Pquia. San Pio X, Mar del Plata: Proyecto basado en las directivas del Padre M, Bautista.
Como devotos de la Divina Misericordia del Señor, surge la necesidad de ver reflejada en la acción la Misericordia de Dios, queremos dar a conocer las obras de Misericordia, corporales y espirituales especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Jesús privilegió a los pobres y sufrientes (Lc. 6,20 ss), Él nos enseña a ver en el enfermo a Cristo (Mt. 25,31-46)
"No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo", pronunció el Pontífice durante su primer discurso en Brasil, con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud.
Brasil recibió al Papa Francisco y a los jóvenes de todo el mundo y juntos recibieron el abrazo del Cristo Redentor
"¿Qué quiero de la JMJ? Quiero que haya lío (...) Quiero lío en las diócesis", dijo el Papa Francisco durante un encuentro con sus compatriotas argentinos en Brasil durante la Jornada Mundial de la Juventud. "Quiero que la iglesia salga a la calle (...) Los colegios, las parroquias, las instituciones (católicas) deben salir. Si no salen, se transforman en una ONG y la Iglesia no puede ser una ONG".
Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". Después les dijo: "Cuídense de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo "¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha". Después pensó: "Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, como, bebe y date buena vida". Pero Dios le dijo: "Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?". Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".
Palabra del Señor
Reflexión
● ... la distribución de la herencia entre los familiares es siempre una cuestión delicada y, muchas veces, ocasiona infinitas discusiones y tensiones. En aquel tiempo, la herencia tenía que ver también con la identidad de las personas y con su supervivencia...
● ... En la respuesta de Jesús se ve la conciencia que tenía de su misión. Jesús no se siente enviado por Dios para atender el pedido de arbitrar entre los parientes que se pelean entre sí por el reparto de la herencia. Pero el pedido despierta en él la misión de orientar a las personas, pues: “Les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aunque alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la vida.” ...El valor de una vida no consiste en tener muchas cosas, sino en ser rico para Dios. Pues, cuando la ganancia ocupa el corazón, no se llega a repartir la herencia con equidad y con paz.
● ...El hombre rico está totalmente encerrado en la preocupación de sus bienes que aumentarán de repente por causa de una cosecha abundante. Piensa sólo en acumular para garantizarse una vida despreocupada... La muerte es una llave importante para redescubrir el sentido verdadero de la vida. Relativiza todo, pues muestra lo que perece y lo que permanece. Quien sólo busca tener y olvida el ser pierde todo en la hora de la muerte. Reflexión personal
● El hombre pide a Jesús que le ayude en el reparto de la herencia. Y tú ¿qué pides a Dios en tus oraciones?
● El consumismo crea necesidades y despierta en nosotros el deseo de acumular. ¿Qué haces tú para no ser víctima de la sociedad de consumo?
Central a la parábola de Lucas 11 están dos amigos. Uno estaba en apuro porque no tenia nada en su casa para ofrecerle a una visita que había llegado tarde en la noche sin aviso. Fue a donde un amigo para ver si este tenía pan en su casa que le pudiera dar. El amigo, aunque quizás si tenía pan, se molesto porque era demasiado tarde y ya él y su familia estaban acostados. Jesús explicó que ese amigo le daría pan al otro, no tanto por el valor de su amistad, sino porque no quería que el amigo lo volviera a molestar. Aun así, cuando el amigo tocó su puerta, él la abrió.
La parábola no da a entender que Dios se molesta cuando traemos a él nuestras peticiones. Más bien, la enseñanza aquí es que si pides Dios te dará. Si hablas con Dios, de seguro que inclinara su oído hacia ti. El hombre de la parábola se atrevió a tocar la puerta de su amigo aunque era tarde. ¿Tienes esa confianza con Dios? ¿Te intimidas al orar?... Jesús dice que nuestras oraciones serán escuchadas, nuestras peticiones consideradas, por el simple hecho de que Dios es bueno. Lo compara con un padre que no es capaz de darle algo malo a su hijo.
A veces nos sentimos muy avergonzados por las cosas que hemos hechos y pensamos que Dios no quera bregar con nosotros. Pero el verso 13 dice, "Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!" La oración más importante que una persona puede hacer es la de arrepentirse de sus pecados y renovar su relación con Dios. Dios nunca ignorar esta oración. Si él es capaz de perdonar nuestros pecados, pues también es capaz de cumplir con cualquier otra necesidad que tengamos, siempre y cuando este de acuerdo con su santa voluntad.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos". El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación". Jesús agregó: "Supongamos que algunos de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle", y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos". Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".
