Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde. 
"Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. 
El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su o rigen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". 
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. 
                                                                        Palabra del Señor
Reflexión
AGUA Y VINO
“Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó: la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo”. Esas palabras cierran la primera lectura de la misa de este domingo segundo del Tiempo Ordinario. Están tomadas del libro de Isaías (Is 62,5).
Con ese oráculo se manifiesta el amor que Dios profesa a su pueblo. Si alguna vez parecía haber sido abandonado por Dios hasta llegar a ser devastado por sus enemigos, un día será reconocido como el pueblo elegido y amado por Dios.
Lo más sorprendente del texto es que el oráculo utilice imágenes y palabras tan estrechamente ligadas al compromiso matrimonial. Así dice el Señor a su pueblo: “El Señor te prefiere a ti y tu tierra tendrá marido”. La elección y la providencia de Dios aseguran la presencia de la vida y un futuro de prosperidad.

LA FIESTA DE LA VIDA
La liturgia de hoy nos traslada a Caná de Galilea. Allí se celebra la fiesta de una boda. Y a la fiesta han sido invitados María, Jesús y los discípuos que ha ido eligiendo (Jn 2, 1-12). Conocemos bien este relato y muchas veces lo hemos incorporado a nuestra oración.
• En primer lugar nos indica que Jesús no rehúye las fiestas de la humanidad. Participa en ellas con sinceridad y con serenidad. En este caso comparte la fiesta del amor y de la vida. Dos grandes valores humanos que quedan santificados por su presencia.
• Además, vemos la atención que María presta a las necesidades de las personas. Es ella la primera en percibir la dificultad en la que pueden encontrarse los nuevos esposos. Con razón la proclamamos como Reina y Madre de Misericordia.
• Y con alegría descubrimos que Jesús hace posible que el agua de nuestras fatigas se convierta en vino excelente para animar la fiesta de la familia.

LOS SIGNOS Y LA FE
El evangelista concluye este relato con una anotación que nos introduce de lleno en la identidad y en la misión de Jesús: “Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él”.
• Los signos habrían de ir marcando su camino. Un itinerario de compasión. La ayuda prestada a los esposos, la curación de un ciego, el reparto de los panes y la resurrección de Lázaro presentaban a Jesús como el rostro de la misericordia de Dios.
• La gloria de Jesús era la gloria misma del Padre. No buscaba su propio interés. Pretendía seguir la voluntad del Padre y hacerla visible a sus discípulos. No puede ser diferente la intención de los que siguen su camino.
• La fe es un don de Dios. Hay que pedirla en la oración. Pero es también una tarea que implica toda la existencia. Crecer en la fe, anunciarla y dar testimonio de ella es una tarea que da sentido a la existencia de los seguidores de Jesús.
- Señor Jesús, nos alegra saber que estás presente en nuestra existencia, tanto en las celebraciones de la vida y del amor como en la hora de la muerte y del duelo. En un momento y en otro queremos hacer lo que tu nos digas, como nos lo indicó tu Madre. 
                                                                                     José-Román Flecha Andrés

jueves, 7 de enero de 2016

Vídeos Reflexión: Domingo Tiempo de Navidad - Ciclo C - Fiesta "Bautismo del Señor" - (Youtube - Ed. Verbo Divino) -



Evangelio según San Lucas 3, 15-16; 21-22 - Fiesta "El Bautismo del Señor" -

Domingo
Tiempo de Navidad - Ciclo C -
Fiesta "El Bautismo del Señor"
10/1/16
Lc 3, 15-16; 21-22

Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo.
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».
Palabra del Señor 
Reflexión

LA NUEVA VIDA
“Aquí está vuestro Dios, aquí está el Señor; viene con poder y brazo dominador; viene con él su salario, le precede la paga”. Estas palabras se encuentran en el poema del libro de Isaías que se lee en esta fiesta del Bautismo de Señor (Is 40, 1-5. 9-11). Al pueblo que retorna del cautiverio en Babilonia una voz le invita a acoger al Señor.
Junto a la imagen de la fuerza y el poder, el pregonero ofrece otra imagen de amor y de ternura: “Apacienta como un pastor a su rebaño y amorosamente lo reúne; lleva en brazos los corderos y conduce con delicadeza a las recién paridas”. El pueblo redimido de la servidumbre puede recordar su pasado pastoril.
Todo indica que comienza un nuevo tiempo después del exilio. Un tiempo marcado por los signos del encuentro y la fraternidad, de la seguridad y la esperanza. Una nueva vida.

LA CORREA DE LAS SANDALIAS
El evangelio que hoy se proclama se divide en dos partes, paralelas y complementarias. En la primera parte se recuerda el bautismo con el que Juan anunciaba la llegada de otro más fuerte que él. Aquel profeta no osaba siquiera compararse con los esclavos que ataban y desataban la correa de las sandalias de sus amos (Lc 3,15-16).
Como Juan Bautista, la Iglesia sabe que ella no puede salvar. Ha sido llamada a prestar un humilde servicio a su Señor. Y ha sido enviada a preparar los caminos de los que esperan de Él la salvación. Nadie nos puede salvar sino el Señor de la vida y de la libertad.
Juan bautizaba a sus oyentes con agua. El rito significaba la purificación necesaria para preparar los caminos del Señor. No podía haber conversión sin la purificación del pecado. Sería bueno repetirlo en presente. Tampoco ahora habrá conversión sin aceptar la purificación. Bueno es recordarlo en el Año Santo de la Misericordia.

