Domingo Ciclo C
"El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo"
02/06/13
"El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo"
02/06/13
Lc 9; 11b-17
Lc 9; 11b-17
Jesús hablo a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados.
Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: "Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto".
El les respondió: "Denles de comer ustedes mismos". Pero ellos dijeron: "No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente".
Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: "Háganlos sentar en grupos de cincuenta".
Y ellos hicieron sentar a todos.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirviera a la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
Palabra del Señor
Comentario
Hay tres jueves en el año muy especiales
durante el ciclo litúrgico: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Hoy
celebramos uno de esos jueves, aunque ya en muchos lugares esta fiesta se
celebra no en jueves, sino en domingo por razones pastorales.
1. La fiesta del Corpus Christi: un poco de historia
El Jueves Santo, al conmemorar la Última Cena, revivimos también el don que
Jesucristo nos hizo al quedarse en la Eucaristía. Este
don es tan grande que, ya desde antiguo, la Iglesia ha querido celebrarlo, además del Jueves
Santo, otro día del año. La
Semana Santa es tan intensa, tan centrada en la pasión de
Cristo, que no podemos celebrar como se merece este gran don. Ahora, después
del tiempo litúrgico de la
Pascua , podemos saborear la gracia de las gracias.
La fiesta del Corpus Christi.
2. Cristo, alimento del alma
El Evangelio de la multiplicación de los panes es un símbolo muy hermoso de
este gran don. Los judíos, cautivados por la doctrina del Reino de Dios,
escuchan al Maestro durante varios días seguidos, olvidándose incluso de comer.
Pero Jesús sabe que sus seguidores, además del alimento espiritual, necesitan
alimento material. Por ello les proporciona pan, el alimento más común, y lo da
en abundancia (recogieron doce cestos con las sobras de la multiplicación de
los panes). Jesús da el pan material, y quiere enseñarnos que Él es el pan
espiritual. Igual que necesitamos pan para que viva nuestro cuerpo, tenemos
necesidad del Pan para que nuestra alma no muera de hambre. Y ese Pan es Él
mismo, su cuerpo y su sangre que recibimos en cada Eucaristía. Por ello no es
indiferente comulgar o no, es importante para la salud de nuestra alma acudir
a misa, llamada también "banquete eucarístico".
3. Llevar a Cristo a los demás
En el relato evangélico hay un matiz muy interesante: el Señor no quiso hacer
el milagro por sus solas fuerzas. Primero pide a los apóstoles "dadles
vosotros de comer"; la multitud necesita comer, y ustedes la tienen
que ayudar. No quiere despedir a la gente sin más, olvidándose de sus
necesidades materiales. Después les pregunta: ¿cuántos panes tenéis? Aunque la
desproporción entre el número de seguidores y el número de panes es notable,
Jesucristo hace el milagro a partir de lo que los discípulos le dan. Y por
último, pide a los Doce que sean sus manos para repartir el pan a la gente.
Todo un modelo de actuación, que nos recuerda nuestro papel en la sociedad: el
mundo está hambriento de Cristo, de valores, de verdad, y el Seor nos pide
también a nosotros: "dadles vosotros de comer".
Propósito: Que
cuantos me traten durante este día encuentre en mí un reflejo de la presencia
de Cristo. Fuente: http://www.regnumchristi.org
Palabra del Señor
Comentario
Hay tres jueves en el año muy especiales
durante el ciclo litúrgico: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Hoy
celebramos uno de esos jueves, aunque ya en muchos lugares esta fiesta se
celebra no en jueves, sino en domingo por razones pastorales.
1. La fiesta del Corpus Christi: un poco de historia
El Jueves Santo, al conmemorar la Última Cena, revivimos también el don que
Jesucristo nos hizo al quedarse en la Eucaristía. Este
don es tan grande que, ya desde antiguo, la Iglesia ha querido celebrarlo, además del Jueves
Santo, otro día del año. La
Semana Santa es tan intensa, tan centrada en la pasión de
Cristo, que no podemos celebrar como se merece este gran don. Ahora, después
del tiempo litúrgico de la
Pascua , podemos saborear la gracia de las gracias.
La fiesta del Corpus Christi.
2. Cristo, alimento del alma
El Evangelio de la multiplicación de los panes es un símbolo muy hermoso de
este gran don. Los judíos, cautivados por la doctrina del Reino de Dios,
escuchan al Maestro durante varios días seguidos, olvidándose incluso de comer.
Pero Jesús sabe que sus seguidores, además del alimento espiritual, necesitan
alimento material. Por ello les proporciona pan, el alimento más común, y lo da
en abundancia (recogieron doce cestos con las sobras de la multiplicación de
los panes). Jesús da el pan material, y quiere enseñarnos que Él es el pan
espiritual. Igual que necesitamos pan para que viva nuestro cuerpo, tenemos
necesidad del Pan para que nuestra alma no muera de hambre. Y ese Pan es Él
mismo, su cuerpo y su sangre que recibimos en cada Eucaristía. Por ello no es
indiferente comulgar o no, es importante para la salud de nuestra alma acudir
a misa, llamada también "banquete eucarístico".
3. Llevar a Cristo a los demás
En el relato evangélico hay un matiz muy interesante: el Señor no quiso hacer
el milagro por sus solas fuerzas. Primero pide a los apóstoles "dadles
vosotros de comer"; la multitud necesita comer, y ustedes la tienen
que ayudar. No quiere despedir a la gente sin más, olvidándose de sus
necesidades materiales. Después les pregunta: ¿cuántos panes tenéis? Aunque la
desproporción entre el número de seguidores y el número de panes es notable,
Jesucristo hace el milagro a partir de lo que los discípulos le dan. Y por
último, pide a los Doce que sean sus manos para repartir el pan a la gente.
Todo un modelo de actuación, que nos recuerda nuestro papel en la sociedad: el
mundo está hambriento de Cristo, de valores, de verdad, y el Seor nos pide
también a nosotros: "dadles vosotros de comer".
Propósito: Que
cuantos me traten durante este día encuentre en mí un reflejo de la presencia
de Cristo. Fuente: http://www.regnumchristi.org
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