Palabra del Señor
Reflexión
- Como los discípulos, también nosotros nos reunimos en torno a Jesús que ora en solitario. Recojamos en torno a Él y en Él, todas nuestras energías, cualquier pensamiento, toda ocupación o preocupación, las esperanzas, los dolores... - Hoy somos nosotros aquellos discípulos que ven rezar al maestro y se dejan fascinar de su oración, que evidentemente es muy especial. - Hoy sus palabras son para nosotros, su invitación a confiar en el amor del Padre, ... - Hoy nos toca ponerle voz a la oración del Maestro: Padre, sea santificado tu Nombre...
Algunas preguntas sobre nuestra oración:
* ¿Qué es la oración para mí: una obligación? ¿Una pausa para la búsqueda de mi mismo? ¿La presentación a Dios de una lista de peticiones? ¿Un descanso en compañía del Padre?... * ¿Cuánto tiempo dedico a la oración...? ..., ¿cada semana, una vez al mes? ¿Ocasionalmente?... * ¿De dónde parte mi oración: de la Palabra de Dios? ¿Del santo o de la festividad litúrgica del día? ¿De la devoción a la Virgen María?... ¿De los sucesos de mi vida o de los de la historia del mundo? * ¿Con quién me encuentro cuando rezo: mirando a lo profundo de mi mismo, en la oración hablo con alguien al que siento como juez o como amigo? ¿Lo siento “igual que yo”, ...?... * ¿Cómo rezo: uso de modo algo mecánico fórmulas prefijadas? ¿Rezo con versículos de salmos o de otras páginas bíblicas? ¿Con textos litúrgicos? ¿Prefiero una oración espontánea?...
¿Consigo orar mientras trabajo o cuando estoy en cualquier lugar o sólo cuando estoy en la iglesia? ¿Consigo hacer mía la oración litúrgica? ¿Qué puesto tiene la Madre de Dios en mi oración?
Clave de lectura
El pasaje presenta la oración como una de las exigencias fundamentales y uno de los puntos cualificadores de la vida del discípulo de Jesús y de la comunidad de discípulos.
Jesús, como los grandes maestros religiosos de su tiempo, enseña a sus seguidores una oración que los caracteriza: el “Padre nuestro”.
Jesús que reza, provoca en los discípulos el deseo de rezar como Él. Es, evidentemente una oración que tiene unos reflejos externos verdaderamente especiales, que ciertamente repercuten sobre la predicación. Los discípulos comprenden que una oración tal, es muy diversa de la que enseñan los otros maestros espirituales de Israel y también de la del mismo precursor suyo, por esto le piden que les enseñe su oración. De este modo, la oración que Jesús transmite a los suyos se convierte para ellos en la expresión característica de su ideal y de su identidad, del modo de relacionarse con Dios y con los suyos.
Según el esquema clásico de la oración bíblica, la primera parte del “Padre nuestro” mira directamente a Dios, mientras la segunda parte se refiere a las necesidades del hombre en la vida terrena...
... a Dios se puede y se debe manifestar las propias necesidades, es también verdadero que la oración cristiana no está dirigida y finalizada en el hombre, no es una petición egoística del hombre, sino que su fin es glorificar a Dios, invocar su total cercanía, su completa manifestación...
...El pan es el alimento necesario, el alimento primario, tanto el tiempo de Jesús como hoy (o casi). Aquí sin embargo “pan “ indica el alimento en general y también , más ampliamente, todo género de necesidad material de los discípulos. ... todos somos llamados a recibir todo de la Providencia, como un don gratuito de Dios, aunque venga del trabajo de nuestras manos; a esto, por ejemplo, nos reclama constantemente la dinámica del rito eucarístico del ofertorio: se ofrece a Dios algo que se sabe bien que se ha recibido de Él, para poderlo recibir nuevamente de sus manos.. Esto significa también que el Cristiano de todo tiempo no debe tener ninguna preocupación por la propia situación material, porque el Padre se ocupará por él
... Inmerso en la salvación otorgada por el Padre con la llegada de su Reino, el Cristiano se sabe perdonado en anticipo de toda culpa. Esto lo coloca en la condición y en la obligación de perdonar a los otros, consintiendo a Dios dar el definitivo perdón para el creyente capaz de perdonar. ...La petición del hombre que se encuentra en plena noche recibiendo a un huésped inesperado refleja el sentido de hospitalidad de los pueblos antiguos y la petición de “los tres panes” (v.5) se explica por el hecho que aquélla era precisamente la cantidad de pan que constituía la porción normal de un adulto.
El hombre que de noche corre al amigo es la figura del discípulo de Cristo, llamado a orar a Dios siempre y en cualquier lugar, con la confianza de ser escuchado, no porque lo ha cansado, sino porque Él es un Padre misericordioso y fiel a las promesas. La parábola sirve, por tanto, para explicar con qué disposición el verdadero discípulo debe rezar el “Padre Nuestro”: con una confianza total en Dios, Padre amable y justo, confianza que le lleva a una cierta desfachatez, o sea, a “molestarlo” en cualquier momento y a insistir ante Él de cualquier modo, con la certeza de ser escuchado... ... la última parte de nuestro evangelio es la propiamente didáctica. Vuelve a tomar los temas de los versículos precedentes, subrayando decididamente sobre la confianza que debe caracterizar la oración cristiana, basada sobre la sólida roca de la fe. Es la confianza del orante que abre las puertas del corazón del Padre y es precisamente su identidad de Padre que ama llevar en brazos a sus hijos y consolarlos con la ternura de una madre lo que debe nutrir la confianza de los cristianos.