LA ORACIÓN Y EL AMOR
En la segunda parte del evangelio de hoy se nos invita a asistir a la escena del bautismo de Jesús (Lc 3, 21-22). En pocas palabras el texto sugiere muchas cosas:
• “Mientras Jesús oraba se abrió el cielo”. Los cristianos nos dirigimos a Jesús en nuestra oración. Pero no podemos dejar de ver en él al gran orante. En su oración se abrían los cielos. Es decir, para él y para nosotros, la oración es el acceso a Dios.
• “El Espíritu bajó sobre él como una paloma”. Tras el diluvio, la paloma buscó una tierra donde posarse. Ahora comprendemos que Jesús es la nueva tierra, la promesa y la realidad de una nueva creacion: de una nueva vida.
• Una voz que venía del cielo lo reconoce como el Hijo amado. Jesús es el Hijo predilecto del Padre. En él se revela el amor del Padre. Y en él, nuestro hermano y Señor, también nosotros nos reconocemos como hijos de Dios.
- Señor Jesús, Hijo de Dios y Señor nuestro. En tu bautismo reconocemos el misterio y la belleza de nuestro propio bautismo. Que el agua y el Espíritu nos ayuden a vivir la nueva vida de los verdaderos hijos del Padre.

José-Román Flecha Andrés

viernes, 1 de enero de 2016

Video Reflexión: 2º Domingo de Tiempo de Navidad - Ciclo C - "La Palabra de Dios se hizo hombre" ( Ed. Verbo Divino - Youtube)




Evangelio según San Juan 1, 1-18 - La Palabra de Dios se hizo hombre -

2º Domingo
Tiempo de Navidad
La Palabra de Dios se hizo hombre
3/1/16
Jn 1, 1-18

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
El no era luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. 
Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: «Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo».
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.
Palabra del Señor   
Reflexión
LA SABIDURÍA Y LA PALABRA
“La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo”. Así comienza un hermoso poema que se encuentra en el libro del Eclesiástico, con referencia a la sabiduria de Dios (Eclo 24,1).
El texto continúa proclamando que la sabiduría ha brotado de la boca del Altísimo, actúa en sintonía con su voluntad y pone su morada entre los hijos de los hombres.
Evidentemente, esa sabiduría de origen divino, que preside la obra de la creación, no puede asimilarse a la simple erudición humana. Es la fuente viva. La fuente de la vida, que renueva todas las cosas de este mundo.
La sabiduría divina trasciende todos los planes humanos. Y no se limita a ofrecer a los hombres este o aquel saber. Más que el arte del saber, es el don del sabor.

LA VIDA Y LA LUZ
El evangelio que hoy se proclama ha sido leído también en la tercera misa de la fiesta de la Navidad, así como el día 31 de diciembre. Esa reiteración subraya la importancia de este texto con el que comienza el Evangelio de Juan (Jn 1, 1-18). Son ideas como dardos.
• “Al principio ya existía la Palabra”. Antes de los mundos y de nuestras historias, más o menos importantes, ya existia la Palabra de Dios, el proyecto de Dios, que, en realidad, coincide con su amor y su misericordia.
• “En la Palabra estaba la vida”. No son nuestras palabras las que generan la vida. No son ellas las que dan sentido a la vida. Nuestras palabras sólo tienen valía cuando son un reflejo de la Palabra eterna de Dios.
• “La vida era la luz de los hombres”. Es sorprendente esa identificación: palabra –vida- luz. Sin la Palabra de Dios, nuestra vida es mortecina y nuestro caminar es un deambular a tientas en medio de las tinieblas.

LA CARNE Y LA GLORIA
Con todo, el poema con que se abre el evangelio de Juan no nos remite solamente a la eternidad divina. En él se da cuenta del valor de la temporalidad humana.
• “La Palabra se hizo carne”. Siempre ha habido gentes y movimientos que han tratado de ignorar el valor del cuerpo y de la peripecia humana. Pero la Palabra de Dios no es un sonido vacío. Se ha hecho carne en Jesús de Nazaret.
• “La Palabra habitó entre nosotros”. Puso su tienda de campaña entre nosotros. Caminó por nuestras sendas. No sólo se dejó oir, sino que se dejó ver y tocar. Por eso puede ser aceptada o rechazada. Por eso puede guiar nuestros pasos.
• “Hemos visto su gloria”. En la Palabra que se ha hecho carne hemos descubieto la gloria de Dios y la humanidad de Dios. Pero en ella hemos podido descubrir también la gloria del hombre y la divinización del hombre por obra y gracia de la misericordia de Dios.
- Señor Jesús, sabemos que estás lleno de gracia y de verdad. No permitas que te ignoremos. Permítenos recibirte. Nuestra hospitalidad tendrá como premio tu presencia misericordiosa en nuestra vida. 

José-Román Flecha Andrés