Dios es un Padre que ama recibir las peticiones de sus hijos, porque esto demuestra su confianza en Él, porque para pedir ellos se acercan a Él con el corazón disponible, porque esto le empuja a mirar su rostro manso y amable, ... Él es verdaderamente el Señor de la historia y del mundo,... Dios es ciertamente un Padre que sabe proveer a todo lo que se refiere a la existencia cotidiana de sus hijos, pero, también, sabe qué cosa es bueno para ellos y lo sabe mejor que nosotros. He aquí por qué Él dona a los Cristianos muchos bienes y sobre todo el don por excelencia: el Espíritu, el único bien de verdad indispensable para sus vidas, aquel que, dejándolo obrar, los vuelve cada vez más auténticamente hijos en el Hijo...
Oremos por el Papa Francisco y por todos las personas
que se encuentran reunidas en la:
Río palpita, baila y espera al papa Francisco, que llegará hoy a Brasil en su primera gira internacional, para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en un evento que reunirá a más de dos millones de jóvenes del mundo en el regreso a “su casa” latinoamericana desde la elección pontificia celebrada en marzo...
El papa Francisco llega el lunes a Río de Janeiro para iniciar su primer viaje apostólico internacional. Con extremos controles de seguridad, Francisco tiene previsto visitar una favela de la zona norte de la ciudad, recorrerá un hospital de jóvenes en recuperación de las drogas, recibirá a chicos reclusos y confesará a un grupo de peregrinos.
...La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ)congregará a casi 2 millones de personas, de las cuales más de 40.000 serán argentinos. También habrá unos 30 obispos argentinos que estarán presentes en Río, encabezados por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo.
Una delegación de 48 cartoneros, que integran el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), partió este sábado hacia Brasil por invitación del Papa Francisco. "Recibimos un correo del Papa invitando a los jóvenes a participar de la Jornada, para lo cual recibieron becas para alojamiento y comida y nosotros hicimos distintas actividades para cubrir el transporte" en autobús a Río de Janeiro, explicó Juan Grabois, abogado del MTE...
Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada".
Palabra el Señor
Reflexión• El contexto. La escucha de la Palabra
...Jesús entra en un poblado y es acogido por sus viejos amigos Marta y María. Jesús no es sólo el primer enviado del Padre, sino también el que, por ser Él la Palabra única del Padre, reúne a los hombres, en nuestro caso los miembros de la familia de Betania. Si es verdad que hay muchos servicios que llevar a cabo, como la acogida y atención a las necesidades de los demás, es aún más cierto que lo que es insustituible es la escucha de la Palabra. Aquí, el relato de Lucas es al mismo tiempo un hecho real y algo ideal. Empieza con la acogida por parte de Marta (v.38), y después presenta a María en la actitud propia del discípulo, sentada a los pies de Jesús y atenta a escuchar su Palabra. Esta actitud de María resulta extraordinaria, porque en el judaísmo del tiempo de Jesús no estaba permitido a una mujer asistir a la escuela de un maestro. Hasta aquí vemos un cuadro armonioso: la acogida de Marta y la escucha de María. Pero la acogida de Marta se convertirá en breve en un súper activismo: la mujer está “tensa”, dividida por las múltiples ocupaciones; está tan ocupada que no consigue abastecer las múltiples ocupaciones domésticas. La gran cantidad de actividades, comprensible por tratarse de un huésped singular, sin embargo resulta desproporcionada, hasta el punto de impedirle vivir lo esencial justo en el momento en que Jesús se presenta en su casa. Su preocupación es legítima, pero pronto se convierte en ansia, un estado de ánimo no conveniente para acoger a un amigo.
• Relacionar el servicio y la escucha. Su servicio de acogida es muy positivo, pero resulta perjudicado por el estado ansioso con que lo realiza. El evangelista deja ver al lector que no hay contradicción entre la diaconía de la mesa y la de la Palabra, pero pretende presentar el servicio en relación con la escucha. Marta, al no haber relacionado la actitud espiritual del servicio con la de la escucha, se siente abandonada por su hermana y en vez de dialogar con María se queja al Maestro. Atrapada en su soledad, se enfada con Jesús que parece permanecer indiferente ante su problema (“¿No te importa…?”) y con la hermana (“que me ha dejado sola en el trabajo”). En su respuesta, Jesús no la reprocha ni la crítica, pero busca ayudar a Marta a recuperar lo que es esencial en aquel momento: escuchar al maestro. La invita a escoger la parte única y prioritaria que María ha escogido espontáneamente. El episodio nos alerta sobre un peligro siempre frecuente en la vida del cristiano: los afanes, el ansia y el activismo pueden apartar de la comunión con Cristo y con la comunidad. El peligro aparece de manera muy sutil, porque con frecuencia las preocupaciones materiales que se realizan con ansia las consideramos una forma de servicio. Lo que preocupa a Lucas es que en nuestras comunidades no se descuide la prioridad que hay que dar a la Palabra de Dios y a su escucha. Es necesario que, antes de servir a los otros, los familiares y la comunidad eclesial sean servidos por Cristo con su Palabra de gracia. Cuando estamos inmersos en las tareas cuotidianas, como Marta, olvidamos que el Señor quiere cuidar de nosotros. Por el contrario, es necesario poner en manos de Jesús y de Dios todas nuestras preocupaciones.
Reflexión personal
• ¿Sabes relacionar el servicio con la escucha de la Palabra de Jesús? ¿Te dejas llevar más bien por la ansiedad ante tus múltiples ocupaciones?
• ¿Has entendido que antes de servir debes aceptar ser servido por Cristo? ¿Eres consciente de que tu servicio sólo será divino si antes acoges a Cristo y a su palabra?
15º Domingo de Tiempo Ordinario - Ciclo C - 14/07/13 Lc 10, 25-37
Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?". Jesús le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?". El le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo". "Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida". Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: "¿Y quién es mi prójimo?". Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver" ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?".
"El que tuvo compasión de él", le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma manera".
Palabra del Señor
Reflexión
Aprended lo que significa: «misericordia quiero y no sacrificios» (Mt 9, 13)
Santiago y Juan, impetuosos y presumiendo—no diferentes a unos modernos homólogos suyos—de tener la mente de Dios, desean la ruina de los samaritanos. Los samaritanos, además de practicar una religión espuria, no reciben a Jesús de camino a Jerusalén.
Pero Jesús regaña a los hermanos. La venganza y la inquisición solo llevan a más y peores violencias y cismas. Más adelante, contará una parábola para contestar a un aficionado a la dialéctica. Efectivamente, cuestionará estereotipos de los que quizás tienen mucho que ganar más que nadie los letrados y los encargados del culto en el templo de Jerusalén, a diferencia del culto en el Monte Gerizim. La parábola también describirá al narrador.
Jesús es como el samaritano que es el prójimo de la persona en situación desesperada. No le preocupa el riesgo de contagiarse de alguna impureza que le descalifique del culto. Come con publicanos. Se deja tocar por una prostituta. No rehúye a leprosos; los cura, al igual que cura a una mujer con hemorragia. Bien sabe que el culto puro es socorrer a los indefensos y no mancharse de la indiferencia y el egoísmo del mundo. El que por nuestra salvación ha bajado del cielo es el primero de los que «dejan a Dios por Dios».
No se le ocurre al samaritano que la escena pueda ser solo una martingala de parte de los bandidos. Se conmueve de lástima hasta las entrañas que, sin ver peligro alguno, sin ningún miedo, se acerca al medio muerto y se agacha. Y no da solamente los primeros auxilios.
Así de resuelto, Jesús enfrenta con valentía su destino para llamar a todos a la conversión y llevar a pleno término el reino de Dios y su justicia. Por nosotros contaminados, todo lo entegra el Salvador, «haciendo la paz por la sangre de su cruz», sin pedir ningún DNI, pues, ser hijos e hijas de Dios es suficiente (Papa Francisco).
Ratificamos este parentesco con el Padre celestial, que es bondadoso con los justos e injustos, precisamente en cuanto lo imitamos, amando y haciendo el bien a todos, rezando por todos, amigos y enemigos, apoyantes y oponientes, bienhechores y perseguidores. Y reconocemos debidamente a Jesús como el primogénito en la medida en que somos como él, el siervo que da su vida por nosotros.
Cuando practicamos, como Jesús, la misercordia con los desamparados, nuestra celebración eucarística es pura delante de Dios y elogiable. Así cumplimos también el mandamiento del Señor que está muy cerca de nosotros: al Verbo encarnado lo acariciamos y le besamos las llagas con ternura al acariciar nosotros y besarles las llagas a los pobres, lo que constituye el camino—y no hay otro—para encontrarnos con Jesús-Dios (Papa Francisco).
Este único camino, claro, es el de los seguidores de san Vicente de Paúl y del beato Federico Ozanam. Captando también el misterio en los sufrientes, mediadores de la luz (Lumen fidei 57), los dos nos exhortan a contemplar a los pobres como representantes del Hijo de Dios y a proclamar, postrados a sus pies y tocando sus llagas: «¡Señor mío y Dios mío!» (XI, 725; Carta del beato a Luis Janmot, 3 de noviembre de 1836).
La fe como experiencia de comunión y de solidaridad
Ciudad del Vaticano, 5 julio 2013 (VIS).-Esta mañana, a las 11, 00, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la presentación de la primera encíclica del Papa Francisco “Lumen fidei”. La presentación ha corrido a cargo del cardenal Marc Ouellet, P.S.S., Prefecto de la Congregación para los Obispos y de los arzobispos Gerhard Ludwig Müller y Rino Fisichella, respectivamente Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
Ha hablado en primer lugar el arzobispo Gerhard L. Müller explicando que en la Lumen Fidei las temáticas se dividen en cuatro partes como "cuatro cuadros de una única grande pintura".
"En la primera parte -ha dicho-, a partir de la fe de Abraham, que presenta al hombre reconociendo en la voz de Dios “una llamada profunda, inscrita desde siempre en su corazón ”, se pasa a la fe del pueblo de Israel. Un continuo pasaje de la “tentación de la incredulidad” y la adoración de los ídolos, “obras de las manos del hombre”, a la confesión “de los beneficios de Dios y al cumplimiento progresivo de sus promesas. Se llega así a la historia de Jesús, compendio de la salvación, en quien todas las líneas de la historia de Israel se unen y concentran. Con Jesús podemos decir definitivamente que “hemos conocido y creído al amor que Dios tiene por nosotros”, porque Él es “la manifestación plena de la fiabilidad de Dios”.
"En la segunda parte la encíclica pone la verdad como una cuestión que se coloca “en el centro de la fe”. La fe es un evento cognoscitivo relacionado con el conocimiento de la realidad: “sin la verdad, la fe no salva… permanece una hermosa fábula… o se reduce a un bello sentimiento”.
"La fe, -ha recordado- abriéndonos al amor que viene de Dios, transforma nuestro modo de ver las cosas “en cuanto el mismo amor trae una luz”. El amor es auténtico cuando nos une a la verdad, mientras la verdad nos atrae a ella con la fuerza del amor. “Este descubrimiento del amor como fuente de conocimiento, que pertenece a la experiencia originaria de cada hombre”, nos es testimoniada justamente “por la concepción bíblica de la fe” y constituye uno de los énfasis más bellos e importantes de esta encíclica"...La fe nos ayuda por tanto a alcanzar en profundidad los fundamentos de la realidad. En ese sentido, se puede comprender el nivel en el cual la luz de la fe puede “iluminar los interrogativos de nuestro tiempo en cuanto a la verdad”, es decir las grandes preguntas que surgen en el corazón humano frente a la totalidad de la realidad, sea en relación a su belleza que a sus aspectos dramáticos".
Monseñor Müller ha destacado varios puntos relevantes de la encíclica. Primero, "el lugar genético de la fe, señalando esta como evento que toca íntimamente la persona, pero no cierra el “yo” en un aislado y aislante “tú a tú” con Dios. De hecho, la fe -ha dicho- “nace de un encuentro que se produce en la historia” y “se transmite… por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama".
En segundo lugar ha señalado una cita presente en la tercera parte de la encíclica, extraída de las Homilías de San León Magno: “Si la fe no es una, no es fe”. “Vivimos de hecho -ha continuado- en un “mundo” que, a pesar de sus conexiones y globalizaciones, está fragmentado y seccionado en muchos mundos, que si bien se encuentran en comunicación, se hallan con frecuencia en mutuo conflicto. Por esta razón la unidad de la fe es un bien precioso que el Santo Padre y sus hermanos obispos están llamados a testimoniar, alimentar y garantizar como primicias de una unidad que se ofrece al mundo entero como don".
Por último el prelado ha referido un pasaje de la cuarta parte de la Encíclica. "Si es verdad que la fe auténtica llena el corazón de alegría y “se ensancha la vida” —afirmación que aúna concretamente al Papa Francisco y Benedicto XVI— “la luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo” sino que nos abre “a una presencia que le acompaña, con una historia del bien que se une a toda historia de sufrimiento, para abrir en ella un resquicio de luz”.
La encíclica según monseñor Müller "quiere reafirmar de modo nuevo, que la fe en Jesucristo es un bien para el hombre y “es un bien para todos, un bien común”: “su luz no luce sólo dentro de la Iglesia, ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades para que avancen hacia el futuro con esperanza”.
A continuación ha tomado la palabra el cardenal Ouellet señalando que Lumen fidei “habla de la fe como de una experiencia de comunión, de dilatación del yo y de solidaridad en el camino de la Iglesia con Cristo para la salvación de la humanidad... Objetivamente, la luz de la fe orienta el sentido de la vida, ayuda y consuela a los corazones inquietos y abandonados, pero compromete también a los creyentes para que se pongan al servicio del bien común de la humanidad a través del anuncio y la división auténtica de la gracia recibida de Dios... Subjetivamente la fe es una apertura al Amor de Cristo, un acoger, un entrar en relación que ensancha el yo a la dimensión de un nosotros que no es solamente humano, en la Iglesia, sino que es propiamente divino, esto es, una participación auténtica en el Nosotros del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo”.
“A partir de este “nosotros” trinitario que se prolonga en el “nosotros” eclesial, la encíclica se enlaza de forma completamente natural con el “nosotros” de la familia que es el lugar por excelencia de transmisión de la fe... Por otra parte recuerda las profundas afinidades entre la fe y el amor sin fin que se prometen el hombre y la mujer que se unen en matrimonio”. Asimismo “la encíclica da un notable contribución a la pertinencia de la fe para la vida social, para la construcción de la ciudad en la justicia y en la paz, gracias al respeto de cada persona y de su libertad, gracias a los recursos de la compasión y la reconciliación que ofrece para el consuelo de los sufrimientos y la composición de los conflictos... La tendencia a confinar a la fe en la esfera de la vida privada se confuta en tonos mesurados, pero de forma decisiva” y “muchos aspectos desarrollados en precedencia por las encíclicas sobre la caridad y la esperanza se completan con esta puesta en luz de la fe como comunión y servicio al bien común”.
“Al final -ha terminado el cardenal- la encíclica contempla a María, la figura por excelencia de la fe, aquella que ha escuchado la Palabra y la ha conservado en su corazón, la que ha seguido a Jesús y se ha dejado transformar”.
Por su parte, monseñor Fisichella retomando las palabras del Santo Padre: “El que cree ve”, ha afirmado que en esta expresión “puede resumirse la enseñanza del Papa Francisco en esta primera encíclica suya. Un texto situado en la perspectiva del binomio luz y amor. Lo que nos enseña es un camino que el Papa propone a la Iglesia para recuperar su misión en el mundo de hoy... Presentando la fe, la encíclica nos pide que fijemos de nuevo la mirada sobre lo que es esencial en la Iglesia y en cada creyente; es decir el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios que en su muerte y resurrección ha revelado el amor en su plenitud y en su profundidad.... Partiendo del presupuesto de que la fe nace del amor, se articula la relación entre conocimiento de la fe y conocimiento del amor como un binomio inseparable, en el cual, de cualquier forma, el primado indiscutible es el del amor. La “luz de la fe” se resuelve en la “luz del amor”.
El arzobispo Fisichella ha señalado que Lumen fidei se publica justo a mitad del Año de la Fe y que está fechada el 29 de junio, festividad de los apóstoles Pedro y Pablo y primeros testigos de la fe de la Iglesia de Roma en la que el Papa está llamado a confirmar a los hermanos en la unidad de la fe de siempre. Asimismo he revelado que a Benedicto XVI se le había pedido repetidamente que escribiera una encíclica sobre la fe para concluir la tríada abierta con “Deus Caritas est” sobre el amor y “Spe salvi” sobre la esperanza. “El Papa -ha dicho mons. Fisichella- no estaba convencido de tener que someterse a esta ulterior fatiga. Sin embargo, la insistencia prevaleció y Benedicto XVI decidió que la habría escrito como conclusión del Año de la Fe. La historia ha querido que fuera de otra forma y la encíclica nos la ofrece hoy el Papa Francisco... como programa sobre como continuar viviendo esta experiencia que ha visto a toda la Iglesia comprometida en tantas manifestaciones significativas”.
“Hay que decir sin dudas de algún tipo - ha precisado- que aunque Lumen Fidei retome algunas intenciones y contenidos propios del magisterio de Benedicto XVI, es plenamente un texto del Papa Francisco. En ella encontramos su estilo...la inmediatez de las expresiones que usa, la riqueza de las imágenes que usa como referencia y la peculiaridad de algunas citas de autores antiguos y modernos hacen de este texto una verdadera introducción a su magisterio... Por poner un ejemplo, una lectura atenta mostrará que retornan con fuerza tres verbos ... caminar, construir, confesar. De alguna forma, podríamos decir, que la encíclica se estructura sobre estos tres verbos y especifica sus contenidos”.
En Lumen fidei, el Pontífice no olvida los dos acontecimientos que caracterizan este año: el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II y el vigésimo de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. “Por lo que se refiere al primer evento -ha comentado el prelado- el Papa Francisco reafirma que fue un “concilio sobre la fe”... que tenía el objetivo de poner en el centro de la vida de la Iglesia el primado de Dios y la exigencia de decirlo hoy, en una sociedad y una cultura diferentes, de forma comprensible y creíble. Por cuanto concierne al Catecismo, en cambio, la Iglesia subraya su validez como instrumento a través del cual la Iglesia cumple su obra de transmisión de la fe con la memoria viva del anuncio de Jesucristo. Hay que notar, además, que en este contexto el Papa Francisco hace hincapié en el gran valor que posee la Profesión de fe, el Credo... una oración que hace sentir la fe como un dato vivo y eficaz en la vida de los creyentes, que a menudo experimentan un analfabetismo injustificado acerca de los contenidos de la fe. En estas páginas se reafirma el profundo valor que posee el Credo, no solo para recordar la síntesis de la fe, sino sobre todo para comprender el compromiso de cambiar de vida... El que cree está llamado a vivir responsablemente en el mundo”.
“Lumen fidei - ha concluido- es una encíclica de fuerte connotación pastoral... El Papa Francisco con su sensibilidad de pastor consigue traducir muchas cuestiones de carácter estrictamente teológico en temáticas que pueden contribuir a la reflexión y a la catequesis...Ninguno tendría que tener miedo de mirar a los grandes ideales y perseguirlos. La fe y el amor son los primeros que deben proponerse. En un periodo de debilidad cultural como el nuestro, esa invitación es una provocación y un reto que no pueden dejarnos indiferentes”.
El Congreso de la Nación ha sancionado recientemente una ley que garantiza “el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida”. Este es el lenguaje empleado por los legisladores, un eufemismo para designar lo que en buen romance podría llamarse fabricación de bebés. En efecto, la lógica de gratuidad que preside la transmisión del don de la vida humana queda alterada por la introducción de mecanismos que corresponden a un ámbito muy diverso, el propio de la producción. Desde hace más de dos décadas se intenta dar respuesta, mediante técnicas de fecundación artificial, a los problemas de esterilidad e infertilidad. Pero no se trata de una solución médica, ya que no se cura nada, sino que se suplanta el acto por el cual se transmite la vida, disociando la procreación de la sexualidad. Tal disociación implica el menosprecio de valores fundamentales que presiden la procreación humana y tiene consecuencias gravísimas. Es sabido que en la fecundación extracorpórea se pierden muchas vidas; los legisladores suscriben ahora, al menos implícitamente, el error de no considerar al embrión un ser humano, sujeto de derechos. Llaman la atención los defectos del procedimiento legislativo: la sanción no fue precedida por un debate serio y prolongado; no se planteó la posible limitación de los daños que se seguirán de la adopción de las técnicas artificiales de reproducción -como ha ocurrido en otros países- y la imprecisión del texto deja un amplísimo campo a determinar por la autoridad de aplicación. Es asombroso también que en la Cámara de Diputados se haya registrado un solo voto en contra. ¡Qué penosa ofuscación de la conciencia en nuestros legisladores!Progresivamente se fue imponiendo una nueva causal en la justificación de las técnicas adoptadas: el deseo reproductivo del individuo, formalizado como presunto derecho a tener un hijo. La referencia al individuo es pertinente aun cuando el solicitante sea una pareja, porque la inspiración de aquel deseo es profundamente individualista. De hecho, la ley pretende asegurar “el acceso igualitario de todos los beneficiarios”. Y ¿quiénes son éstos?: “toda persona mayor de edad que haya explicitado su consentimiento informado”. Vale decir que el solicitante puede ser un matrimonio, dos convivientes –también dos varones o dos mujeres– un hombre solo, una mujer sola; incluso personas perfectamente fértiles podrían acceder a las técnicas autorizadas y a la cobertura del costo correspondiente. Algo muy distinto es el anhelo de un matrimonio de prolongarse en la prole, lo cual corresponde como fin principalísimo a la unión conyugal; conviene recordar, sin embargo, que esa aspiración no puede ser satisfecha éticamente por cualquier medio. La ley admite las técnicas de fecundación heteróloga y por tanto la donación de gametos, con la consiguiente afectación del derecho a la identidad de los niños así concebidos. La importancia de este derecho se ha visto realzada en los últimos años en los trámites para establecer la identidad de los hijos de muchas personas desaparecidas, pero ahora se lo menosprecia al facilitar el nacimiento de niños biológicamente huérfanos. Peor aún, si cabe la comparación, es la legalización de los bancos de embriones y la donación de los mismos. ¿También la compra? El ser humano, en el estadio inicial de su existencia, queda degradado a la condición de objeto biológico; en los depósitos será congelado a 190º bajo cero. Una muerte segura aguarda a un elevado número de niños por nacer –eso es un embrión humano, un niño por nacer– o posibles lesiones y el consiguiente descarte. Nada impide en el instrumento legal la selección de embriones según mecanismos de discriminación por razones físicas o genéticas. La persona que accede a estos métodos inhumanos, y que es indebidamente considerada un paciente, puede revocar su consentimiento “hasta antes de producirse la implantación del embrión en la mujer”. ¿Qué se hará con los niños así concebidos y eventualmente rechazados? El texto asegura el acceso igualitario a las prácticas, sin exclusiones por orientación sexual o estado civil; así se legaliza implícitamente el alquiler de vientres (¿de qué otro modo podría conseguir su propósito una pareja integrada por dos varones?). Las imprecisiones de la ley son tales que sugieren una larga serie de interrogantes, cuestiones decisivas para asegurar el derecho a la vida y la dignidad de los niños que serán artificialmente engendrados. Por ejemplo: ¿cuántos óvulos se van a fecundar y cuántos embriones serán implantados en cada caso? ¿Se permitirá seleccionar embriones, elegir el sexo del hijo y otras características? ¿Es admisible la donación de gametos entre miembros de una misma familia? ¿Será anónima la donación de gametos y embriones? Y si lo fuera, cómo se respetará el derecho a la identidad? La sanción legislativa favorece los intereses del lobby que se dedica a la manipulación biotecnológica, cuando en la sociedad argentina se posterga indefinidamente la satisfacción de tantas necesidades populares. Se ha elegido, además, privilegiar el proyecto egoísta de vida de adultos dispuestos a ejercer una autonomía que no reconoce límites. El desplazamiento definitivo de la adopción como gesto de amor y solidaridad dejará a muchos niños ya nacidos esperando en vano el calor de una familia.
Fuente: Opinión - 27 de junio de 2013 - PUNTOS DE VISTA - ¿Bebés de fábrica?, Diario El Día, La Plata, Argentina
14º Domingo de Tiempo Ordinario - Ciclo C - 07/07/13 Lc 10, 1-12; 17-20
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!". Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: "El Reino de Dios está cerca de ustedes". Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: ¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca". Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.
Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".
El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder de caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo".
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
EL TEXTO
Salta a la vista del texto que no es a los doce apóstoles a quienes manda Jesús a predicar sino a setenta y dos discípulos, como queriendo representar a todos los que lo seguían. Por lo tanto, no podemos aplicar este texto solamente a los que de manera total dedican su vida al Evangelio; más bien nos habla sobre la vocación de todos los cristianos, todos los bautizados.
¿Cómo se imaginan que iban esos setenta y dos discípulos? Ellos nunca habían anunciado el Evangelio, nunca habían expulsado demonios, ni sanado enfermos! Lo más seguro es que caminaran a su misión curiosos sin estar seguros qué iban a hacer o cómo serían recibidos. Si a esto le agregamos que se les pidió no llevar ni dinero, ni morral (para la comida), ni sandalias; nos damos cuenta que Jesús les pedía una confianza absoluta en su Palabra; Jesús les enviaba no con el poder de las cosas, los conocimientos o los instrumentos que ellos pudieran tener, sino con el poder del Espíritu Santo, con la fuerza de su confianza plena en la persona y el mensaje de Jesús.
ACTUALIDAD
¿Cómo nos imaginamos nosotros a un misionero? Pensamos tal vez en alguien que lo ha dejado todo, casa, familia, dinero, etc. para seguir y anunciar a Jesús en un lugar lejano, tal vez hasta otro país u otro continente. Sin embargo, hoy el Evangelio nos enseña que misioneros somos todos, que todos nosotros, padres de familia, jóvenes, solteros, empresarios, trabajadores, obreros, amas de casa, deportistas, lo que cada quien sea, también estamos llamados a llevar la paz y la Buena Nueva de Nuestro Señor Jesucristo.
Lo primero que nos preguntamos es ¿qué vamos a anunciar? ¿Conocemos a Jesucristo, su mensaje, su persona¿ ¿Lo hemos experimentado en nuestra vida? ¿Cuál será nuestra experiencia a compartir, la de una religión por obligación que se vive para no condenarnos? ¿O seremos capaces de dar testimonio del Dios que nos trae la PAZ, del Padre que nos ama incondicionalmente y nos alimenta como una madre alimenta a su hijo recién nacido?
Lo segundo que debemos de tomar en cuenta es ¿cómo camino por la vida para realizar esta misión? ¿En quién confío el éxito de mi vocación? Por poner un ejemplo, volteemos a ver a los padres de familia. ¿En qué basan el éxito de la educación de sus hijos o de la relación con su pareja? En cosas externas o en el trato personal y cálido. ¿Cumplo con mi misión de padre por llevar el dinero a la casa, darles vacaciones, ropa, educación y comida? O será necesario llevar también la Paz, el amor de Cristo, la fe sin la cual nunca seremos felices. Recuerden, no son los bienes materiales los que medirán su éxito sino el amor, el tiempo dedicado, la
paciencia, el testimonio y el amor de Nuestro Señor Jesucristo lo que hará exitosa su misión.
PROPÓSITO
Una gran tarea nos ha dejado el Señor esta semana. Cada uno de nosotros podrá pensar en cómo se concretiza esta tarea en su vida. Sin embargo, todos podemos escuchar estas palabras de Nuestro Señor y alegrarnos por que al cumplirla no es el mundo lo que estamos ganando, sino la Vida Eterna, es decir, nuestra plenitud total como seres humanos.